En 1433 era dueño de la casa de Ubitarte, de la villa de Legazpia, en el partido de Vergara (Guipúzcoa). Miguel de Ubitarte, que casó con doña N. de Vergara, y fueron padres de Juan de Ubitarte y Vergara, que procreó a Miguel Ibáñez de Ubitarte, casado con doña Catalina Bidaurreta y Zuazu, a la que hizo madre de Juan Fernández de Ubitarte, que celebró su enlace con doña María de Gauna y procrearon a Miguel Fernández de Ubitarte y Gauna, marido de doña Francisca de Arteaga, y ambos vecinos de Legazpia de 1555 a 1560.
Escudos de Armas del apellido:
Según una ejecutoria de hidalguía de 1635: "Un escudo con un león, un águila, cinco barras y un castillo".
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demás hombres. La barra, al igual que la banda, simboliza el tahalí del caballero, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demás edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia.