Catalán. Una rama pasó al Perú. Hubo tambié una familia mallorquina antigua y de probada nobleza. Muchos de sus varones se distinguieron en la defensa de su patria y de los reyes. Comenzó a ser conocida y a florecer en Mallorca a principios del siglo XV. En los años de 1409 y 1428 fue jurado de aquella ciudad y reino Antonio Quint, rico capitalista que tenía varias galeras destinadas a proteger la libre navegación de los barcos mercantes. A Pelayo Quint y Núñez, consejero del rey don Fernando I de Aragón, le concedió este monarca, en 26 de marzo de 1413, privilegio perpetuo de caballero. En 1425 era jurado de la ciudad y reino de Mallorca, Nicolás Quint. A mediados del siglo XIX poseía el mayorazgo del predio de Son Quint, en Mallorca, don Tomás Zaforteza y Dameto, caballero de Calatrava.
Escudos de Armas del apellido:
En campo de oro, tres chevrones de sable dentellados a modo de escaleras. Estas armas las encontramos descritas en esta forma: «Unos escaques a manera de almenas de sable en campo de oro». Y en esta otra: «Un ajedrezado a modo de almenas de sable en campo de oro». Ambas descripciones responden, sin duda, a una equivocada interpretación de la primera.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. El cabrio o chevrón representa las botas y espuelas del caballero, concediendose esta pieza en Armería a los que salen heridos en las piernas, aunque muchos la tienen por símbolo de protección.