Procede de la anteiglesia de Zamudio, del partido de Bilbao (Vizcaya), y es uno de los linajes que tomaron parte más intensa en las luchas de los bandos en Vizcaya. De él descienden otras muchas familias que se citan en las «Bienandanzas e Fortunas». Un hijo de un Rey navarro fue nombrado por su padre Conde de Gaviria, en Guipúzcoa, región entonces navarra. Se llamaba Ordoño y fue padre de Galindo Ordóñez, quien, desterrado por su Rey, pasó a Vizcaya y se estableció en la mencionada anteiglesia de Zamudio, donde casó con una nieta del Conde de Noroña. Tuvo sucesión que continuó el apellido y entroncó con los linajes de Avendaño y Butrón. El 7 de Julio de 1627 el Rey don Felipe IV creó el Vizcondado de Areste a favor de doña Leonor de Zamudio Manrique Avendaño, natural de Zamudio, hija de Ordoño de Zamudio y Avendaño, natural de Zamudio y Caballero de la Orden de Alcántara, cruzado en 1566, y hermana de Diego de Zamudio Manrique y Avendaño, también Caballero de la Orden de Alcántara, ingresado en 1606, y de Esteban de Zamudio Manrique y Avendaño, Caballero de la Orden de Santiago desde el 26 de Noviembre de 1609. Otra casa radicó en la anteiglesia de Baracaldo, del partido de Valmaseda, y de ella fue Juan de Zamudio, que en su mujer, doña Marina de Garabeitia, tuvo a Domingo de Zamudio y Garabeitia, Señor de la Torre de Vagaza y progenitor de una larga sucesión, con rama en Chile. Otros Zamudios radicados en la villa de Bilbao poseyeron la Baronía de Dicido. Una rama suya pasó a Córdoba (República Argentina), donde desempeñaron cargos honoríficos. También se establecieron en la ciudad de Santiago de Chile. Otra casa de Zamudio radicó en el lugar de la Portilla, del Ayuntamiento de Berganzo y partido de Laguardia (Álava). Otra rama pasó a Valencia. Pedro Zamudio, de origen navarro, fue a la conquista de Mallorca y a la de Valencia con dos hijos y un hermano, mandando un escuadrón de soldados naturales de Salvatierra.
Escudos de Armas del apellido:
Las primitivas de la casa de la anteiglesia de Zamudio fueron: De oro, con cinco panelas de azur, puestas en sotuer. En punta, ondas de agua de azur y plata. Otros traen el mismo escudo, pero cambian el color de las panelas, que son de gules. Carlos de Guerra, refiriéndose al anterior escudo, dice que es: Cortado: 1º, de oro, con las cinco panelas de azur, puestas en sotuer, y 2º, chevronado en fajas de azur y plata, a manera de ondas. Divisa: "No alcancé más con la barra ? de ilustre sangre y nobleza ? que poner a mi cabeza ? la Corona de Navarra ", puesta en letras de oro, sobre un volante de gules. La casa del lugar de la Portilla, en Álava: Partido: 1º, chevronado de tres piezas de plata y azur, a modo de ondas; medio cortado, de oro, con las cinco panelas de azur, puestas en sotuer, y una cadena en situación de orla, y 2º, una torre sobre peñas, un león rampante y contornado en actitud de acometer a la torre, y naciente de las almenas de ésta, un brazo armado con una espada en la mano, levantada en su defensa. En el flanco derecho, dos estrellas, una sobre otra, y en el flanco izquierdo dos panelas y otra estrella, también en palo. Ignoramos los esmaltes de este segundo cuartel. Los de Valencia: De oro, con tres fajas ondeadas de gules.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El agua es símbolo de sabiduría ilustrada, de ánimo virtuoso, pudiendo también simbolizar extensión de dominio, así como el principio de todas las cosas y la regeneración del tiempo. El ala representa a las alas del águila, simbolizando la libertad, dada sus ansias de volar y surcar los cielos. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio. La barra, al igual que la banda, simboliza el tahalí del caballero, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. El brazo simboliza la fortaleza. La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento. El cabrio o chevrón representa las botas y espuelas del caballero, concediendose ésta pieza en Armería a los que salen heridos en las piernas, aunque muchos la tienen por símbolo de protección. Las familias españolas, que traen cadenas en su blasón, es por la batalla de las Navas, en la que se rompió el palenque de Miramomelín, guarnecido de gruesas estacas y cadenas muy fuertes La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.