Origen y significado del apellido PLAZA
Apellido de origen vasco, de la anteiglesia de Berriatúa, del partido de Marquina (Vizcaya). Otra casa hubo en la villa de Astigarraga, del partido de San Sebastián (Guipúzcoa), que poseía un término redondo y sepultura en la parroquia. De esta última casa descendió Fray Bartolomé Plaza, Obispo de Cuba. Otra casa hubo en Oñate. Etimológicamente procede del latín "platea", que indica calle ancha, patio o corral.
Según otros autores el apellido Plaza es de origen aragonés: Escribe el antiguo Cronista Jorge de Montemayor que este apellido tuvo su primitivo solar en las montañas de Aragón y que de ese solar dimanaron las familias Plaza que crearon nuevos solares en diversas regiones de España.
Hubo antiguas casas solares del apellido Plaza en Guipúzcoa, Vizcaya, Alava, Navarra, Santander, León, Segovia, Asturias, Aragón y la Mancha, desde donde pasaron sus ramas a Valencia, Murcia, Extremadura y Andalucía.
El también antiguo tratadista Tirso de Avilés hace mención de una antigua casa del apellido Plaza sita en la ciudad de Oviedo.
Fray Francisco Lozano cita otra, también asturiana, radicada en la villa de Cangas de Tineo.
Jorge de Montemayor alude a la familia Plaza que hizo su asiento en la merindad de Estella (Navarra). Dice que era originaria de un primitivo solar de este apellido en las montañas de Aragón, y que de los Plaza de Estella se derivaron los que pasaron a la Mancha, estableciéndose en la villa de Alcaudete de la Jara (Toledo).
Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
La casa de la anteiglesia de Berriatúa: De sinople, con una banda de oro, engolada en cabezas de dragones de lo mismo. Las casas de Astigarraga y Oñate: Cuartelado: 1º, de azur, con un castillo de oro, acompañado de una puerta de oro, en el cantón inferior siniestro. Bordura para este cuartel, de gules, con cuatro veneras de plata en los ángulos, cuatro bordones de oro en los centros y tres sotueres del mismo metal, uno junto a la venera del cantón derecho y los otros sobre las veneras de los cantones inferiores; 2º, cuartelado, primero y cuarto, de oro, con una flor de lis de azur, y. segundo y tercero, de plata, con una cruz flordelisada, de gules; 3º, de oro, con la mitad inferior de un castillo de su color, sobre peñas de sinople, y una puerta de sable entre el edificio y las peñas del cantón izquierdo, y 4º, de azur, con tres árboles de su color natural, terrasados de lo mismo, y bajo la terrasa, ondas de azur y plata. Bordura para estos tres cuarteles, de gules, con seis bordones de oro, cinco veneras de plata y seis sotueres de oro. Interpolada entre los bordones y las veneras, esta divisa: «Por Fidelidad, Nobleza y Lealtad ganadas.» Así aparecen en una ejecutoria de hidalguía ganada en la Chancillería de Valladolid por el Pagador Juan Ortega de Plaza, y el Contador Marcos de la Plaza y sus hermanos, en 1590. Consta en ella que la casa de Plaza en Astigarraga tenía una cueva antigua y seca, de peñas, en la cual los vecinos guardaban sus bienes muebles cuando los franceses venían a saquear la provincia. A esta cueva se refiere seguramente el tercer cuartel del escudo que acabamos de describir. También consta que junto a la mencionada casa había una plaza, en la que se corrían toros el día de Santiago.
Los Plaza-Lazarraga, de Oñate, cuya casa es el actual palacio de Artacoz: Cuartelado: 1º, de gules, con un ciervo andante de oro, con la cabeza vuelta, mirando a un águila de sable cebada en su lomo por el que echa sangre, que es de Lazarraga; 2º, 3º y 4º, los de igual número del anterior escudo. Bordura general de gules con ocho bordones de oro, ocho sotueres de oro y ocho veneras de plata, interpoladas de suerte que las veneras ocupen los cuatro cantones y los cuatro centros del escudo.


Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.
La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño.
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.
El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huérfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miércoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los príncipes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general.
El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demás hombres.
El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio.
La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones.
La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario.
La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento.
Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demás edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia.
La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas.
La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.
La cebada es símbolo de abundancia y riqueza.
El ciervo simboliza ánimo esforzado, que saca y recobra energías aún en las ocasiones más adversas. Representa al soldado experimentado y prudente que aguarda cautamente la llegada de sus adversarios.
