Origen y significado del apellido PEREZ
Apellido patronímico, derivado del nombre de Pedro, Pero o Petrus, por lo que no tienen ninguna relación genealógica entre sí los diversos linajes que lo ostentan. Muchos de estos probaron su nobleza en las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montea, Carlos III y San Juan de Jerusalen; en las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada, en la Real Audiencia de Oviedo y en la Real Compañía de Guardias Marinas. Que el nombre Pero abundaba en la Edad Media es harto conocido. Lo que ya no es tanto es de dónde viene, cuál es su origen. La primera mención que se encuentra de Pero se basa nada menos que en la Mitología y es nombre de mujer, al tratarse de la hija de Meleo y Cloris. Fue muy famosa por su gran belleza.
Realizó su matrimonio con Bianco para lo que éste tuvo que aportar como dote los inmensos rebaños de Filaco que consiguió gracias a los conocimientos médicos de su hermano Melampo, que puso como precio de sus servicios los citados rebaños. Pero con toda su belleza, parece ser que llegó a cansar al marido y éste la abandonó en su pretensión de casarse con una hija de Preto. Quizás exista un antecedente entre el nombre de Petrus, y su derivación en Pere o más tarde, Pérez. Se trata de Petrus de Compostela, un clérigo documentado en Santiago de Compostela a mediados del siglo XII, al que se cita también como Petrus Alvitez, Petrus Hica, autor de varios himnos litúrgicos que se conservan en el Escorial. ¿Pudo llamarse, en realidad, Pere y al ignorar su apellido se le añadió el nombre del lugar de su nacimiento? ¿Fue éste uno de los Pere que degeneró en Pérez?. Lo cierto es que este apellido, Pérez, se extendió rápidamente por toda la Península, teniendo sus mayores asentamientos en Asturias, Castilla y Andalucía, estableciéndose también en el continente americano donde se le encuentra desde los primeros tiempos de su descubrimiento y conquista. Se los encuentra entre las huestes de Hernán Cortés, con Pedro de Valdivia con Hernando de Soto, con Francisco Pizarro, etc.
Lo que ocurre es que debido a la abundancia de este apellido, se generalizó la costumbre de añadirle el lugar de nacimiento, o la plaza conquistada y así tenemos, entre otros los Pérez de Tudela, los Pérez de Villamayor, Pérez de Soria, Pérez de Ariza, Pérez de la Calzada, Pérez de Zamora y otros muchos que harían muy extensa la lista.
Muchos de éstos probaron su nobleza en las Órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montera, Carlos III y San Juan de Jerusalén; en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, en la Real Audiencia de Oviedo y en la Real Compañía de Guardias Marinas. Durante siglos, los Pérez estuvieron presentes en todas las instituciones nobiliarias españolas, unas veces en solicitud de probanza de su limpieza de sangre y otras litigando diversas familias del apellido en defensa cada una de aquellos que entendían sus derechos sobre la otra y así las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, sobre todo, se encuentran llenas de pleitos en los que interviene el linaje Pérez. Pero no se vaya a creer por lo común, que este apellido resulta carente de hidalguía, porque ocurre precisamente todo lo contrario. Si se repasan los Archivos de cientos de Municipios españoles se encontrarían empadronados en ellos a docenas de Pérez con demostración absoluta y sin lugar a dudas de su derecho a ser considerados miembros de familias hidalgas por los cuatro costados. Basta una corta lista de títulos para justificar lo que decimos: En el año 1.689, don Luis Pérez de Valenzuela fue creado Marqués de Campo Real. En 1.720, don Antonio Pérez de Saavedra, Conde la Jarosa. En 1.733, don Juan Manuel Pérez de Tagle, Marqués de las Salinas. En 1.735, don Gaspar Pérez de Alderete, Marqués de Casinas. En 1.761, don Antonio Pérez de Sarrió, Marqués de Peñacerrada. La lista sería muy prolija.
En lo que respecta a la difusión del apellido Pérez en América, uno de los países donde más puede encontrársele es Méjico: Los primeros de este apellido llegaron con Hernán Cortés y sus descendientes al establecerse en aquél país, fueron creando diversas familias, a las que pertenecieron militares, clérigos, tesoreros reales, y familiares de la Santa Inquisición. Antes hemos citado a varios de los títulos correspondientes a este linaje. Ciertamente, la lista es larga, pero no deseamos dejar sin citar a el Conde del Valle (Don Manuel Pérez Sedane), al Conde de Gomar (Don Manuel Pérez Sebano y Marín) a la Duquesa de Denia (Doña Angela Pérez de Guzmán) al Marqués de Jerez de los Caballeros (Don Manuel Pérez de Guzmán) y al Marqués de Bolaños (Don Luis Pérez de Guzmán). En lo que se refiere al apellido Pérez en Nueva España, citaremos los siguientes personajes: En el año 1.920, aparece don Alonso Pérez de Trigueros, natural de Huelva. En 1.519, don Alonso Pérez de Zamora nacido en Zamora. En 1.539, don Andrés Pérez de Sevilla. En 1.526, don Antón Pérez, de Móstoles (Madrid). En 1.535, don Antón Pérez nacido en Conil (Cádiz). En 1.527, don Bartolomé Pérez de Alange (Extremadura). En 1.524, don Morán Pérez de Córdoba. En fin, si tuviéramos que consignar la larga relación de cuantos de este linaje participaron en el descubrimiento y posterior colonización del Nuevo Mundo, la lista sería casi interminable.
Personajes famosos de este apellido fueron Antonio Pérez, el que fuera secretario del rey Felipe II. Existen muy encontradas opiniones sobre este hombre. Su azarosa vida al mezclarse en la alta política, sobre todo en el nebuloso asunto del asesinato de Escobeda, justificando el mismo por razones de Estado, le hicieron perder la confianza de Felipe II que lo hizo detener, aunque consiguió huir, refugiándose en Aragón desde donde pasó a Francia dedicando el resto de su vida a escribir sus memorias.
Es imposible asimismo dejar de citar a fray Juan Pérez, el religioso confesor de la reina Isabel la Católica que se hallaba retirado en el Monasterio de La Rábida cuando conoció a Cristóbal Colón y tanto influyó para que los proyectos del navegante genovés fueran aceptados por la Corona española.
¿Y cómo sería posible pasar por alto a aquél a quien se pone siempre como ejemplo de hidalguía y patriotismo, es decir, a don Alonso Pérez del Guzmán, apodado "el Bueno"?. Que era noble, no cabe la menor duda, pero lo que fue, y esto en la historia se cita pocas veces, un hijo bastardo de don Pedro Núñez de Guzmán, Adelantado Mayor de Castilla. Que no se tratara de un hijo legítimo no impidió que participara en la conquista de Tarifa y que el rey Sancho IV le otorgara
la defensa y gobernación de aquella plaza. Ante la invasión árabe se negó a rendir la fortaleza a cambio de la vida de su propio hijo que estaba en poder de los atacantes. Fue por este gesto por lo que se le conoció como "el Bueno". Fue uno de los más encarnizados defensores de Andalucía frente a los musulmanes y acabó sus días tal y como había vivido, con las armas en la mano, en un combate en la Serranía de Ronda.
Relacionar a cuantos apellidados Pérez han tenido algo que ver con la historia, la ciencia, las bellas artes o la literatura en España, nos llevaría a ocupar un espacio del que no disponemos. Pero, para terminar, no es posible dejar en el anonimato a uno de los más grandes novelistas de las letras españolas. Nos referimos a don Benito Pérez Galdós. Dejando aparte sus ideas políticas aspecto este que para nada interesa al tema que tratamos, no existe la menor duda de que fue uno de los más grandes literatos hispanos. A través de sus Episodios Nacionales quiso retratar toda una época crucial en la historia de España. Y en lo que se refiere a sus novelas, es cierto que la tesis del liberalismo aparece una y otra vez reflejada en sus páginas. Pero esto da igual: "Fortunata y Jacinta" a quien la crítica en general considera la mejor de sus obras, basta para acreditar la maestría de un escritor.
Apellido muy prodigado en Galicia, donde se delimitan algunos de sus linajes por el correspondiente componente diferenciador que adhieren al Pérez, para distinguirse entre sí.
En 1506 Álvaro Pérez, vecino de la feligresía de San Cosme de Barreros (ob. de Mondoñedo) hijo de Diego Blanco y de María Vidal, nieto de Alfonso Vázquez y de Leonor de Medilla, inicia su prueba de nobleza (Archivo Galicia, Legajo 1.415, n.º 10).
Como pasajero para Indias en 1513 aparece con el n.º 985 Juan Hernández de Tuy, hijo de Juan Pérez y, en 1517 (n.º 2.362) Alonso Gallego, vecino de Noya, cuyo padre se llamaba Gonzalo Pérez, casó con María Alonso.
Juan Pérez, casó con Josefa Torres, es el padre de Tomasa Pérez, falleció el 12 de mayo de 1788 en el lugar de Carballal, Villalonga.
José Pérez, casó con Tomasa de Lores, del lugar de Peay, anejo de Gondar, falleció en diciembre de 1789, dejando un hijo casado (con Bernarda de Outeiro) Francisco Pérez, en el lugar de Salgueira, en Villalonga.
También en Villalonga, Escolástica Perez, casó con Alberto Pérez.
También Andrés Pérez, casó con Eva Padín, de la feligresía de San Pedro de Villalonga, tuvo a
Ciprián Pérez, y falleció el 2 de abril de 1797.
De la casa de Rivas (según el archivo de D. Alejandro Pedrosa Neyra) hay unas generaciones apellidadas Pérez:
Bartolomé Pérez casó con Antonia Pérez, tuvo a
Pedro Pérez, que casó con María Pérez y tuvo a
Bartolomé Pérez, que casó con María Pérez y tuvo a
Benito Pérez, que casó con Benita Losada Reguengo y tuvo a
Antonia Pérez, que casó con Fernando Sánchez, en cuya descendencia no vuelve a consignarse el apellido Pérez y sí los de Gayoso de Villamanán, Ulloa, Neyra, Montenegro, Bóveda, etcétera.
Es notable el apellido de Pérez Castellanos.
D. Alvaro Pérez de Castro era señor de Sobrado y de su tierra en 1386 (cfr. Museo de Pontevedra, II, páginas 81).
D. Evaristo Pérez de Castro y Britto, casó con D.ª Dolores Montenegro, hija de los marqueses de Mos y Valladares, y tuvo entre otros a
1. D.ª Joaquina Pérez de Castro, sucesora del título, y que casó con D. Rafael Pérez Saba y Giraldino, tuvo a
D. Mariano Pérez y Pérez de Castro, que casó con D.ª María Blanco y tuvo a
D. Rafael Pérez y Blanco, que casó con María Elena Pernas M. Feduchy y tuvo a
D. Rafael Pérez Blanco y Pernas marqués, de Mos (B. O. de 20 de noviembre de 1979).
2. D.ª Concepción Pérez de Castro, que casó con D. José de Donesteve del Hoyo y, entre otros tuvo a D. Ángel de Donesteve y Pérez de Castro (diplomático, que en segundas nupcias casó con D.ª Elisa Garra Domínguez, tuvo a D. Ángel Luis de Donesteve Garra, vizconde de Pegullal) y a
D. José de Donesteve y
Pérez de Castro, que casó con D.ª Carmen Bordiú.
Pérez de Costa (o da Costa), v. Mendoza Noguerol.
Juan Pérez Chuecos, casó con Isabel de Pérez Chuecos y Monzón, y tuvo a
Francisco Pérez de Chuecos y Monzón, alcalde mayor de La Coruña y corregidor de Orense y Lucena, quien fue padre de
Francisco Pérez de Chuecos y Arias (1761), guardia marina en 1781, y de
Antonio Pérez de Chuecos y Arias (1762). Cfr. Válgoma, V, 4.043 y 4.044.
D.ª María González Ron, hija de don Antonio González de Ron y Queipo de Llano y de D.ª Antonia Bermúdez de Castro y Leis, casó con D. Juan Pérez Dávila y Cabredo, coronel de Artillería, del Consejo de Regencia de la reina gobernadora, hijo del brigadier D. José Pérez Dávila, tuvo a
D. Antonio Pérez Dávila, alcalde de La Coruña y de Santiago, que casó con D.ª Tomasa Torreiro y tuvo a
D.ª Carmen Pérez Dávila, que casó con D. Antonio Toledo Quintela y tuvo a
D.ª Carmen Toledo y Pérez Dávila, que casó con D. Manuel Ruiz de Velasco Urdampilleta, y tuvo a
D. Vicente Ruiz de Velasco Toledo Urdampilleta y Pérez Dávila, abogado del Ferrol, dueño del pazo de San Payo de Brexo, al que debo muchos datos de esta obra.
D. Lorenzo Pérez de Lamas fue sepultado, con sus sobrinos de apellido Posse, en el claustro de la catedral de Santiago por los siglos XVII y XVIII, en cuyos enterramientos ostentan sus armas.
Pocas familias hay de este patronímico en las Vascongadas. El Doctor Labayru nos habla de una casa que radicó en la anteiglesia de Zaldívar, del Ayuntamiento de Zaldúa y partido de Guernica (Vizcava).
Otra casa hubo en el Valle de Carranza, y de ésta fue Juan Pérez Bernales, que casó con doña María del Callejo, y fueron padres de Juan Pérez del Callejo, que contrajo matrimonio con doña María Marín, y procrearon a Mateo Pérez Marín, que en su mujer doña Ana Enciso tuvo a Andrés Pérez Enciso, marido de doña María Marín y ambos padres de Juan Pérez Marín, que se unió en matrimonio con doña Catalina Marín, naciendo de este enlace Manuel Pérez Marín, que celebró sus nupcias con doña María Ruiz, y procrearon a Manuel Pérez Ruiz, que en su esposa doña María Herrero tuvo a Juan Manuel Pérez Herrero, que contrajo matrimonio con doña Antonia Arrieta, y fueron padres de Pedro Pablo Pérez Arrieta, bautizado en Consuegra (Toledo) el 20 de Enero de 1781, que el 20 de Febrero de 1803 obtuvo declaración de vizcainía en la Chancillería de Valladolid.
En Guipúzcoa, Juan Pérez era vecino de Tolosa en 1346, y Domingo Pérez probó su hidalguía ante la Justicia ordinaria de San Sebastián en 1688.
En Navarra radicaron los Pérez de la villa de Larraga, del partido de Tafalla. Miguel Francisco Pérez y sus hijos fueron reconocidos como hijosdalgo por la Real Audiencia de Pamplona en 1774.
Otra casa hubo en la villa de Mendigorria, del mismo partido de Tafalla, y de ella fueron Tomás Pérez y su esposa doña Catalina Pérez, los cuales, en 1647, solicitaron de los Tribunales de Navarra sobrecarta de haber obtenido gracia de asiento en Cortes, lo que se mandó así.
Caballeros del patronímico Pérez sirvieron al rey aragonés don Jaime I en la conquista de Valencia, siendo heredados en este reino y dejando allí descendientes.
Mosén Jaime Febrer cita en sus Trovas a Fernán Pérez, del que dice «En pax y en guerra fue muy estimado de todos por su prudencia y valor. Desciende de Ribagorza (Huesca) donde tiene su casa solar. Sirvió al rey con su gente en Mallorca, luego en Ibiza y después en el sitio de Valencia. Ordenó el modo de repartir los premios entre los beneméritos, con lo que hizo inmortal el nombre de su rey. Ahora está domiciliado en Benisa».
También Febrer hace mención de Arnaldo Pérez, que igualmente ayudó a don Jaime I en la conquista de Valencia. Dice de él, que era infanzón navarro, y que en unión de un abuelo suyo llamado Antonio, había realizado en Calatayud la hazaña de vencer a tres moros. Y agrega: «Fue hombre de fuerzas, pues habiendo peleado con un alfaquí de Onda, se lo cargó a cuestas como si fuera un cachorrillo. Yo soy testigo de ello, y de que es muy antiguo y conocido su linaje».
DIVERSAS Y ANTIGUAS CASAS DE PÉREZ EN CASTILLA Y LEÓN
Entre las casas hidalgas del patronímico Pérez destacamos las de Riocabado (Avila); Bozoo, Espinosa de los Monteros, Ovilla, Palazuelos de la Cuesta, Sasamón, Sedaño, Villasandino y Villaventín (Burgos); Abelgas, Arganza, Balouta, Cimanes Fuentes de Carbajal, León, Las Omañas, Pardavé, Pedregal, Quintana de Fon, San Juan de la Mata, San Martín de Valdetuéjar, Santa Marina del Sil, Tombrio de Abajo, Trabadelo, Villaquejida, Villaverde de los Cestos y Zacos (León); Bustillo de Santullán, Villabellaco y Villameriel (Falencia); Ledesma (Salamanca); Zamarramala (Segovia); Ontalvilla de Valcorba (Soria); Palazuelos de Vedija (Valladolid) y Villalobos (Zamora).
EN CASTILLA LA MANCHA
De reconocida nobleza eran las familias Pérez que moraron en: Archilla, Caspueñas y Mohernando (Guadalajara); Pelahustán, El Romeral, Talavera de la Reina y Villacañas (Toledo).
EN MADRID
Tuvo casa solar este linaje en la villa de Madrid.
EN LA RIOJA
Las familias de este patronímico radicaron en Anguiano, Castroviejo, Gallinero de Cameros, Logroño, San Vicente de la Sonsierra, Treguajantes, Ventosa y Villoslada de Cameros.EN CANTABRIA
Entre las casas de Pérez de solar conocido en la Montaña de Santander, encontramos las de: Arenas de Iguña, Barcena, Caranceja, Colindres, Concejo de Bareyo, Entrambasmestas, Muriedas, Peñacastillo, Resconorio, Ruiloba, San Pedro del Romeral, Sierrapando, Silió, Tezanos y Villaescusa.
EN EL PAÍS VASCO Y NAVARRA
Hubo pocas casas solares de este patronímico en el País Vasco y Navarra: en Comunión, Estavillo y Villabezana (Álava); en Tolosa (Guipúzcoa); en el valle de Carranza y Zaldívar, (Vizcaya), y en Larraga y Mendigorría (Navarra).
EN ASTURIAS
En esta región hubo antiguas e hidalgas casas solares de Pérez en el Concejo de Aller, Anieo, Ardesaldo, Castropol, Cazanes, Coaña, Cudillero, Degaña, Endriga, Ibias, Infiesta, Luarca, Concejo de Parres, Ruenes, Salas, San Salvador de Celorio Tanes.TolyVillarín.
EN ARAGÓN
Nobles y principales son las familias Pérez originarias del lugar de Hecho, Huesca y Ribagorza (Huesca); Cantavieja (Teruel), y Almonacid de la Cuba, Boquineni, Calatayud, Fuentes de Jiloca, Magallón, Monzalbarba, Munébrega, Sierra de Luna, Undués-Pintano, Valpalmas y Villafeliche (Zaragoza).
EN VALENCIA
Caballeros del patronímico Pérez sirvieron al Rey aragonés don Jaime I en laconquista de Valencia, siendo heredados en este reino y dejando allí descendientes.
EN GALICIA
Las casas de este patronímico en Galicia radicaron en: Santa Marina de Lesa (La Coruña); Cocina, Reiriz, Santa Cristina de Ribas del Sil y Sarria (Lugo), y Chamusiños, Faramontaos, Freijo, Lobaces y San Pedro de Laroá (Orense).
EN EXTREMADURA
En Extremadura hubo una casa en la población de Montánchez (Cáceres).
EN ANDALUCÍA
Hubo una casa solar en las localidades de Colmenar (Málaga) y Rota (Cádiz).
EN AMÉRICA
Se asentaron en Argentina, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú, Venezuela y Estados Unidos.
Nobleza
Probaron su nobleza para ingresar en la Orden de Santiago, en lo años que se indican: Juan Pérez de Alderete de Camas, natural de Cádiz, Guardia Marina en la Compañía de la Marina de España, en 1729; José Gabriel Pérez de Alderete y Morales de Sotolongo, natural de La Habana (Cuba), en 1862; Santos Pérez y de Ángulo, natural de Callejo, del valle de Carranza (Vizcaya), Sargento y Familiar del Santo Oficio, en 1705; García Pérez de Araciel y de Rada, natural de Alfaro (La Rioja), en 1651; García Pérez de Araciel y de Valdivieso, natural de Alfaro, Licenciado, en 1622; Diego Pérez de Arandia y de Cabiette, natural de Güeñes (Vizcaya), en 1684; Andrés Pérez de Aristizabal y Núñez de Bascuñán, natural de Vergara (Guipúzcoa), en 1630; Alonso Pérez de Arquellada y del Castillo, natural de Ubeda (Jaén), en 1505; Alonso Pérez de Arguellada y del Castillo, natural y Veinticuatro de Jaén, en 1535; Diego Pérez de Baños y Ruiz de Calahorra, natural de Viguera (La Rioja), Familiar del Santo Oficio de la Inquisición, Veinticuatro perpetuo de la ciudad de Sevilla, en 1737; Miguel Pérez de Baraiz y Peralta, natural de Tudela (Navarra), en 1539; Juan Bautista Pérez de Barradas y Bernuy, natural de Córdoba, Marqués de Peñaflor, en 1857; Alvaro Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba, natural de El Puerto de Santa María (Cádiz), Marqués de Bay, en 1881; Fernando Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba, natural de Ecija (Sevilla), Marqués de Peñañor, Conde de Quintana de las Torres, en 1881; Félix Francisco Pérez Bejarano y de Pineda, natural de Sevilla, Gobernador de Veragua, en 1756; Jimén Pérez de Bou y Juan, natural de Valencia, en 1628; Juan Pérez de Bretón y López de Ángulo, natural de Arnedo (La Rioja), en 1880; Antonio Pérez de Bustamante y de Reinoso, natural de Madrid, del Tribunal de la Contaduría mayor de Cuentas de S.M. y Contador de la Razón de sus Reales gastos secretos, en 1685; Joaquín Pérez Cabellos y Heredia, natural de Membrilla (Ciudad Real), en 1878;Manuel Silvestre Pérez de Camino y Vélez de Vergara, natural de Castañares de Rioja (La Rioja), Tesorero de la Real Casa de Moneda de la ciudad de México y Contador de Cuentas honorario del Tribunal y Audiencia de ellas, en 1744; Alonso Pérez Cantarero, natural de Dueñas (Palencia), Secretario de S.M. y del Consejo de Italia, en 1645; Juan Francisco Pérez de Castejón y Gil de Oñate, natural de Larraga (Navarra), Oficial de la Secretaría del Despacho, en 1694; Alonso Pérez Castellanos y Vázquez de Moure Feijóo, natural de Quito (Perú), Contador mayor del Tribunal de Cuentas de la Real Audiencia de Lima, en 1679; Andrés Pérez y de Castro, natural de Medina de Rioseco (Valladolid) y originario de la villa de Villacis, en 1647; Antonio Salvador Pérez de los Cobos y de Cutillas, natural de Jumilla (Murcia), en 1650; Francisco Pérez de los Cobos y de Cutillas, natural de Jumilla, en 1639; Fernando Pérez Dardón y Fernández, natural de Ecija (Sevilla), en 1664; Guillen Pérez Durall y Aguilar, natural de Barcelona, en 1543; Marcos Pérez de la Figuera y Bertrián, natural de Maluenda (Zaragoza), en 1627; Andrés Pérez Franco y García de Alcaraz, natural de Lorca (Murcia), en 1636; Antonio José Pérez Gálvez, natural de Málaga, en 1800; Juan Antonio Pérez Gamoneda y Casco, natural de Luarca (Asturias), del Consejo de S.M., su Secretario y del Despacho de la Reina viuda, en 1755; Juan Mateo y Luis José Pérez de Garayo y López de Robles, naturales de Sevilla, en 1689; Jerónimo Pérez García y Pérez de Olivan, natural de Ariza (Zaragoza), en 1548; Alonso Pérez de Godoy y Velasco, vecino de Córdoba, en 1543; Antonio Pérez y González, natural y originario de Logroño y residente en Napóles, en 1644; Domingo Pérez de Grandallana, natural de Jerez de la Frontera (Cádiz), en 1796; Gaspar Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, natural de Huelva Conde de Niebla, en 1655; Fernando y Juan Pérez de Guzmán y de Chagoyen naturales de Sevilla, en 1648; José María Pérez de Guzmán y García, natural de Almagro (Ciudad Real), en 1832; José María Pérez de Guzmán de Herrera y Thena natural de Llerena (Badajoz), en 1862; César Pérez de Guzmán y Ortiz de Zarate natural de Madrid, en 1853; Luis Pérez de Guzmán y Nieulant, natural de Madrid Marqués de Bolaños, en 1881; Andrés Pérez de Herrasti y Afán de Ribera, natural de Granada, Teniente de Coronel de Caballería, en 1716; Gabriel Pérez y López, natura de Archilla (Guadalajara), en 1697; Dionisio y Pedro Pérez Manrique y de Ciria naturales de Tarazona (Zaragoza), en 1629; Alonso Pérez Manuel y Díaz, natural de El Puerto de Santa María (Cádiz), en 1656; Gómez Pérez das Marinas, natural de Barreira (Lugo) y vecino de Vivero, en 1589; Gómez Pérez de las Marinas y Junqueiras, natural de Santiago de Compostela (La Coruña), Señor de Junqueras y Comendador de Castilleja de la Cuesta, en 1558; Antonio Pérez de Meca y Guevara natural de Lorca (Murcia), Teniente de Alcalde provincial de la Santa Hermandad perpetuo de la ciudad de Lorca, en 1689; Alonso Pérez Minayo y Rodríguez, natura de Urueña (Valladolid), Teniente del Regimiento de Infantería de Extremadura, en 1773; Luis Pérez Minayo y Rodríguez, natural de Urueña, Teniente del Regimiento de Extremadura, en 1773; José Pérez del Moral y de Mobellán, natural de Madrid Capitán, en 1709; Francisco Pérez Nabaz y Ruiz Narváez, natural de Madrid, en 1706; Francisco Pérez Navarrete y Albertino, natural de Napóles, en 1674; Jerónimo Pérez de Nueros y de Molina, natural de Calatayud (Zaragoza), en 1641; Antonio Pérez Orejón e Izquierdo, natural de Madrid, en 1695; Alvaro Pérez Osorio y Miranda, natural de Salamanca, Comendador de Orcheta, en 1535; Juan Pérez Oteyro y de Quiñones, natural de Casares (Málaga), Capitán del Regimiento de Dragones de Numancia, en 1772; Pedro Manuel Pérez Oteyro y de Quiñones, natural de Casares, Regidor perpetuo de la ciudad de Gibraltar y Subdelegado de Marina de la población de San Roque, en 1755; José Pérez de Palazuelos Camón y González, natural de Madrid, en 1681; Francisco Pérez de Palazuelos Carrión y de Lunar Lorenzana, natural de Madrid, en 1705; Berenguer y Vicente Pérez Pastor y Molledo Cruzat, naturales de Guadix (Granada), en 1752; Vicente Pérez Percebal, natural de Badajoz, en 1798; Antonio, Francisco y Juan Pérez de la Puente y de Santurde naturales de Ezcaray (La Rioja), los dos primeros en 1684 y el último en 1685; José Pérez de la Puente y Vitoria, natural de Ezcaray, en 1673; Francisco Pérez de Rada y Echalaz, natural de Obanos (Navarra), del Consejo de S.M. y su Alcalde más antiguo en la Corte mayor del Reino de Navarra, en 1691; Marcelo Pérez de Ribera y de Portillo, natural de Triana (Sevilla), Capitán, en 1646; Ximén o Simón Pérez Ruiz de Corella y Moneada, natural de Barcelona, en 1589; Alonso Pérez Saavedra y Fernández, natural de Córdoba, en 1626; Juan Pérez de Santa Cruz y Nardués, natural de Santa María de Albarracín (Teruel), Ayuda de Cámara de S.M., en 1680; Alonso Pérez de Santoyo y Gómez, natural de Santoyo (Falencia), en 1623; Juan Pérez de Saavedra y Pérez de Castillejo, natural de Córdoba, en 1533; Ximén Pérez de Slava de Sagra, natural de Valencia, en 1573; Francisco Pérez de Soñanes y Crespo, natural de Abadilla, del valle de Cayón (Cantabria), en 1787; Diego Pérez de Tineo y Juárez de Narabal, natural de Tineo (Asturias), en 1543; Juan Pérez de la Torre y Vázquez de Zúñiga, natural de Pedraza de la Sierra (Segovia), en 1697; Andrés Pérez de Trigueros y Serrano de Vargas, natural de Lillo, Marqués de Campo, en 1650; Diego Pérez de Ubeda y Grixota, natural de Toledo, en 1674; Lucas Antonio Pérez de Umendia, natural de Mondragón (Guipúzcoa), en 1669; Juan Pérez de Valenzuela y Bañuelos Carrillo, natural de Córdoba, en 1629; Luis Pérez de Valenzuela y Marrufo, natural de Cádiz, en 1666; Diego Pérez de Valenzuela y Méndez de Carvajal, natural de Madrid, en 1649; Joaquín Pérez de Valenzuela y Peña, natural de Madrid, Capitán de Milicias de la ciudad y Reino de Granada, en 1757; Pedro Pérez Venegas Sarmiento y Muñoz de Córdoba, natural de Granada, en 1648; Melchor Pérez de Verasi y de Covarrubia, natural de Valladolid, en 1614; Diego Antonio Pérez de Viana y de Bajo, natural de Granada, en 1669; Francisco Carlos y Manuel Pérez de Villaloz y García, naturales de Madrid, en 1695; Juan Pérez de Villamar y Pérez de Caborno, natural de Villamar de Arriba (Asturias), Capitán, en 1700; José Tiburcio Pérez Villarroel y Vallejo, natural de Riobamba (Perú), en 1695; Juan Urbán Pérez de Vivero y Mercado, natural de Valladolid, Conde de Fuensaldaña, en 1599, y Juan Bautista Nicolás Pérez de Zalduendo y Zaraa, natural de Vitoria, Capitán de Caballos del Regimiento de Salamanca, en 1725.
También probaron su nobleza para ingresar en la Orden de Calatrava: Maximiliano Antonio Pérez de Arroyo y Rendón Llera y Ortega, natural de Cádiz, en 1747; Gaspar Pérez Beraez e Ibero Covarrubias y Daoiz, natural de Tudela (Navarra), en 1628; Vicente Pérez Cabellos y Canuto Quesada y Gijón, natural de Membrilla (Toledo), en 1798; Francisco Pérez Cano de Rozas y Escudero Fernández Cobo y Fernández, natural de Herada, del valle de Soba (Cantabria), en 1702; Francisco Pérez de los Cobos y Pérez de los Cobos Cutillas y Domínguez Zanoguera, natural de Murcia, en 1700; Antonio Pérez Donza Rivera García Romero y Pérez de la Mota, natural de Sevilla, en 1664; Domingo Pérez Erbias natural de Tobía (La Rioja), en 1709; Gaspar Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Marqués de Cazares, Duque de Medina Sidonia y Comendador de Guadalcanal en la Orden de Santiago, en 1607; Luis Pérez de Guzmán y Lasarte Sotomayor y Andrés de la Cámara, natural de Jerez de los Caballeros, en 1879; Jerónimo Luis Pérez de Guzmán Ponce de León Godoy Cárdenas y Sigles de Espinosa, natural de Córdoba, en 1652; José Faustino Pérez de Hita, natural de Nivar (Granada), en 1745; Antonio Tomás y Manuel Pérez de Hita y Havivacro Sola y Guerin de la Combe, naturales de Granada, en 1781; Domingo Pérez de Inclán y Gutiérrez de Cabiedes Fernández y Noreña, natural de Bielba (Cantabria), en 1728; Iñigo Pérez de Lara y Andrade Saavedra y Figueroa, natural de La Coruña, en 1669; Martín Gregorio y Juan Pérez Navarro y Rodríguez de Medina Pereira y Monel, naturales de Sevilla, en 1695;Simón Pérez de Pavia y Enríquez López y Pereira, natural de Madrid, en 1693; José Claudio Pérez de la Puente y Aguirre Santurde y Peláez, natural de Madrid, en 1704; Emilio y José Pérez del Pulgar y Blake Ruiz de Molina y Monsegur, naturales de Granada, en 1862; Femando Pérez del Pulgar y Blake Ruiz de Molina y Monsegur, natural de Granada, Conde de las Infantas, en 1862; Bernardo Pérez del Pulgar y Córdoba Lopera y Carrillo, natural de Loja (Granada), en 1666; José Pérez del Pulgar y Fernández de Córdoba Ruiz de Molina y Rojas, natural de Madrid, en 1854; Femando Pérez del Pulgar y Lopera Cepeda y Leiva Frías, en 1635; Femando Pérez del Pulgar y S ando val, natural de Loja, en 1652; Juan Francisco Pérez de Saavedra Feijoo de Novoa y Suárez, natural de Córdoba, en 1685; Jorge Pérez Serrano y Albarracín Baltodano y Valenzuela, natural de Andújar (Jaén), en 1665; Juan José Miguel Pérez Tafalla Oscariz Iriarte y Arce, natural de Obanos (Navarra), Canónigo Maestrescuela de Sevilla, Ministro electo del Consejo, en 1804; Francisco Pérez de Valenzuela Carvajal Montenegro, natural de Valladolid, en 1642; Gaspar Pérez de Valenzuela y López de Funes Carvajal y Ortubia, natural de Madrid, en 1659; Pedro Ignacio Pérez Valiente y Brost, natural de Madrid, en 1785; Pedro José Pérez Valiente y Pérez de Prado Atienza y de Pinar, natural de Granada, en 1746; Francisco Pérez de Vargas y Albarracín Albarracín y Piedrola, natural de Andújar, en 1697; Francisco Pérez de Vargas y Obregón Vázquez de Gumiel y Heredia, natural de Granada, en 1651; Pedro Pérez de Vargas Palomino Santa Marina y Cobo, natural de Andújar, en 1640; Nicolás Pérez y de Vivero Gutiérrez de la Puente y Repressa, natural de Olivares, en 1667; Juan Pérez de Vivero y Menchaca Luna y Velázquez, natural de Olmedo (Valladolid), en 1637; Francisco Pérez de Vivero y Paz Ramírez y Jarava del Castillo, natural de Granada, en 1693, y Pedro y Manuel Pérez Yáñez de Saavedra Fernández y Cadenas, naturales de Madrid, en 1734.
En la Orden de Alcántara ingresaron: Vicente Pérez de Araciel y Rada Valdivieso Elio, natural de Alfaro (La Rioja), segundo Presidente del Consejo de las Ordenes. en 1714; Francisco Pérez de Cabrera Bobadilla y Toledo Cabrera Monroy, natural de Escalona, en 1593; Alvaro Pérez y de Guzmán Ponce de León y Ayala, natural de Granada, en 1610; Nicolás Pérez Navarrete y Albertino González y Azzia, natural de Napóles, en 1676; Fernando Pérez del Pulgar Fernández de Córdoba, natural de Granada, en 1854; José Pérez del Pulgar y Fernández de Córdoba, natural de Madrid, en 1855; Femando Pérez del Pulgar y Ruiz de Molina Varó y Cañaveral, natural de Granada, Marqués de Salas y de Pozoblanco, en 1846; Joaquín Pérez del Pulgar y Ruiz de Molina Varó Cañaveral, natural de Granada, en 1862; José Pérez del Pulgar y Ruiz de Molina Varó y Cañaveral, natural de Granada, Capitán de Caballería retirado y Maestrante de Granada, en 1847; Andrés Pérez del Pulgar y Varó Velázquez Poblaciones, natural de Granada, Coronel de Caballería, en 1846: Alonso Pérez Serrano y Baltodano Pérez Serrano y Serrano, natural y Regidor de Andújar, en 1627; Diego Pérez de Valenzuela y Venegas de Valenzuela Carvajal y Cañizares, natural de Madrid, en 1681, y Alonso Pérez de Vivero y Menchaca Luna y Velázquez, natural de Valladolid, Conde de Fuensalida, en 1622.
En la Orden de Montesa ingresaron: José Pérez de Bañatos y Salcedo, natural de Valencia, en 1618; José Pérez de Bañatos y Villalva, natural de Onda (Castellón), del Consejo de S.M. y Regente en el Supremo de Aragón, en 1606; Ximén Pérez de Calatyud y Chaves, natural de Valencia, Comendador mayor de Montesa, Conde de Real y de Villamonte, Gentilhombre de Cámara de S.M., Coronel de sus Ejércitos Comendador de las Cuevas de Vinromán, en 1709
También ingresaron en la Orden de Carlos III: Tomás Pérez de Anda Díaz López de Armentia y Montoya, natural de Madrid, Oficial de la Secretaría del Despacho de Indias, en 1777
Probaron su nobleza ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid, en los años que se indican: Alonso Pérez, vecino de Fontecha, en 1519
Litigaron su nobleza ante la Real Cnancillería de Granada: Alonso Pérez y Diego Alonso Pérez, su hijo, vecinos de Don Benito, en 1538-1555
Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
Las de las casas burgalesas de las villas de Palazuelos de la Cuesta, Sasamón y Villasandino, y las cántabras de Colindres y Valdeiguña, traen: En campo de plata, un peral de sinople, frutado de oro. Bordura de azur, con tres flores de lis de plata.
Las de la casa del lugar de Balouta, del Ayuntamiento de Candín (León), eran exactas a las anteriores.
Otros de la casa de Colindres (Cantabria) pusieron en la bordura ocho flores de lis de oro, en vez de las tres de plata.
A los Pérez burgaleses originarios de la casa de la villa de Sedaño, les asignan algunos heraldistas estas otras: Escudo partido: 1°, en campo de oro, una media águila de sable
Los Pérez radicados en las villas de Palazuelo de Vedija y de Tordehumos, del partido judicial de Medina de Rioseco (Valladolid), trajeron: Escudo partido: 1°, en sinople, tres estandartes de plata
Así constan en una ejecutoria de hidalguía dada por la Real Chancillería de Valladolid el 9 de Marzo de 1530 a favor de Zuil Pérez, vecino de Palazuelo de Vedija y ascendiente de los Pérez, vecinos de Tordehumos, que presentaron dicha ejecutoria en la información que rindieron en confirmación de su hidalguía, en el año de 1602.
Los de la casa de la villa de Villalobos de Campos (Zamora): En campo de gules, una cruz de oro floreteada y cantonada de cuatro flores de lis del mismo metal. En la punta, ondas de agua de azur y plata.
Juan Baños de Velasco asigna a otros Pérez radicados en Extremadura el anterior escudo.
La familia Pérez que moró en el lugar de Ontalvilla de Valcorba (Soria), usaba: En campo de azur, un árbol de su color natural, frutado de oro, y dos lobos de plata a su pie afrontados y atados a su tronco. Bordura de plata, cargada con cinco escudetes de oro, con una barra de gules (en su verdadera interpretación heráldica), puestos dos en cada flanco y uno en el centro de la punta.
Así constan en la ejecutoria ganada por Francisco Pérez, vecino de Ontalvilla de Valcorba, dada por la Real Chancillería de Valladolid el 10 de Abril de 1536 y que descendientes suyos unieron a las diligencias hechas en Soria en 1650 para justificar su hidalguía.
Otros Pérez de La Rioja, originarios de la casa de la villa de Anguiano, usaron el mismo escudo que los Pérez burgaleses que han quedado descrito en el primer lugar, pero con la diferencia de que el campo es de oro y la bordura de gules, con cuatro flores de lis de oro, puestas una en cada ángulo.
Otros Pérez riojanos trajeron: En campo de sinople, un castillo de plata, con la puerta y ventanas abiertas.
Los originarios de Anguiano (La Rioja) y radicados en Zaragoza y Barcelona: En oro, un roble de sinople, frutado de oro y acompañado de un oso alzado a su diestra.
Los radicados en Torrecilla de Cameros (La Rioja): En campo de oro, un peral de sinople, frutado de gules.
Otros, también en La Rioja y en Vizcaya: En oro, un árbol de sinople, y dos lobos pasantes de sable y linguados de gules, atravesados al tronco.
Los originarios de las montañas de Burgos y radicados en Quintanapalla (Burgos) y Madrid usan las anteriores armas.
Algunos heraldistas, sin embargo, asignan a los Pérez de Valdeiguña y del valle de Villaescusa el blasón de la casa de Pérez de la villa de Villalobos de Campos (Zamora), pero acrecentando en esta forma: En campo de gules, una cruz de oro floreteada y cantonada de cuatro flores de lis del mismo metal. En punta, ondas de agua de azur y plata. Bordura de azur, con ocho sotueres de oro.
Otros señalan que la bordura es de gules, cargada de ocho sotueres de oro, alternando con ocho veneras de plata.
Los de Villacarriedo y lugar de Tezanos, también en Cantabria, usan: Escudo partido: 1°, en campo de azur, tres flores de lis de plata, puestas en triángulo, y 2°, en campo de oro, un león rampante de gules.
Los del lugar de Barcena y algunos en Villacarriedo y Merindad de Trasmiera: En campo de oro, un árbol de sinople, y dos lobos de sable, linguados de gules, pasantes y atravesados al tronco. Escudo igual al de Pérez de La Rioja.
Los del lugar de Silió, en el partido judicial de Torrelavega, trajeron las armas primeramente descritas.
Los originarios de Ruiloba (Cantabria) y los radicados en Madrid usan: En campo de oro, un árbol de sinople, con dos lobos atravesados al tronco, uno por delante y otro por detrás de sable.
La casa de la anteiglesia de Zaldívar, en Vizcaya, ostentó: Escudo partido: 1°, en campo de sinople, una torre de oro y un lebrel atado a su puerta, y bordura para este cuartel, de gules, con ocho sotueres de oro, y 2°, en campo de plata, dos fajas de
sinople, y entre ellas, tres flores de lis del mismo color, y bordura para este cuartel, de gules, con cinco calderas de oro.
Dice la Nobleza Executoriada de Navarra que la casa que fue de Pedro Pérez, en la villa de Larraga, ostentaba: "Un cuartel, con una campana con un asa, tres fajas en su cuerpo, y una lengua, y asidos a ella por los dos lados, dos leones, y encima de dicha campana, un corazón con una estrella a cada lado".
Otros en Pamplona usan: Jaquelado de ocho piezas de oro y siete de gules.
Los de Navarra traen: Escudo cuartelado: 1° y 4°, en campo de oro, un puente de piedra mazonado de sable, y 2° y 3°, en campo de plata, una caldera de sable.
Los de Pamplona y Navarra traen: Escudo jaquelado de oro y gules, y en abismo la esmeralda de Navarra.
Los de Mondragón (Guipúzcoa): Escudo medio cortado y partido: 1°, un escudete cargado de cinco róeles de sable
Los Pérez de Asturias de las casas de la villa de Ibias, en el partido judicial de Castropol, y del lugar de Degaña, en el partido de Cangas de Tineo, usaron: En campo de sinople, siete peras de oro, puestas en dos palos y una en punta. Bordura de plata, con nueve sotueres de sable.
Estas mismas armas traen los originarios de Bayona (Pontevedra), radicados en París (Francia).
Los de las casas del lugar de Tol y de la villa de Coaña, también en el partido de Castropol: Escudo partido: 1°, en campo de plata, un peral de sinople, frutado de oro, y bordura de azur con tres flores de lis de plata, dos en jefe y una en punta, y 2°, en campo de oro, un león rampante de púrpura.
A los Pérez de Coaña les fue concedido después "un escudo con tres ánaden nadando en una laguna".
Los igualmente asturianos del concejo de Aller traían: "Una cruz llana acompañada a la diestra de un aspa, y de una higuera a la siniestra".
En el ejemplar de "Sumario de armas y linajes de Asturias", de Tirso de Aviles, que posee la Universidad de Oviedo, se llama espada al aspa de ese escudo.
Los de Asturias y Galicia traen: Escudo partido: 1°, en campo de plata, un peral de sinople, frutado de oro, y bordura de azur, con tres flores de lis de plata, dos en jefe y una en punta, y 2°, en campo de oro, un león rampante y coronado de púrpura.
Los de Asturias: En plata, dos llaves de sable, en faja, sumadas de una cruz.
Los originarios de Castropol (Asturias), pasados a Guaira (Venezuela): En campo de sinople, dos arcabuces de oro. Bordura de gules.
Los originarios de Luarca (Asturias), radicados en Bilbao, usaba: En campo de plata, dos cometas de azur, puestas en faja, hacia arriba, cordadas de gules.
Los Pérez aragoneses de la casa de la villa de Hecho, en el partido judicial de Jaca y provincia de Huesca, ostentan este blasón: En campo de azur, tres peras de oro, puestas en triángulo.
Algunos pintaron el campo de oro y las peras de sinople.
Otros ostentaron, según Pedro Vitales: En campo de azur, un puente de oro, surmontado de una cabeza de Rey moro coronado.
Otros, también aragoneses, según testimonio del mismo tratadista: En campo de oro, una cruz floreteada de gules y cantonada de cuatro peras de sinople. Bordura de azur, con ocho flores de lis de oro.
El caballero Femando Pérez, originario de Ribagorza (Huesca), que sirvió a don Jaime I de Aragón en la conquista de Valencia, quedando domiciliado en Benisa (Alicante) y que cita Mosén Jaime Febrer, traía: En campo de gules, cinco peras de sinople, perfiladas de oro y puestas en sotuer.
El infanzón navarro Arnaldo Pérez, también mencionado por Febrer, usó primeramente las mismas armas, pintando el campo de azur y de oro las tres peras. Luego, en memoria de la hazaña que había realizado en Calatayud venciendo a tres moros, las varió, organizándolas en esta forma: En campo de azur, un tao de San Antón de oro, surmontado de tres peras del mismo metal puestas en el jefe en situación de faja.
Así las describe Mosén Jaime Febrer. Pero Onofre Esquerdo las organiza en esta forma: Escudo cortado: 1°, en campo de azur, tres peras de oro, y 2°, en campo de oro, un tao o cruz de San Antón de azur.
Los del lugar de Almonacid de la Cuba (Zaragoza) y villa de Magallón
(Zaragoza): En campo de gules, un castillo de plata de tres torres, la central más alta y surmontada de una estrella de oro de ocho puntas.
Otros Pérez en Aragón, originarios de las montañas de Jaca, y en el reino de Valencia, según Diego de Urbina, traen: Cuartelado: 1° y 4°, en campo de azur, tres peras de oro, puestas en triángulo, y 2° y 3°, en campo de oro, un pavo real de su color natural con la cola extendida.
Otros, de Aragón, traen: En campo de plata, tres peras de púrpura, bien ordenadas.
Los radicados en Tarazona (Zaragoza), pasados a Lima (Perú), usan: Escudo partido: 1°, en campo de gules, una garza de plata, vigilante, y 2°, en campo de plata, dos manos de gules, puestas en palo.
Los de Valencia: En campo de oro, un águila de sable, coronada de plata.
En Cerdeña, según Hita, tenía una familia Pérez este blasón: En campo de azur, un brazo armado de plata y moviente del flanco siniestro, cuya mano de carnación tiene asido por el tronco un peral de sinople, con peras del mismo color.
En Guadalajara, Toledo y Andalucía, usaron familias de este patronímico, originarias de las montañas de Burgos y Santander, las siguientes armas: Escudo cortado: 1°, en plata, con un pino de sinople
Los de Toledo y Extremadura traen: En campo de sinople, una torre de plata, sobre unas peñas al natural, y saliendo de su homenaje, un brazo armado, con un hacha encendida en la mano. Bordura de plata, con cuatro jaqueles de sable, cargado cada uno de una estrella de oro y cuatro fajas de azur alternando.
Los de León: En campo de plata, un peral de sinople, frutado de oro. Bordura de sinople, con ocho peras de oro.
Los originarios de León y radicados en California, usan: En campo de gules, cuatro fajas de plata, resaltadas de un león rampante y linguado de gules, coronado de oro y rodeado de ocho estrellas, de cinco puntas, de plata, cargadas sobre el campo del escudo, una, dos, dos, dos y una.
Los radicados en Ponferrada (León): En campo de plata, un escudete de plata, con una faja de gules.
Los radicados en Santas Martas (León) y extendidos a Colombia y Panamá: En campo de gules, una puerta con rastrillo de oro.
Otros de Castilla y los de Argentina: En campo de plata, un árbol de sinople, frutado de oro.
Los originarios de Marina de Soto y extendidos a León y Madrid: En campo de sinople, dos cotizas de oro.
Los radicados en Guadalajara y extendidos a Madrid: En campo de plata, dos mazas de sable, puestas en faja.
Los radicados en Burgos, León, Asturias, Galicia, La Rioja y Vizcaya traen: En campo de plata, un peral de sinople, arrancado y frutado de oro.
Los originarios de Castilla, radicados en el siglo XVI en Cenicientos (Madrid), pasados en el siglo XIX a Cadalso de los Vidrios (Madrid) y Madrid, traen: Escudo cortado: 1°, en campo de plata, una banda de sinople, acompañada de una cabeza de oncella en lo alto y en lo bajo, y 2°, en campo de gules, un castillo de plata.
Los originarios de Montánchez (Cáceres): En campo de gules, cinco peras de oro, hojadas de sinople.
Otros, según Juan Baños de Velasco, usan: En campo de oro, tres barras de gules. mas es probable que esas piezas no sean "barras", en su verdadera acepción heráldica, sino "palos", a los que con tanta frecuencia llamaban barras los antiguos heraldistas.
Otros afirman que familias Pérez en las montañas de Burgos y en Asturias trajeron: En campo de azur, tres chevrones de oro, surmontado cada uno de tres peras del mismo metal.
Arévalo llama impropiamente compases a los chevrones.
Los Pérez de la casa de la parroquia de Santa Marina de Lesa, del Ayuntamiento de Coiros, partido judicial de Betanzos y provincia de La Coruña, tenían este blasón: En campo de sinople, siete peras de oro, puestas en dos palos y una en el centro de la punta Bordura de oro, con ocho sotueres de gules.
Son las mismas armas que los Pérez asturianos de las casas de la villa de Ibias y del lugar de Degaña, señaladas anteriormente, con la sola diferencia del esmalte de la bordura y del número de sotueres.
Los radicados en Villadevos (Orense) y extendidos a Cuba y Veracruz: En campo de oro, cinco lobos de sable, puestos en cruz.
Algún tratadista escribe que las armas más antiguas de este patronímico fueron las siguientes: En campo de plata, una banda de sinople, acompañada en lo alto y en lo bajo de una cabeza de doncella.
Y agrega que después acrecentaron esas armas añadiendo un segundo cuartel, de gules, con un castillo de plata.
Los radicados en Huesca, Madrid y La Mancha traen: Escudo partido: 1 , en campo de oro, cuatro palos de gules, y 2°, en campo de plata, un árbol de sinople, con dos peras de gules colgando de su copa.
Los de Andalucía: En campo de azur, un puente con dos torres de plata, y en ellas una bandera de gules, en cada una. En el centro del puente, un caballero a caballo de plata.
Los originarios de Rota (Cádiz): En campo de plata, dos fajas almenadas de sinople.
Los radicados en Puente Genil (Córdoba): En campo de oro, dos estrellas de azur, puestas en aspa.
Los de Jaén: En campo de gules, cinco peras de oro, puestas en aspa.
Los originarios de la villa del Colmenar (Málaga), radicados en Quito (Ecuador) a finales del siglo XVIII, traen: En plata, un peral de sinople, frutado de oro. Bordura de sinople, con dos flores de lis de oro, tres bezantes de plata y cuatro aspas de oro.
Los radicados en Marbella (Málaga) traen: En campo de plata, cuatro fajas ondeadas de azur.
Los radicados en La Puebla de los Infantes (Sevilla): En campo de plata, cinco tórtolas de azur, puestas en aspa.
Los descendientes de Antonio Pérez Terma traen: Escudo partido: 1 , en campo de oro, cinco peras de sinople, puestas en aspa, y 2°, en campo de azur, dos vainas de plata, puestas en palo.
Los radicados en Santiago de Chile: En campo de oro, un árbol de sinople, con un
jabalí de sable, hozando a pie del tronco.
El Emperador Don Carlos I concedió, por privilegio dado en Sevilla a 24 de Noviembre de 1541, el siguiente escudo de armas a Francisco Pérez, Regidor de Cuzco (Perú): En campo de gules, un tigre rampante de oro. Bordura de azur, con siete rosas de oro.
Los de México: En campo de plata, un palo de gules, acompañado de dos pera
Otros de México: Escudo cuartelado: 1° y 4°, en campo de azur, cinco estrellas de oro, puestas en aspa, y 2° y 3°, en campo de gules, tres haces de oro, bien ordenados.
Los de Perú: En campo de gules, un lobo andante de oro, con tres saetas de sable hiriéndole en el costado.
Los radicados de Caracas (Venezuela): En campo de oro, fajas de sinople. En campo de sinople, siete peras de oro, puestas en dos palos y una en el centro de la punta Bordura de oro, con ocho sotueres de gules. (Escudo 38.)
Son las mismas armas que los Pérez asturianos de las casas de la villa de Ibias y del lugar de Degaña, señaladas anteriormente, con la sola diferencia del esmalte de la bordura y del número de sotueres.
Los radicados en Villadevos (Orense) y extendidos a Cuba y Veracruz: En campo de oro, cinco lobos de sable, puestos en cruz.
Algún tratadista escribe que las armas más antiguas de este patronímico fueron las siguientes: En campo de plata, una banda de sinople, acompañada en lo alto y en lo bajo de una cabeza de doncella.
Y agrega que después acrecentaron esas armas añadiendo un segundo cuartel, de gules, con un castillo de plata.
Los radicados en Huesca, Madrid y La Mancha traen: Escudo partido: 1 , en campo de oro, cuatro palos de gules, y 2°, en campo de plata, un árbol de sinople, con dos peras de gules colgando de su copa.
Los de Andalucía: En campo de azur, un puente con dos torres de plata, y en ellas una bandera de gules, en cada una. En el centro del puente, un caballero a caballo de plata.
Los originarios de Rota (Cádiz): En campo de plata, dos fajas almenadas de sinople.
Los radicados en Puente Genil (Córdoba): En campo de oro, dos estrellas de azur, puestas en aspa.
Los de Jaén: En campo de gules, cinco peras de oro, puestas en aspa.
Los originarios de la villa del Colmenar (Málaga), radicados en Quito (Ecuador) a finales del siglo XVIII, traen: En plata, un peral de sinople, frutado de oro. Bordura de sinople, con dos flores de lis de oro, tres bezantes de plata y cuatro aspas de oro.
Los radicados en Marbella (Málaga) traen: En campo de plata, cuatro fajas ondeadas de azur.
Los radicados en La Puebla de los Infantes (Sevilla): En campo de plata, cinco tórtolas de azur, puestas en aspa.
Los descendientes de Antonio Pérez Terma traen: Escudo partido: 1 , en campo de oro, cinco peras de sinople, puestas en aspa, y 2°, en campo de azur, dos vainas de plata, puestas en palo.
Los radicados en Santiago de Chile: En campo de oro, un árbol de sinople, con un
jabalí de sable, hozando a pie del tronco.
El Emperador Don Carlos I concedió, por privilegio dado en Sevilla a 24 de Noviembre de 1541, el siguiente escudo de armas a Francisco Pérez, Regidor de Cuzco (Perú): En campo de gules, un tigre rampante de oro. Bordura de azur, con siete rosas de oro.
Los de México: En campo de plata, un palo de gules, acompañado de dos pera
Otros de México: Escudo cuartelado: 1° y 4°, en campo de azur, cinco estrellas de oro, puestas en aspa, y 2° y 3°, en campo de gules, tres haces de oro, bien ordenados.
Los de Perú: En campo de gules, un lobo andante de oro, con tres saetas de sable hiriéndole en el costado.
Los radicados de Caracas (Venezuela): En campo de oro, fajas de sinople.
Otros traen: En campo de plata, una banda de sinople, engolada en dragantes del mismo metal (otros del mismo color) y acompañada en lo alto de un peral, con tres peras de oro, y en lo bajo de un león rampante de gules.
Otros: En campo de plata, una torre y un peral de sinople, frutado de oro. Bordura de azur, con tres flores de lis de plata.
Otros: En campo de oro, un león rampante, coronado de púrpura.
Otros: Escudo partido: En campo de plata, un águila de púrpura, del uno al otro.
Otros: En campo de oro, un acebo de sinople. Bordura de gules, con siete flores de lis de oro.
Los de Toledo y Extremadura traen: en campo de sinople, una torre de plata sobre unas peñas al natural, y saliendo de su homenaje, un brazo armado, con un hacha encendida en la mano
Los de Huesca traen escudo partido: 1.°, en campo de oro, cuatro palos de gules, y 2.°, en campo de plata, un árbol de sinople, con dos peras de gules colgando.
Otros, de Aragón traen: en campo de plata, un árbol de sinople, con dos peras de gules colgando.
Otros traen: en campo de plata, una banda de sinople, engolada en dragantes del mismo metal y acompañada, en lo alto, de un peral con tres peras de oro, y en lo bajo, de un león rampante de gules.
El Emperador D. Carlos I concedió, por privilegio dado en Sevilla a 24 de noviembre de 1541, el siguiente escudo de armas a D. Francisco Pérez, regidor del Cuzco: en campo de gules, un tigre rampante de oro
Otros: Cuartelado, 1.º tres lises bien ordenados, sobre llamas
Los Pérez de Ocampo llevan en color de oro una torre de sable, envuelta en llamas y acostada de dos ramas de rosal, de sinople con una rosa de gules cada uno, botonada de oro
La casa de la anteiglesia de Zaldívar: Partido: 1º, de sinople, con una torre de oro y un lebrel atado a su puerta. Bordura para este cuartel, de gules, con ocho sotueres de oro, y 2º, de plata, con dos fajas de sinople, y entre ellas tres flores de lis del mismo color. Bordura para este cuartel, de gules, con cinco calderas de oro.
Dice la Nobleza Executoriada de Navarra que la casa que fue de Pedro Pérez, de la villa de Larraga, ostentó: «Un cuartel, con una campana con un asa, tres fajas en su cuerpo, y una lengua, y asidos a ella por los dos lados, dos leones, y encima de dicha campana, un corazón con una estrella a cada lado.»
Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc,. "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol
La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire
El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad
La púrpura se traduce por dignidad, soberanía, grandeza y poder. Los que traen estas armas quedan obligados a socorrer a los eclesiásticos y los religiosos. La púrpura representa la amatista
El agua es símbolo de sabiduría ilustrada, de ánimo virtuoso, pudiendo también simbolizar extensión de dominio, así como el principio de todas las cosas y la regeneración del tiempo.
El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demás hombres.
El arca en la heráldica se asocia a la idea de tratarse de un linaje poseedor de grandes riquezas.
El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio.
El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio.
La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones.
La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones. Y el representarla con cabezas de sierpes o de dragones, que la tragan (esto es la banda engolada), es símbolo de fortaleza, y denota caballeros guerreros, usándose en España por la batalla del Salado, que ganó contra los moros el Rey Don Alfonso en los campos junto a Tarifa el día 30 de Octubre de 1340.
La bandera es la señal o insignia con que se distingue a un cuerpo de tropa. Símbolo de poder y de señorío sobre huestes y vasallos. La bandera se usaba mas en timbres que como divisa del escudo, sin embargo, dentro del blasón suele proceder de caballeros que pertenecieron a la Orden Militar "Caballería de la Razón", que fundó Don Juan I, rey de Castilla, en el año 1385, usando como divisa un estandarte.
El estandarte es la señal o insignia con que se distingue a un cuerpo de tropa. Símbolo de poder y de señorío sobre huestes y vasallos. La bandera se usaba mas en timbres que como divisa del escudo, sin embargo, dentro del blasón suele proceder de caballeros que pertenecieron a la Orden Militar "Caballería de la Razón", que fundó Don Juan I, rey de Castilla, en el año 1385, usando como divisa un estandarte.
La barra, al igual que la banda, simboliza el tahalí del caballero, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones.
Los bezantes son figuras redondas, llanas y macizas, siempre de metal porque son una especie de moneda griega, llamada en latin Bizantius, que hoy es la ciudad de Constantinopla, de donde la tomaron por armas los que fueron a la conquista de la Tierra Santa."
La bordura simboliza protección, favor y recompensa
El brazo simboliza la fortaleza.
El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servía a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida".
El caballo es símbolo de la guerra, representando la osadía y la rapidez en la acción.
La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento.
El cabrio o chevrón representa las botas y espuelas del caballero, concediéndose ésta pieza en Armería a los que salen heridos en las piernas, aunque muchos la tienen por símbolo de protección.
Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia.
La campana en armería, es un mueble parlante, por avisar la venida de los adversarios, y también por ser símbolo de doctrina y predicación.
Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demás edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia.
Luisa Benedictina de Borbón, esposa del duque de Maine fundo en 1705 fundó la Orden de la Abeja, en Escó. Tenía por divisa un medallón de oro, que se llevaba al cuello pendiente de una cadena del mismo metal, con una colmena de relieve y una abeja volando con este mote: "Píccola si, ma fa pure gravi le ferite". De esta Orden de Caballería quedó a sus caballeros la facultad de blasonar sus armas con la colmena o las abejas.
La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas.
La cruz floreteada se puso en memoria de la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212.
La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.
Luisa Benedictina de Borbón, esposa del duque de Maine fundo en 1705 fundó la Orden de la Abeja, en Escó. Tenía por divisa un medallón de oro, que se llevaba al cuello pendiente de una cadena del mismo metal, con una colmena de relieve y una abeja volando con este mote: "Píccola si, ma fa pure gravi le ferite". De esta Orden de Caballería quedó a sus caballeros la facultad de blasonar sus armas con la colmena o las abejas.