Este ilustre y noble linaje es muy antiguo en Cataluña. Algún autor dice que su primitivo origen lo tuvo en el Empordá, pero, sin duda, procede de la villa de Santa Coloma de Queralt (cuyo segundo nombre tomaron por apellido), perteneciente al partido judicial de Montblanc y provincia de Tarragona. De la casa solar de Queralt, en dicha villa, referiremos más adelante una sintética genealogía. Otra casa de este linaje radicó en la Pobla de Sales (Urgel), en la provincia de Lérida, y en su iglesia parroquial tenía capilla propia, la de Santa Catalina. Prueba la antigüedad de los Queralt catalanes la destacada intervención de algunos de sus caballeros en la conquista del reino de Valencia en servicio del rey aragonés don Jaime I, así como las fechas en que vistieron el hábito de la Orden de San Juan, en el Gran Priorato de Cataluña. Arnaldo Queralt fue en esa Orden comendador de Alguayre y de Cervera-Ametlla, en 1289; en Espluga de Francolí, en 1284-1290, y de Vilafranca del Penedés, en 1295. Doña Inés Queralt, fallecida en 27 de octubre de 1310, fue priora. Otros caballeros y señoras Queralt ingresaron en la misma Orden en los siglos XVI y XVII. También tiene mucha antigüedad este linaje en los reinos de Valencia y Murcia, adonde lo llevaron los caballeros catalanes que sirvieron en su conquista al rey don Jaime I de Aragón. El autor de la Historia Murgitana hace un breve compendio de los nobles y soldados de cuenta que acompañaron a dicho rey en la jornada que realizó desde Elche para la conquista de Orihuela y Murcia, con la relación de las villas y lugares que se le fueron rindiendo y de los caballeros que en aquellas localidades dejó heredados como pobladores. Y en ese compendio figura Pedro Queralt, maestre de la Orden de Santiago. Martín de Viciana confirma que los Queralt de Valencia y Murcia proceden de la antigua familia catalana de este apellido y menciona a Ramón Queralt, caballero de la conquista, de quien fue descendiente otro Ramón Queralt, que pobló en Masamagrell, pueblo del partido judicial de Sagunto (Valencia), con otros treinta pobladores. También fueron descendientes del primer Ramón citado los hermanos Luis, Francisco, mosén Ramón y Juan, que residieron en la villa valenciana de Ayora y fueron caballeros del extremo brazo militar de la ciudad y reino de Valencia, según lo probaron ante el portanveces de general gobernador de aquella ciudad, en 24 de mayo de 1540. En la misma probanza demostraron proceder de la familia Queralt, de Cataluña. La casa de Queralt en la villa de Pobla de Sales (Urgel), tuvo rama en la de Tremp.
Escudos de Armas del apellido:
En campo de gules, un león rampante de oro, armado de sable. Los condes de Santa Coloma traen ese mismo escudo, con la sola diferencia de que el león rampante muestra su cabeza de frente y coronada de oro. Otros: En campo de gules, un leopardo leonado, de oro, coronado de lo mismo y armado de gules. Los Queralt de la casa de Pobla de Sales (Urgel) usaron estas otras armas: En campo de oro, un águila bicéfala de sable, coronada. Así se veían en la capilla de Santa Catalina, de la iglesia parroquial de dicho pueblo. Su rama de la villa de Tremp sustituyó ese blasón con éste: De oro, con un lebrel de sable puesto en salto, y bordura dentellada de gules. Al menos, así lo dice J. R. Vila en su Armoría. Los Queralt de Valencia, según Martín de Viciana: En campo de sinople, un monte de plata, sumado de un castillo del mismo metal.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demas hombres. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento. Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.