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Casa de Casteadona Según datos del archivo de D. Alejandro Pedrosa Neyra, Francisco García Enríquez casó con Felipa de Mena y tuvo, entre otros, a FRANCISCO ENRÍQUEZ, hermano del arcediano de Orense fundador de un mayorazgo, y que asó con Isabel Niño de la Vega, y tuvo por hijo a Antonio Enríquez Niño de la Vega, que sigue la línea Juana, monja. Isabel, monja. Diego, cura de Carnota. Jacinta Niño, que casó con Juan de Prada. ANTONIO ENRÍQUEZ NIÑO DE LA VEGA casó con Inés Sotelo de Novoa y tuvo por hijo a Francisco Antonio Niño de la Vega, que sigue la línea, y a Miguel Niño, arcediano de Orense. D. FRANCISCO ANTONIO NIÑO DE LA VEGA, casó con María Antonia de Armesto y Ron (V. Armesto, vínculo de Monforte y de Lor, tomo 2.º, página 130) y tuvo por hijo a ANTONIO NIÑO DE LA VEGA Y BERNALDEZ, que casó con Luisa Gabriela Enríquez. En su testamento (1745) se llama dueño de las jurisdicciones de Sanguñedo, Santás, Casteadona y otras; vecinode la casa y granja de Reza; poseedor de los mayorazgos fundados por D. Benito Enríquez de Novoa, arcediano de Orense arriba aludido, así como del mayorazgo fundado por el licenciado Diego Bernáldez, abogado de la Real Audiencia de Galicia; tuvo por hija a 1. María del Carmen Niño de la Vega, 2.ª esposa de Antonio Jacinto Sotelo de Novoa. 2. José Benito Niño, canónigo de Lugo, que testó en favor de su hermana mayor. 3. Juana Ventura Niño, que falleció sin sucesión.

Escudos de Armas del apellido:
En color de oro, siete flores de lis de azur, seis en dos palos de a tres y una en el centro.

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc..), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc.., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc..) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc., "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.