Este linaje es originario del Ampurdán. Otra casa hubo en Aragón. Mosén Jaime Febrer menciona a un caballero Palafox que era «ricohombre de primera línea del reino de Aragón, cuya parentela se extiende por Cataluña, donde los nombran Palafolls». Este caballero asistió a la conquista de Valencia, y agrega Ferrer que «en atención a lo mucho que trabajó en la guerra, haciendo a todos ventaja, le dio el rey don Jaime I, estando en Navaja, a Calpe, Benisa y otros pueblos, con la obligación de mantener catorce caballeros». Con la denominación de Palafolls, con que se designa a los de este linaje que radicaron en Cataluña, existe un pueblo perteneciente al partido judicial de Arenys de Mar en la provincia de Barcelona, y es probable que su nombre esté relacionado con el del linaje y con el de la baronía de Palafolls, de la que, según afirman otros autores, tomó el apellido la ilustre familia de que venimos tratando. En diversas crónicas y antiguos documentos aparecen apellidados sus individuos Palafox, Palafolls y también Palafoix. Su genealogía conocida arranca de Pedro de Palafolls citado por antiguos cronistas como uno de los esforzados caballeros de Aragón que en el año de 1201 acompañó al conde de Barcelona, don Ramón Berenguer, en la toma de Almería.
Escudos de Armas del apellido:
Escudo fajado de tres piezas de plata y tres de gules, sembradas las fajas de plata de crucetas de azur. Algunos heraldistas llaman bandas, equivocadamente, a las piezas de ese escudo. Otros lo blasonan diciendo: En campo de gules, tres fajas de plata, sembradas de crucetas de azur. Otros manifiestan que cada faja lleva solamente tres crucetas. Otros reducen a dos el número de las fajas, afirmando que son de gules en campo de plata. Otros, sobre campo de gules, ponen tres fajas de azur, sembradas de crucetas de plata. Otros afirman que las tres fajas son «jaspeadas» de plata y azur. Y otros, finalmente, dicen que cada faja de plata está cargada de dos «trabas» de azur. Creemos que el escudo primeramente descrito es el más propio del linaje. Otros: Fajado de seis piezas de plata y gules, tres de cada esmalte. Sobre las fajas de plata, un escudete formado por un perfil de sable. Los de Aragón traen: En campo de oro, tres fajas de gules, cargadas de tres cruces huecas de plata. Otros de Aragón: escudo de plata, sembrado de crucecitas llanas, de azur, y brochantes sobre el todo, tres fajas de gules.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones.