Origen y significado del apellido PALOMO
Se lee que el fundador de esta familia fue un Gobernador de la India Oriental, al que llamaban Palomo. Era jefe de una poderosa tribu y vino a España, deseoso de abrazar el catolicismo, en fines del siglo XIV, reinando D. Juan I de Castilla, a quien sirvió lealmente, mereciendo que dicho Monarca le condecorase con la Orden de la Paloma. Se añade que en Castilla se llamó Juan Palomo, que contrajo matrimonio con la noble Señora Dña. Mariana de la Rosa y que de ambos proceden diversas ramas de este linaje.
La muy escasa garantía que pudiera merecer tal arranque del apellido Palomo, la destruyen los mismos si lo refieren al citar a continuación, entre los más antiguos caballeros de este linaje a Bernardo de Palomo, que asistió a la conquista de Sevilla y obtuvo allí repartimiento de tierras. Si ese Bernardo Palomo asistió a la conquista de Sevilla, señal es de que el linaje de que venimos tratando ya existía en España con más de un siglo de anterioridad a la llegada a esta nación de Juan Palomo, Gobernador de una tribu de la India Oriental y fiel servidor del Rey D. Juan I de Castilla, porque el repetido Gobernador, considerado por los aludidos autores como el progenitor de la familia Palomo, vino a España por los años de 1389, reinando el citado Monarca, y la conquista de Sevilla por el Rey D. Fernando III "el Santo", en la que intervino el caballero Bernardo Palomo, acaeció en el año de 1248. Ante tan palmaria contradicción, es razonable que no nos merezca crédito la apuntada versión sobre el origen del apellido Palomo, y que nos concretemos a decir que una de sus casas solares más antigua radicó en la villa de Laredo (Cantabria), de la que se derivó la rama de notoria hidalguía en Extremadura, a la que perteneció el valeroso Capitán de Caballería Francisco Palomo, casado en Galicia con Dña. Catalina Carnero; que otra rama se estableció en el partido judicial de Fiñana (Almería), y que entre los antiguos caballeros de este linaje figura también Jerónimo Palomo, marido de Dña. Juana de Benisia, y ambos ascendientes de Jorge Palomo, que desempeñó cargos distinguidos en la corte de Enrique IV.
María del Carmen González Echegaray en su obra "Diccionario de Apellidos y Escudos de Cantabria", pág. 533, basándose en la obra de Julio de Atienza, dice que el linaje Palomo procede de las cercanías de Laredo, y que una rama pasó a Extremadura.
Según el genealogista Piferrer en su obra, "Reinos y Señoríos de España", viene a resultar que esta familia tuvo por origen a cierto gobernador que hubo en la provincia del Chaco, en la India Oriental (como se sabe, el Chaco es una región selvática en Argentina y Paraguay) a quien daban por nombre Palomo y era el jefe de una tribu poderosa. Que estando este deseoso de abrazar el catolicismo, vino a España por el año 1389, reinando D. Juan de Castilla, a cuyo servicio se ofreció. Aquí debe existir un error, si se habla del Chaco, es indudable que esta región sólo existe en América y se da la circunstancia de que este continente no se descubrió hasta el año 1492, por lo que, si en efecto, el indígena de referencia vino a España en 1389, resulta que fue él y no Colón quien estableció el lazo entre ambos continentes. Claro que al hablar de India Oriental, acaso puede referirse a la India asiática, en cuyo caso, la cosa sí tendría más sentido. Lo evidente es que basta consultar cualquier geografía para saber que con el nombre de Chaco, tan sólo existe una provincia en la República Argentina y la región del mismo nombre en el Paraguay. Se dice en esta versión, que una vez bautizado el jefe indígena, eran tantas su virtudes (se le puso por nombre Juan Palomo), que el rey le concedió el utilizar un blasón, que es el que se describe.
Lo que sí es cierto es que en 1600, se extendió una certificación de armas a un caballero de este apellido. Y que hay noticias fidedignas de que D. Bernardo Palomo asistió a la conquista de Sevilla y tuvo repartimiento de tierras. Este dato, es fidedigno y si tenemos en cuenta que Sevilla fue reconquistada, por el rey Fernando III, en 1248 y ya existía entonces un caballero, del apellido Palomo, ¿en qué queda, la historia del cacique indio que vino a España en 1389? De ningún modo pudo ser el fundador del apellido Palomo, cuando ya, 141 años antes, este apellido estaba asentado en España. Tome el lector por procedencia castellana este apellido y dejemos de lado la historia del indio Juan Palomo.
Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
En campo de sinople, una paloma de plata, andante, acompañada de cuatro veneras de plata, una en cada cantón del escudo.
Otros: Escudo de azur y una caldera de oro con una paloma, de plata, encima del asa y a cada lado un palo de oro que coge todo lo alto del escudo.
Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.
La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño.
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.
El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general.
Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia.