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En Oñate (Guipúzcoa). Procede de la casa de Garibay. La heráldica y la genealogía del tronco de un linaje procede de los expedientes personales de los caballeros que pretendían ingresar en alguna de las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa y San Juan de Jerusalén. Estos expedientes se contrastaban en el entorno de sus Casas Solariegas por multitud de testigos, algunos de ellos rubricaban sus declaraciones en el mismo documento. Una vez se despachaba el hábito de la Orden correspondiente por el Maestre, se custodiaban los expedientes de ingreso en los "Caput Ordinis" o Casa Central de las Ordenes. Posteriormente se centralizaron en el Consejo de Ordenes y mas tarde, con la desamortización, pasaron a la Sección de Ordenes Militares del Archivo Histórico Nacional. Las recopilaciones de linajes en obras heráldicas y genealógicas han sido numerosas, pero aun así muchos linajes han quedado fuera de estos estudios por no haber vestido el hábito de las Ordenes Militares o incluso por haber cambiado la grafía de sus apellidos en el devenir de los siglos.

Escudos de Armas del apellido:
Las mismas de los Garibay: Un ciervo corriendo por un campo de espigas, y sobre él un águila con las alas abiertas. Alfredo Basanta, que recoge estas armas hablando de los Oñate, dice que ese águila pudiera ser también un cuervo o buitre, pues el dibujo no es muy perfecto, y que su posición no es la del águila, sino que está de pie, mirando al lado diestro con las alas levantadas.

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demás hombres. El ala representa a las alas del águila, simbolizando la libertad, dada sus ansias de volar y surcar los cielos. El cuervo, en heráldica, simboliza "el espíritu audaz y animoso a la vista de poderosos contrarios, arriesgándose en defensa de aquellos a quienes se deben beneficios". El ciervo simboliza ánimo esforzado, que saca y recobra energías aun en las ocasiones más adversas. Representa al soldado experimentado y prudente que aguarda cautamente la llegada de sus adversarios.