Origen y significado del apellido OLIVER
Linaje catalán muy antiguo y noble, que tuvo su casa solar en Reus (Tarragona). Entre sus primitivos solares figuran los que radicaron en las ciudades de Barcelona y Tortosa. Pasó a Mallorca, Aragón, Extremadura y Andalucía.
Pedro de Oliver figuró en la embajada que el rey de Aragón envió a Sicilia en 1132, y Bernardo Oliver fue uno de los cien caballeros que acompañaron al rey aragonés don Pedro al desafío de Burgos.
Los Oliver de Mallorca tuvieron su casa solar en la villa de Felanitx, del partido judicial de Manacor. Antes del año 1407 ya poseían la hacienda llamada "Algorerá", y en Campos, el predio la "Serra". Sus líneas se extendieron por otras villas.
Luis Oliver era jurado de la ciudad y reino de Mallorca en 1442. En 1449, se le comisionó para recibir al príncipe de Viana, hijos del rey don Juan de Navarra. En 1466 obtuvo dignidad política de conseller. Y en 1485 sirvió con gran valor en la guerra y conquista de Granada.
Antonio Oliver fue jurado de Mallorca en 1462 y 1475; Nicolás Oliver, en 1491 y 1495, y Juan Oliver, en 1518.
Juan Oliver murió en 1535 peleando contra el turco Barbarroja cuando desembarcó en el puerto de Mahón y saqueó aquella villa.
El Padre Antonio Oliver, religioso franciscano, varón sabio, como lo atestiguan sus escritos y versado en las lenguas latina, griega y hebrea, fundó el colegio de Tarija, en el Perú, y murió en Buenos Aires, el 31 de mayo de 1787. Otros religiosos y religiosas ilustres y que se destacaron por su vida ejemplar, hubo en esta familia Oliver mallorquina.
A la casa de la ciudad de Tortosa perteneció
I. Pedro Oliver, que contrajo matrimonio en 1361 con doña Lauda Breto, naciendo de este enlace
II. Francisco de Oliver y de Breto, caballero de Santiago y esposo de doña Francisca Aleix, de la que tuvo a
III. Francisco de Oliver y Aleix, barón de Balsareny, que celebró su enlace con doña Angelina Botaller, y procrearon a
IV. Luis Oliver de Botaller, vizconde de Castellbó, que casó con doña Jerónima de Riquer, y fueron padres de
V. Pedro de Oliver de Botaller y de Roquer, esposo de doña Juana de Morales, a la que hizo madre de
VI. Jaime de Oliver de Botaller y de Morales, que casó con doña Mariana Breto, y procrearon a
VII. Francisco Oliver de Botaller y de Breto, marido de doña Cándida Jordá. Les sucedió su hijo
VIII. Gregorio de Botaller y de Jordá, que casó con doña Cecilia Puig de Pasqués y de Marfá, y tuvieron estos tres hijos :
1.º Jacinto Oliver de Botaller y Puig de Pasqués, que murió sin sucesión. Obtuvo el título de marqués de Oliver.
2.º José Oliver de Botaller y Puig de Pasqués, que murió sin sucesión, pues sus hijos fallecieron de poca edad. Obtuvo el título de conde de Camprodón, y
3.º Francisca Oliver de Botaller y Fuig de Pasqués, que casó con Pedro José de Azcón y de Mendoza. Obtuvieron declaración de nobleza por el rey Felipe II, en el año 1590.
Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
Las de los Oliver de Barcelona : En campo de oro, un olivo, arrancado, de sinople.
Los de la casa de Tortosa, apellidados Oliver de Botaller : Cuartelado : l.º y 4.º, de oro, con un olivo de sinople puesto en un montículo del mismo color en el cantón diestro de la punta, y un tonel de su color en el centro de la punta, y 2.º y 3.º, también de oro, con un águila de sable, y en el jefe tres losanjes de gules puestos en situación de faja.
Antes, los Oliver de Tortosa habían usado el mismo blasón de los Oliver, de Barcelona, o sea, en campo de oro, el olivo, arrancado, de sinople, pues así se ve en la sepultura de Bernat de Oliver en el claustro de la catedral de Tortosa. Esa sepultura data del año 1348.
Otros Oliver de Cataluña trajeron estos otros tres escudos : De oro, con una banda de gules, acompañada de dos olivos de sinople, arrancados, uno a cada lado de la banda. De oro, con el olivo de sinople arrancado y acostado de dos cruces llanas de gules, una a cada lado del tronco.
Y de oro, con un gajo de olivo con varias ramas de sinople y en ellas un ave de sable, semejante a un cuervo, en actitud de atacar.
Los de Mallorca : De oro, con un olivo, arrancado, de su color natural. Bordura de sable.
En el sepulcro de Miguel Oliver (siglo XV), en el claustro de la catedral de Barcelona, se hallan labradas estas: de oro, un olivo arrancado de sinople, acompañado en el tronco de dos estrellas de gules.
Algunos de Barcelona traen: en campo de oro, una banda de gules, acostada de dos olivos de sinople.
Otros traen: en campo de oro, un olivo de sinople, acostado de dos cruces llanas, de gules.
Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: ""Ciencia Heroyca"", de Don José de Avilés. Año 1725; y ""Adarga Catalana"", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama ""sol"", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, ""topacio"" y en el de la nobleza en general ""oro"". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.
El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general.
El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demas hombres.
Las aves representan en general la libertad. Simbolizan un espíritu generoso que, llevado de su alegría interna, profiere siempre elogios y alabanzas de las acciones heroicas realizadas por otros caballeros.
La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones.
La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario.
El cuervo, en heráldica, simboliza "el espíritu audaz y animoso a la vista de poderosos contrarios, arriesgándose en defensa de aquellos a quienes se deben beneficios".
La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.