Numerosas y antiguas fueron las casas solares de este apellido que hubo en distintas regiones de España. En Cataluña su antigüedad se remonta al siglo XIII. EN VALENCIA El apellido Torre o de la Torre es muy antiguo en el reino de Valencia y aparece como oriundo de Galicia según testimonio de mosén Jaime Febrer. Menciona este cronista a Sancho de la Torre y afirma que era gallego y caballero valeroso. Tomó parte en la conquista de Valencia en servicio de don Jaime I de Aragón y quedó bien acomodado con casa y tierras en la ciudad de Orihuela. No dice Febrer si dejó sucesores en aquel reino. Es probable que los dejara y que de ellos desciendan algunos de este apellido en Orihuela y Valencia, según cabe deducir de los siguientes datos : Jerónimo de la Torre y Tardin, natural de Valencia, ingresó en la Orden de Montesa en 1566. Juan de la Torre y Orumbella, nacido en Orihuela, se cruzó caballero de la misma Orden en 1671. Y Juan de la Torre y Despuig, natural de Valencia, fue fiscal en el Consejo de la Santa Cruzada y también caballero de Montesa en 1697. Garma y Durán hace mención de una familia catalana apellidada La Torre. Dice que era oriunda de Castilla y que se estableció en Barcelona.
Escudos de Armas del apellido:
Los radicados en Cataluña llevan: De gules con un águila de oro, manteniendo una torre con homenaje, de plata, y acostada de dos flores de lis del mismo metal. Estas armas algunos las modifican pintando la torre de oro y el águila de sable, coronada a la antigua, de oro. El caballero Sancho de la Torre, de origen gallego, que sirvió a don Jaime I de Aragón en la conquista del reino de Valencia y quedó ricamente heredado y establecido en la ciudad de Orihuela (Alicante), traía, según mosén Jaime Febrer: En campo de gules, un castillo de oro. Estas mismas usaron los Torres de dicha ciudad y de la de Valencia, lo que inclina a suponer que eran descendientes de dicho caballero. En campo de oro, una torre de azur aclarada de oro. Así aparecen en el sepulcro de Guillermo la Torre, que data del año 1298 y se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Barcelona. En un sello de otro Guillermo la Torre, año 1398, que se guarda en el Archivo de la catedral de la citada ciudad, figura el anterior escudo acostado de dos flores de lis de azur. También usaron el mismo blasón, pero suprimiendo las flores de lis y poniendo en cada cantón del jefe una estrella de azur.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demas hombres. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servia a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia.