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Origen y significado del apellido RAMÍREZ
Patronímico, derivado del nombre de Ramiro, por lo que carecen de relación genealógica entre sí los diversos solares que lo ostentan.
Los de León y Granada vienen de la casa solar que fundó junto a León un nieto del Rey D. Ramiro I y de D.ª Ortiga, su tercera mujer.
Los de Madrid descienden de García o Gracián Ramírez, uno de los caballeros que, en el año 720, rescataron esta villa del poder de los moros. Señor, entre otros muchos, del castillo de las cuestas de Rivas, sobre el río Jarama, primer gobernador, alcaide y capitán de Madrid, fundador de la ermita y capilla de Nuestra Señora de Atocha. Estamos tomando la información del cronista Pellicer, que a lo anterior añade algo un tanto sorprendente: nos habla de un milagro pues dice: "Fundador de la ermita y capilla de Nuestra Señora de Atocha que obró con su mujer y sus hijas, aquel estupendo milagro de resucitarlas, tan sabido en las historias y que hoy se ve pintado sobre la puerta de su devotísimo y venerable santuario. No consta en qué año, ni en qué reinado, sucediese este caso, y el autor de este memorial no se conforma, con lo que lo pone muy cerca de la pérdida de España, o poco después, pues es más verosímil que fuese antes de la conquista de Toledo". En este punto don Francisco Piferrer hace una observación muy atinada: "Sin duda, Pellicer, se refiere a la conquista de Toledo por los moros".
Pero sigamos con el milagro: "Lo que no parece ofrecer duda es que los descendientes del famoso don Gracián Ramírez conservaron en Madrid su nobleza en los heredamientos de Rivas, parte de su antiquísimo patrimonio, con el patronazgo de la ermita de Nuestra Señora, en cuyas paredes se hallaron largos años después esculpidas sus armas".
Juan Ramírez, fue hijo del anterior y fue ricohombre del rey don Alfonso VI. Detrás vino otro del mismo nombre y apellido, para dar paso a don García Ramírez, padre de don Diego Ramírez, Señor de la villa de Madrid, que fue ricohombre del rey Fernando IV.
Encontramos también a don Hyab Ramírez, que vivió en el reinado de don Enrique II, teniendo por hijo a otro don Diego Ramírez, a quien hizo matar el rey don Pedro, llamado, "el Cruel". Como no constan los motivos para que el citado monarca tomara tal determinación, es de suponer que se tratara de que el tal don Diego fuera partidario del Conde de Trastámara, el hermano bastardo de don Pedro, que luchó con este por el trono de Castilla, lo que consiguió mediante la alevosa muerte que dio al monarca castellano en los campos de Montiel cuando su lacayo, el mercenario francés Dugesclin atrajo a don Pedro a traicionera trampa.
Habrá que retroceder un poco, para volver al fundador, don Gracián Ramírez. Según Piferrer, en su obra, "Reinos y Señoríos de Espana", conviene en que este caballero pudo ser el origen del linaje Ramírez, aclarando que vivió en el siglo VII y defendió valerosamente la villa de Madrid contra el ataque de los moros y aunque derrochó arrojo y valentía, no pudo impedir que la citada villa cayera en poder de los sarracenos. Pero el citado tratadista añade que no dejó que los moros gozaran en paz con su conquista porque los tuvo en continua zozobra con sus repetidos ataques y continuas correrías, hasta que en el año 720, se determinó a asaltar la villa con tal arrojo y valentía que se apoderó de ella, reconquistándola del poder de los moros, a los que hizo huir, viéndose así en posesión de Madrid aunque pasado algún tiempo, los sarracenos tornaron a ocuparla.
Añade Piferrer que no es de extrañar que todos los caballeros llamados Ramírez se sientan orgullosos de su ilustre antepasado.
Continuando con la genealogía de los Ramírez, llegamos a don Francisco Ramírez, que fue uno de los más esforzados caballeros de su tiempo, Capitán General de Artillería, Alcaide de la Fortaleza de Salobreña, en el tiempo de los Reyes Católicos. Fue fundador de muchos monasterios, capillas y hospitales, pues era hombre de corazón generoso, hermanando así, su intensa piedad, con el ardor con el que combatía a los enemigos de la fe, siendo en este último caso un esforzado guerrero, que ni daba ni pedía cuartel a los moros. Y entre las muchas acciones de guerra en las que participó, puede citarse la conquista de la ciudad de Málaga donde fue el primero en alzar la enseña de Santiago en lo alto de la segunda torre, ya que la alcanzó antes que nadie, por lo que recibió una herida en plena cabeza, pero no grave. Y ante su arrojo, valentía y audacia, fue armado caballero por la propia mano del rey Fernando "el Católico", quien como señal, para que las sucesivas generaciones pudieran recordar tan admirable hecho de armas, le autorizó a añadir a su escudo el mismo puente y torre que conquistó con tanta valentía.
Fue este mismo caballero quien casó con una dama de reconocida piedad llamada doña Beatriz Galindo, camarera mayor y consejera de la reina doña Isabel "la Católica", y que fue también la maestra de la lengua latina a su egregia discípula, por lo que fue conocida por el nombre de, "la Latina". Esta piadosísima dama, fue la fundadora del Hospital que, aun en tiempos modernos, se ha llamado
hospital de "la Latina" y para los nacidos en Madrid que esto lean, ya quedan impuestos del motivo del por qué, uno de los barrios de Madrid, lleva dicho nombre: "La Latina" y a quien es debido.
De esta casa de Ramírez surgieron varias ramas, siendo una de ellas la también muy noble de los Ramírez de Arellano: don Juan Ramírez, Señor de Arellano en Navarra y de los Cameros, en Castilla, fue privado del rey con Carlos II y tuvo por hijo a don Juan Ramírez de Arellano que murió en la batalla de Aljubarrota en Portugal. Uno de sus descendientes, don Alonso Ramírez de Arellano, fue el primer Conde de Aguilar. Y de esta rama fue Diego Ramírez de Arellano, nacido en 1.633 marino y cosmógrafo que tomó parte en las expediciones de los hermanos García de Nodal al estrecho de Magallanes y fue el descubridor de las islas que, aún hoy, llevan su nombre: islas de Diego Ramírez.
De los Ramírez que pasaron a América, y de la rama de los Fuenleal consta don Sebastián Ramírez de Fuenleal, prelado, que fue administrador colonial y designado Presidente de la Audiencia de Santo Domingo, así como Obispo de Santo Domingo y de Concepción de la Vega. Organizó la administración de Nueva España, a la que fue trasladado por la buena actuación realizada en Santo
Domingo, y cuando aquel país se constituyó en virreinato, cesó en el cargo de presidente de su Audiencia, regresando a España.
Numerosos caballeros de este apellido probaron su nobleza en diversas épocas para ingresar en las Órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, Carlos III y San Juan de Jerusalén, en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, y en la Real Compañía de Guardias Marinas.
D. Lucas Ramírez Montesano obtiene ejecutoria en la Real Chancillería de Valladolid en 1803, cuya copia se custodia en el Museo de Castrelos.
Juan Ramírez casó con Antonia de la Fuenfría y Romay, y tuvo al Doctor Bernabé Ramírez y Fuenfría, que casó con María Antonia de la Peña y San Vicente y Romay, y tuvo a
Ramón Bernabé Ramírez de la Peña y San Vicente nació en Pontevedra, casó con Agustina Cadavid Arias de Godoy (v. Cadavid), y tuvo a
María Antonia Ramírez de la Peña y San Vicente, natural también de Pontevedra, en 1742, casó con D. José Joaquín Guimil de Caamaño, natural de Cambados, y tuvo a
Juan Manuel Guimil Caamaño y Ramírez de la Peña, nació en Puerto Real (Cádiz), en 1708; guardia marina en 1802.

 Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
Los de Asturias traen escudo cuartelado en sotuer: 1.° y 4.°, en campo de azur, una caldera de oro, y 2.° y 3.°, en campo de plata, cinco sierpes de sinople, puestas 1, 3 y 1. Bordura de gules, con diez escudetes de plata, cargado cada uno de un castillo de oro.
Otros: Escudo de oro, una encina de sinople, con un león empinante al tronco.
Bordura de gules y ocho aspas de oro.
Los de Castilla traen escudo terciado en palo: 1.°, en campo de oro, tres bandas de azur; 2.°, en campo de azur, tres flores de lis de oro puestas en palo, y 3.°, en campo de plata, un árbol de sinople y un león rampante de gules, empinado al tronco.
Otros traen escudo partido: 1.º, en campo de oro, tres bandas de gules, y 2.°, en campo de oro, un pino de sinople y un león rampante, al natural, empinado a él. Bordura de gules, con cinco aspas y cinco veneras, todas de oro, alternando.
Los de Madrid traen: en campo de gules, un castillo de piedra, sobre ondas de agua de azur y plata, acompañado de dos cabezas de sierpe, de oro, una a cada lado; cortado de sinople, con un puente sobre agua, sumado de dos torres, una almenada, con una bandera de plata, en las almenas, cargada de una cruz de gules; la otra torre, sin almenas y con una escalera apoyada en sus muros.
Otros traen escudo partido de gules y de oro, con una flor de lis del uno en el otro; en punta, sobre la partición, otra flor de lis, más pequeña, del uno en el otro.
Los de la provincia de Jaén traen el escudo anterior en gules y plata.
Los de Aragón traen: en campo de sinople, tres palos de plata.
Los de Alicante traen escudo partido: 1.°, en campo de plata, seis palos de oro, y 2.°, en campo de plata, un árbol de sinople y un león rampante, al natural, asido al tronco. Bordura de plata, con ocho veneras de azur.

Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.
La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño.
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.
El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general.
El agua es símbolo de sabiduría ilustrada, de ánimo virtuoso, pudiendo también simbolizar extensión de dominio, así como el principio de todas las cosas y la regeneración del tiempo.
El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio.
El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio.
La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones.
La bandera es la señal o insignia con que se distingue a un cuerpo de tropa. Símbolo de poder y de señorío sobre huestes y vasallos. La bandera se usaba mas en timbres que como divisa del escudo, sin embargo, dentro del blasón suele proceder de caballeros que pertenecieron a la Orden Militar "Caballería de la Razón", que fundó Don Juan I, rey de Castilla, en el año 1385, usando como divisa un estandarte.
La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario.
La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento.
Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia.
Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia.
La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas.