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Apellido de origen frisio, cuya primera denominación fue Onama. Se encuentra ya establecido en Cataluña hacia 1470. A la casa de su apellido, que radicó en La Bisbal, perteneció don Santiago de Jonama y Rajas, familiar de número del tribunal del Santo Oficio, que fue contador cónsul general de S. M. C. en Amsterdam. Este don Santiago obtuvo certificación de nobleza y blasones en Madrid él 20 de enero de 1816, por el cronista y rey de armas don Manuel Pérez Dávila. Entre sus hermanos estuvieron doña Lucía, que casó con el coronel don Latino Fitz-Gerald, gobernador del Castillo de la Trinidad de Rosas. Doña Lucía, durante el sitio de Gerona, fue capitana de la escuadra de San Narciso, en la compañía de Santa Bárbara. Otro hermano, el teniente coronel de ingenieros de los reales ejércitos, don Manuel José Narciso de Jonama y Bellsolar fue condecorado con la medalla de oro de sufrimiento por la patria el 12 de febrero de 1816; pasó a la República de Guatemala, donde fue ministro de la Guerra, y en donde casó, en el sagrario de la catedral, el 29 de mayo de l829, con doña María Josefa Peña y Ramírez, de quien dejó sucesión.      

Escudos de Armas del apellido:
En campo de azur, una flor de lis de plata.           

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.