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Linaje alavés, con casa solar primitiva en el lugar de Urbina, del Concejo de Villarreal y partido de Vitoria. Pasó después a esta ciudad, fundando nueva casa en la calle de la Herrería, y al lugar de Hueto de Arriba, del partido de Vitoria, donde indistintamente se apellidaron Urbina y Ortiz de Urbina. De esta última casa procedió Juan Ortiz de Urbina, alias Juan Bueno, casado con doña María Ortiz de Trespuentes, a la que hizo madre de Pedro Ortiz de Urbina y Trespuentes, que contrajo matrimonio con doña Juana Uriondo, naciendo de esta unión Juan Ortiz de Urbina y Uriondo, que en primeras nupcias casó con doña María Juliana Martínez de Villodas, y en segundas, con doña Catalina Ortiz de Urbina, su deuda. De ambos enlaces dejó sucesión, siendo el primogénito del primero Pedro Ortiz de Urbina y Martínez de Villodas, bautizado el 26 de Marzo de 1556, que celebró su enlace con doña María de Alí, en la que procreó a Pedro y Juan Ortiz de Urbina y Alí. Pedro Ortiz de Urbina y Alí, bautizado el 31 de Mayo de 1605, se unió en matrimonio con doña María Landaburu, y fueron padres de Pedro Ortiz de Urbina y Landaburu, que en su mujer, doña Francisca Trespuentes, tuvo a Antonio Ortiz de Urbina y Trespuentes, bautizado el 17 de Julio de 1673 y casado en 1713 con doña Magdalena Ibáñez de Betolaza. Fue su hijo Juan Francisco de Urbina y Betolaza, bautizado el 6 de Mayo de 1714, que casó con doña María Ochoa de Murúa, y procrearon a Esteban, bautizado el 3 de Agosto de 1748, y a Juan Ortiz de Urbina y Murúa. Estos dos hermanos ganaron Real ejecutoria de hidalguía en la Chancillería de Valladolid el 4 de Febrero de 1819. Del lugar de Hueto de Arriba procedió Domingo Ortiz de Urbina y Ortiz de Insagurbe, bautizado el 27 de Agosto de 1754, que el 5 de Septiembre de 1779 ganó otra Real provisión de hidalguía en la misma Chancillería de Valladolid. Juan Lorenzo de Urbina, vecino de Asteguieta, lugar del Ayuntamiento de Foronda y partido de Vitoria, promovió también expediente de nobleza, ganando Real provisión el 29 de Marzo de 1788. Dicho caballero era natural de Zuazo, y allí bautizado el 8 de Febrero de 1753. Los Urbina pasaron también a Vizcaya, siendo descendientes de los antiguos Señores de Vizcaya y estableciéndose en la ciudad de Orduña, del partido de Valmaseda. En Navarra radicaron en la ciudad de Viana. En 1775, Juan José de Urbina, sus hijos y otros parientes, fueron reconocidos como nobles por la Real Audiencia de Pamplona, por descender de la casa del lugar alavés de Urbina.

Escudos de Armas del apellido:
De oro, con un árbol de sinople, y dos lobos de sable, cebados de corderos de plata, pasantes al pie del tronco. Bordura de azur con ocho sotueres de oro, y una segunda bordura de gules, con una cadena de oro. Otros: En campo de oro, un árbol de sinople, con dos lobos de sable, andantes, uno por delante y otro por detrás; bordura de azur, con ocho aspas de oro; una segunda bordura de sinople, con una cadena de eslabones de plata. La casa de la ciudad de Vitoria: Partido: 1º, las armas anteriores con ambas borduras, y 2º, dos cabezas humanas, puestas en situación de faja sobre las cuales apoya sus garras un ave grande, posada y de perfil; medio partido, con dos áncoras, una sobre otra. Así las describe Juan Carlos de Guerra, pero omite los esmaltes. La casa vizcaína de la ciudad de Orduña: De plata, con un árbol de sinople, y dos lobos de sable, cebados de corderos de plata, uno a cada lado del tronco. Bordura de gules, con una cadena de oro. La Nobleza Executoriada de Navarra, ocupándose de los Urbina, que, originarios del primitivo solar del lugar de Urbina, se establecieron en la ciudad de Viana, dice que sus armas eran: «Escudo con un lobo, con su perro o dogo grande en la boca, atravesado en un encino, y diferentes aspas arriba y abajo, orlado con cadena.»               

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huérfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miércoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los príncipes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. Los Gentiles por la figura del áncora significaban aquel que habia asegurado bien su fortuna, y sus negocios. Es también símbolo de la esperanza y la seguridad que debemos tener en Dios. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio. Las aves representan en general la libertad. Simbolizan un espíritu generoso que, llevado de su alegría interna, profiere siempre elogios y alabanzas de las acciones heroicas realizadas por otros caballeros. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento. Las familias españolas, que traen cadenas en su blasón, es por la batalla de las Navas, en la que se rompió el palenque de Miramomelín, guarnecido de gruesas estacas y cadenas muy fuertes El cordero es el símbolo de la insigne y militar Orden del Toisón de oro, instituida por Felipe II en 1429, y lo llevaron en sus escudos sus caballeros y descendientes. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.