Origen y significado del apellido PUENTE
Noticias comprobadas confirman que unos antiguos Puente, de notoria hidalguía, proceden de los que acudieron a poblar la villa de Valmaseda (Vizcaya) cuando se fundó. De este solar pasaron a las Encartaciones de Vizcaya, en la antigua Merindad de Trasmiera, que comprendía los hoy partidos judiciales de Santoña y Laredo (Cantabria), a otras comarcas de la misma provincia y de la de Burgos, y a otros puntos de España.
Don Santiago de la Puente Cevallos, del linaje de los vizcondes de los Villares (1708) y de los marqueses de la Colonia (1779) y de Torrelavega (1876), descendiente de las casas solariegas de sus apellidos, de la Puente en Arcentales de Valmaseda (Vizcaya) y de Ceballos en Trasmiera (Cantabria), casó con Ana María de la Fuente y tuvo a
Don Manuel Fernández de la Puente y de la Fuente (primo hermano de Don Bernardo de la Puente Basabe, que en Maracaibo en 1793 casó con Doña María Pilar Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo, hermana de Don José Primo de Rivera, teniente general de la Armada y comandante general del Apostadero de La Habana), que casó con Isabel Franco y Acosta, de Ibiza, y tuvo a
1) Don Juan Bautista de la Puente y Franco, que ingresó en la Real Armada, previa dispensa de edad, en El Ferrol en 1800 (cfr. Válgoma, III, 409).
2) Doña María Gertrudis de la Puente y Franco, que casó con Don José Ignacio Rodríguez de Arias, hijo de Don Sebastián Rodríguez de Arias (v. Rodríguez Arias), y de Doña Josefa Álvarez Campanas.
3) Don Miguel Fernández de la Puente y Franco, ingeniero director de la Real Armada, que casó con Doña Gertrudis Aranguren y Arzueta (hija del brigada Don Miguel de Aranguren, de Urnieta (Guipúzcoa) y de Doña María Arzueta, de La Coruña), que tuvo a
a) Don José María Fernández de la Puente y Aranguren, marino; cfr. Válgoma, 111, 1779, p. 342.
b) Don Miguel Fernández de la Puente y Aranguren, marino; cfr. Válgoma, III, 1782, página 376.
c) Don Manuel Fernández de la Puente y Aranguren, que sigue la línea
Dicho Don MANUEL FERNÁNDEZ DE LA PUENTE Y ARANGUREN, nació en 1784, capitán general, senador del Consejo de Estado, que el 8 de noviembre de 1813 en la paroquia castrense del Santo Ángel, de Cádiz, casó con su prima Doña Manuela Álvarez Campana y Madariaga (hija del mariscal de Campo Don José Ignacio Álvarez Campana, Consejo de Santiago, y de Doña María Madariaga y Llano, nieta de Don Juan Felipe de Madariaga, conde de Torre Alegre, natural de El Ferrol) y tuvo a
Don José Fernández de la Puente y Álvarez Campana (1814), brigadier de Caballería y en 1860 coronel del Estado Mayor, que en la catedral de Badajoz casó con Doña Amalia Patrón de Piamonte y Falls Barbieres y Preston, el 27 de noviembre de 1844, y tuvo a
1) Don Arturo Fernández de la Puente y Patrón, nacido en 1850 (cfr. Válgoma, VI, 346) y al ilustre marino
2) Don Ricardo Fernández de la Puente y Patrón, que casó con Doña María Dolores Fernández de la Puente y Mugártegui y tuvo entre otros a
Don Ricardo Fernández de la Puente y Fernández de la Puente, que casó con Doña Purificación Williams y Adalid, descendiente del notable hombre de negocios coruñés Don Marcial de Adalid, prior del Consulado del Comercio (padre del gran músico Don Marcial Adalid (1826-1881), autor de las tres series de «Cantares nuevos y viejos de Galicia»; cuyo aludido padre, con Pardo de Andrade, y con el padre también de la futura condesa de Espoz y Mina, fueron represaliados por los liberales (cfr. Meijide Pardo, A.; Grial, n.º 80, p. 179)) y tuvo, entre otros, a
Don Ricardo Fernández de la Puente Williams, que casó con Doña María Joaquina Bereciartúa (hija de Don Pedro León Bereciartúa Balerdi y Loinaz, hermano de Don Lorenzo Bereciartúa, obispo de Sigüenza y de San Sebastián, capellán de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza, Antiguo Capítulo de Nobles Caballeros e Infanzones de San Jorge), descendiente, por Balerdi, de Doña María Arriola y Balerdi, bisabuela de Doña Juana María de Zabala, señora de las Cinco Villas de Arraya, madre de Don Félix María de Samaniego, C.o maestrante de Granada en 1773 e insigne fabulista, y de Doña María Josefa Samaniego y Zabala, que casó con el hermano del conde de Peñaflorida, abuelo a su vez de Doña Ignacia de Salazar y Zabala, de la casa de los condes de Villardefuertes; siendo la citada Doña María de Arriola y Balerdi ascendiente del primer conde de Pie de Concha, de los marqueses de Valmediano y de Don José de Idiáquez Isasi Arriola y Balerdi (Consejo de Calatrava y Menino del Príncipe Baltasar Carlos), así como de Don Francisco Idiáquez Isasi Arriola y Balerdi, Consejo de Alcántara, rector de la Universidad de Salamanca y canónigo de Málaga. En tanto que, por Loinaz, del linaje del mártir del Japón San Martín de la Ascensión de Loinaz (canonizado por Pío IX en 1862) está vinculada a la casa francesa de los condes de Luynes o Loynas (Loinaz) por Don Carlos de Loinaz, antepasado del cardenal de Richeliéu y, en España, con la duquesa de la Conquista, marquesa de Gracia Real (v. Castro, de la ciudad de San Julián de Cela y marqueses de San Saturnino, Doña María de la Soledad Loinaz y Bustamante) y con la condesa de Armildez de Toledo, duquesa de Almenara Alta, Doña María Diago y Tirry de Wal y Loinaz, marquesa pontificia de San Martín de la Ascensión, que tuvo a Don Ricardo Fernández de la Puente Bereciartúa, que sigue la línea
Don Alfonso Javier Fernández de la Puente.
Don Arturo Javier Fernández de la Puente.
Doña María del Juncal Fernández de la Puente
y Doña Margarita Fernández de la Puente.
Dicho Don RICARDO FERNÁNDEZ DE LA PUENTE, nacido en Barcelona el 18 de septiembre de 1954, casó con Doña María del Carmen Barbudo y Sotomayor (hija del almirante Don Enrique Barbudo, esposo de Doña María Sotomayor y Macpherson), y tuvo a
Don Ignacio Fernández de la Puente Barbudo y Bereciartúa Sotomayor (nació en Cádiz el 28 de marzo de 1981).
v. Don Juan de Zavala y de la Puente, marqués de Sierra Bullones y conde de Paredes de Nava, ministro de Marina en 1860.
Genealogía del general Franco Bahamonde
V. Don José Ignacio Fernández de la Puente Valerio, línea de los Vietti.
De este linaje de los PUENTE son glorias gallegas, nacidas en La Coruña, los hermanos Don José de la Puente y Brañas, famoso autor dramático (1824-1857) y don Ricardo de la Puente (1835-1880), comendador de la Real Orden de Carlos III, Gran Cruz de Isabel la Católica, literato selecto.
v. Torres-Adalid, condesa de Torre de Penela.
Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
En campo de azur, un puente de tres arcos, de plata, sobre ondas de agua de plata y azur, superado de un castillo de oro, aclarado de gules y sumado de una bandera de plata cargada del lema: «Por pasar la puente me puse a la muerte», en letras de sable, acostado de dos leones de oro, y en punta, sobre las ondas, una cabeza de moro coronada a la antigua.
Los del Valle de Trucios traen: Partido: 1º, un puente de dos ojos, uno mayor que otro, y sobre él, un castillo almenado, y 2º, una panela sumada de una cruz de Santiago. Bordura general con esta leyenda: «Por pasar la puente, me expuse a la muerte.»
Otros: Un puente con un solo ojo sumado, en el centro, de un castillo, entre dos cubos. En éstos ondea una bandera. Bordura con esta leyenda: «Por pasar la puente, me pondré a la muerte.»
Otros: En campo de gules, un puente de plata flanqueado por dos cabezas, por el que pasa un guerrero armado, sobre caballo.
Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.
La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño.
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.
El agua es símbolo de sabiduría ilustrada, de ánimo virtuoso, pudiendo también simbolizar extensión de dominio, así como el principio de todas las cosas y la regeneración del tiempo.
La bandera es la señal o insignia con que se distingue a un cuerpo de tropa. Símbolo de poder y de señorío sobre huestes y vasallos. La bandera se usaba mas en timbres que como divisa del escudo, sin embargo, dentro del blasón suele proceder de caballeros que pertenecieron a la Orden Militar "Caballería de la Razón", que fundó Don Juan I, rey de Castilla, en el año 1385, usando como divisa un estandarte.
La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario.
El caballo es símbolo de la guerra, representando la osadía y la rapidez en la acción.
La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento.
Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia.
La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas.