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Casas solares en la anteiglesia de San Andrés de Echevarría, del partido de Marquina (Vizcaya). En Guipúzcoa poseyó también solares en el lugar de Aizarna, del Ayuntamiento de Cestona y partido de Azpéitia; en Hernani y Valle de Oyarzun, del partido de San Sebastián, y en la villa de Vergara. Pedro Ibáñez de Urbieta fue Alcalde de Ariztondo, en 1345, y otros muchos de este mismo apellido probaron su hidalguía en diferentes villas guipuzcoanas. De la anteiglesia vizcaína de San Andrés de Echevarría era originario Domingo de Urbieta, que a fines del siglo XVI casó con doña María Andrés de Zubía, y fueron padres de Francisco de Urbieta y Zubía, que contrajo matrimonio con doña María de Lizundia, y de esta unión nació Juan de Urbieta y Lizundia, bautizado en Santa María de Mallavia, del mismo partido de Marquina, el 1 de Enero de 1698, que celebró su enlace con doña Francisca de Muniozguren, a la que hizo madre de José, Regidor; Juan, que sigue; Manuel y Mateo de Urbieta y Muniozguren. El segundo, Juan de Urbieta y Muniozguren, bautizado en la anteiglesia de San Pedro de Barinaga, aneja a Santa María de Jemein, de la villa de Marquina, el 22 de Enero de 1728, se unió en matrimonio con doña Magdalena de Arrasqueta, y procrearon a José de Urbieta y Arrasqueta, bautizado en la misma iglesia el 11 de Octubre de 1750, que casó en Anguiano (Rioja), con doña María Andrés de Baños, y el 30 de Julio de 1807 obtuvo Real provisión de Vizcainía en la Chancillería de Valladolid. De la casa de Urbieta, en el Valle de Oyarzun, fue Martín de Urbieta, natural del mencionado Valle, padre de Esteban de Urbieta, que casó con doña Catalina de Berástegui, ambos vecinos de Hernani, donde nació su hijo el Capitán Juan o Juanes de Urbieta y Berástegui, que en 1542 verificó sus pruebas de nobleza para ingresar en la Orden de Santiago. Sirvió al Emperador Carlos V y tomó parte en la batalla de Pavía, donde prendió al Rey Francisco I de Francia. Por estos servicios, el Monarca español le concedió nuevas armas, que luego describiremos.

Escudos de Armas del apellido:
La casa del lugar guipuzcoano de Aizarna: De oro, con un peral de sinople, y un lobo de su color natural, pasante por delante del tronco. El mencionado Juan o Juanes de Urbieta y Berástegui usó, por concesión del Emperador Carlos V: Cortado: 1º de sinople, con un brazo armado de plata, naciente de un río, con una espada desnuda en la mano, y 2º, también de sinople, con la mitad anterior de un caballo que lleva sobre el pescuezo una corona de oro, y en el pecho un escudo de azur, cargado de una flor de lis de oro. La casa de Urbieta de la villa de Vergara: Cuartelado: 1º y 4º, de plata, con un jabalí andante de sable, lampasado de gules, 2º y 3º, de gules, con cinco bezantes de oro, puestos en sotuer. Los de Hernani: En campo de plata, un árbol de sinople, con dos calderas de sable al lado diestro, y en el siniestro, dos lobos de sable, linguados de gules y andantes.       

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huérfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miércoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los príncipes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio. "Los bezantes son figuras redondas, llanas y macizas, siempre de metal porque son una especie de moneda griega, llamada en latin Bizantius, que hoy es la ciudad de Constantinopla, de donde la tomaron por armas los que fueron a la conquista de la Tierra Santa." El brazo simboliza la fortaleza. El caballo es símbolo de la guerra, representando la osadía y la rapidez en la acción. Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.