Del Archivo de la ciudad de Granxa, de Cambrados, proceden los datos de que Gregorio da Pena en 1552 tomó en arriendo unas parcelas de viña en San Adrián de Vilariño, al escribano de Cambados Moirán Fariña de lo q. dio fe Juan García, escribano de número de Caldas de Reyes; casó con Beatriz Fernández y tuvo a Gregorio da Pena, al que Simón Cunqueiro vendio una casa en la villa de Cambados en 1561, de cuya escritura dio fe asimismo Morán Fariña, casó con Beatriz González y tuvo a Gregorio da Pena Salnés, al que se dio sepultura en 1623, en la feligresía de Santa Mariña Dozo de Cambados, que había, casó con Constanza Prieto y tuvo a Benita de Salnés y Búa, casó en 1625 con Benito Pérez de Moraña. V. Pérez, casa de Granxa. Hubo miembros de la familia Pena en Sevilla, según Ocáriz.
Escudos de Armas del apellido:
El escudo, en heráldica, es el soporte físico del blasón, al centro de las armerías. En la panoplia que representa el blasón, el escudo propiamente dicho representa el escudo de los hombres de armas. Las armas son generalmente presentadas sobre un escudo pero otros soportes son posibles: una vestimenta como el tabardo del heraldo, un elemento de arquitectura como un anuncio mural, un objeto doméstico... En este caso, la forma del contorno es aquella del soporte. El escudo se materializa por la forma geométrica y sus divisiones potenciales, o mesa de espera, en la que están representadas las armas. El escudo puede tomar diferentes formas, de acuerdo al origen de su representación.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc..), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc.., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc..) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753.