En la villa de Usúrbil, del partido judicial de San Sebastián (Guipúzcoa). I. Martín de Icazate tuvo en su mujer doña María de Goyeneche, a II. Martín de Icazate y Goyeneche, que casó con doña Margarita de Aguinaga, a la que hizo madre de 1º Martín de Icazate y Aguinaga, que sigue. 2º, 3º y 4º Pedro, Juanes y Alonso de Icazate y Aguinaga. Estos cuatro hermanos hicieron información de nobleza en la villa de Usúrbil, que fue aprobada por Real Chancillería de Valladolid el 6 de Abril de 1710. III. Martín de Icazate y Aguinaga contrajo matrimonio con doña María de Echavarría, y procrearon a IV. Bernardo de Icazate y Echavarría, vecino del lugar de Bortedo, en el valle de Mena, del partido judicial de Villarcayo (Burgos), que en 1745 hizo en la misma Chancillería expediente de hidalguía y presentó la información rendida por su padre y tíos paternos.
Escudos de Armas del apellido:
El escudo, en heráldica, es el soporte físico del blasón, al centro de las armerías. En la panoplia que representa el blasón, el escudo propiamente dicho representa el escudo de los hombres de armas. Las armas son generalmente presentadas sobre un escudo pero otros soportes son posibles: una vestimenta como el tabardo del heraldo, un elemento de arquitectura como un anuncio mural, un objeto doméstico... En este caso, la forma del contorno es aquella del soporte. El escudo se materializa por la forma geométrica y sus divisiones potenciales, o mesa de espera, en la que están representadas las armas. El escudo puede tomar diferentes formas, de acuerdo al origen de su representación.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753.