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Es tan pretérito este linaje navarro, que muchos tratadistas lo relacionan con la fundación del lugar de Ibero, uno de los más antiguos de Navarra, y que hoy pertenece al Ayuntamiento de Olza y partido judicial de Pamplona, "en muy deleytoso, fértil y ameno lugar", según los antiguos anales de Aragón. Estos autores sostienen que, los de este linaje, descienden del solar y palacio de los Anís. Su etimología es "agua caliente", según el filólogo Querexeta, aunque para el también filólogo Michelena lo que significa es "lugar de juncos". Los ilustres varones de su rama troncal desempeñaron cargos muy preeminentes, fueron Señores de Eraso y de Oteiza, y radicaron principalmente en Pamplona. Una línea entroncó con los Velázquez-Gaztelu, otra con los Odériz, y otra se apellidó Ibáñez de Ibero. Se tienen noticias de Juan de Ibero, Alcalde Mayor de la Corte de Navarra, por el año 1.560.

Escudos de Armas del apellido:
En el convento de Trinitarias Descalzas de Pamplona, fundado por Manuel Esteban de Ibero y Daoiz, veíanse las armas de esta familia en su enterramiento, que eran: Escudo cuartelado: 1º, media luna, y medio cortado de ajedrez; 2º, dos bandas vibradas; 3º, un castillo, y medio cortado con dos lobos, andantes, puestos en palo, y 4º, cuartelado en sotuer: primero y cuarto, con dos águilas, y segundo y tercero, con tres bandas cargadas de armiños. Este escudo contiene armas de distintos linajes unidos por entronque, siendo las del primer cuartel las puras y propias de Ibero, que se organizan así: Escudo cortado: 1º, de gules, con un creciente ranversado y jaquelado de sable y oro, y 2º, jaquelado de sable y oro. Juan Carlos de Guerra, atribuye a los Ibero este otro escudo: "Cuartelado: l º, ocho lobos repartidos por igual en cuatro cuarteles; 2º, dos leones rampantes puestos en situación de faja, cuartelados con tres conchas, puestas una sobre otra, y acompañadas al flanco derecho de tres jaqueles, puestos uno sobre otro; 3º, tres pájaros en triángulo, y 4º, dos castillos en palo, con una estrella en el cantón primero del jefe." Reproducimos textualmente su descripción. Los Ibáñez de Ibero traen las siguientes armas: Escudo cuartelado: 1º y 4º, de gules, con una faja jaquelada de sable y oro, acompañada en el jefe de un creciente ranversado con los mismos jaqueles; la punta de plata, y 2º y 3º, de oro, lisos, con bordura de gules también lisa.

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demás hombres. Los armiños, en heráldica, simbolizan la inclinación que tienen los hombres a viajar por tierra y mar; propensión que se atribuye a los Bretones. También representa la Pureza. El uso de traer los armiños por forros en sus vestidos, los Gobernadores y personas de representación, dio motivo a algunos heraldos para tener los armiños por símbolo de Dignidad. Fernando V, rey de Aragón, cuando echó de Calabria al duque de Lorena, descubierta la conspiración del príncipe de Resana, instituyó una Orden de caballería llamada del Armiño, dando a sus caballeros un collar de oro con un armiño pendiente, y por divisa el epígrafe "Malo mori quam faedari", para mostrar a los caballeros de dicha Orden que primero se debe morir que faltar a la fidelidad de su príncipe. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apóstol en su martirio. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demás edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia. La luna o creciente, en las armerías, se ha tenido por buen agüero, y presagio de grandeza, como se dice del sueño de Milon, hijo de Guillermo, Conde de Borgoña, a quien la noche antes de ser electo Papa, con el nombre de Calixto II, en el año 1119, se le representó en sueños un ángel, que le ponía una luna (creciente) baxo de sus rodillas, advirtiéndole, como sucedio después, que sería el Jefe de la Iglesia Universal. Los hebreos celebran las fiestas que llamaron Neomenías (en recuerdo de su pasado pastoril), y entre los árabes es distintivo de poder y de nobleza. Carlos I instituyó, en la ciudad de Mesina, la Orden Militar del Creciente, y sus caballeros y algunos de sus descendientes cargaron los crecientes en sus armas.