En tiempos muy cercanos unos de otros, si no en los mismos, aparecen en distintas comarcas del Norte, especialmente en las provincias vascongadas, caballeros de este apellido, siendo muy difícil averiguar si todos ellos formaban una misma familia o si pertenecían a casas diversas. Acaso fuera esto último, puesto que en el país vasco hay varios lugares que se denominan Ibarra, de los que debieron proceder, tomando su nombre por apellido, distintas familias de aquella región. Pero sea una o varias familias, no puede negarse su gran antigüedad. Todos los individuos nombrados en documentos antiguos y en las "Bienandanzas e Fortunas", de Lope García de Salazar, pertenecen a la época en que se iniciaron las guerras de los linajes o bandos, y casi por los mismos años aparecen en Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Las casas más antiguas e ilustres de Ibarra son, probablemente, las vizcaínas, y éstas radicaron en Guecho, Sopelana, Urdúliz y Górliz, del partido judicial de Bilbao; en Abadiano, Berriatúa, Dima y Amorebieta, del partido de Durango; en Gordejuela, del partido de Valmaseda, y en esta villa, y en Mendeja, del partido de Marquina. De la casa de Guecho, llamada de Ibarra-Bengoa, dimanaron tres ramas, procediendo de la segunda los Condes de Ibarra, que se establecieron en Sevilla, y de la tercera los Marqueses de Arriluce de Ibarra. Los Condes de Ibarra formaron luego la cuarta rama de la repetida casa de Guecho. Una línea originaria de la casa de Ibarra de Abadiano, moró en la ciudad de Alicante. CASA DE ABADIANO Con línea en Alicante Domingo de Ibarra y Ochoa, bautizado en Mañaria el 10 de marzo de 1612, pasó a Elche, en la provincia de Alicante, y en 1657 casó, en la parroquia de San Salvador, con doña Salvadora Ferrero. Tuvieron a Juan de Ibarra y Ferrero, que contrajo matrimonio en Bocairente, de la misma provincia, el 25 de junio de 1681, con doña Agueda Ferré, fueron padres de Juan de Ibarra y Ferré, bautizado en Santa María de Elche en 1701, que casó cinco veces: la primera, con doña Magdalena Irles, en 1722; la segunda, en 1735, con doña Juana Borreguero; la tercera, con doña Teresa Capello; la cuarta, con doña Gertrudis Esteban, y la quinta, con doña Teresa Reyes de Guardamar. Mosén Jaime Febrer nos cuenta que Guillermo Ibarra, infazón de Huesca, pasó contra los rebeldes de Murcia, y, aprovechándose de la oscuridad de la noche, asaltó un gran convoy que se dirigía a la mencionada ciudad. El rey don Jaime I le premió este servicio dejándole bien acomodado en tierras y casas de Orihuela. Poseyó, además, en Alicante y Murcia, cinco casas y villa en Almoradi, villa del partido judicial de Dolores, en Alicante. En Utiel (Va!encia) moró otra familia de este apellido. De la casa de la anteiglesia de Dima descienden los Medrano Ibarra. Y en Bilbao moró otra familia Ibarra, originaria de la villa alavesa de Oquendo. En Guipúzcoa, las casas más importantes del apellido que nos ocupa radicaron en Eíbar, Elgóibar, Elgueta, Placencia y Mendaro, del partido de Vergara, y en Tolosa. A la Rioja pasaron dos ramas vizcaínas de este apellido, un dimanada de la casa de Gordejuela y otra que procedía de la casa de Guecho. Esta última rama se estableció en Torrecilla de Cameros. A más, hubo en la Rioja otras dos importantes casas de Ibarra: una en Ojacastro y otra en Brunuela. Los de este apellido pasaron también a Aragón, Valencia y Andalucía, a Méjico, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela y Chile. Los Ibarra fueron miembros principales en las distintas órdenes militares, para lo cual litigaron no pocas veces en las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada. También entre los primeros conquistadores del Nuevo Mundo estuvieron presentes Los Ibarra y entre ellos se pueden citar a don Ortuño de Ibarra, a don Martín Lope de Ibarra y a don Francisco de Ibarra que encabezó una expedición que partiendo de Zacatecas (Mejico) llegó hasta la Florida en el año 1.563. Don Diego de Ibarra nacido en Eibar, fue Capitán General y Gobernador de Nueva Galicia. Este apellido puede encontrarse muchas veces en Méjico sobre todo en la ciudad de Michoacán cuya rama estableció escudo propio.
Escudos de Armas del apellido:
Guillermo Ibarra, el caballero infanzón de Huesca, que estuvo en la conquista de Murcia, ostentaba, según Febrer: «Dos lobos asidos a un pino o carrasco verde, sobre campo encarnado con la orla de plata». Los Ibarra de la villa de Utiel (Valencia), trajeron: De plata, con tres cabezas de sierpe, de sinople, lampasadas de gules y puestas en triángulo. Los Ibarra de la casa solar vizcaína de Guecho, Marqueses de Arriluce de Ibarra y Condes de Ibarra, trajeron durante mucho tiempo las mismas armas de la casa guipuzcoana de Eíbar, que más adelante describiremos, pero realizados estudios que no lograron probar el entronque de ambas casas de Eibar y de Guecho abandonaron dichas armas y tomaron las que presentan como propias de familia los antecedentes de su casa. Dichas armas de Guecho-Sopelana, son ahora: De plata, con un olivo de sinople arrancado, de dos ramas, y en el hueco que éstas dejan, una cruz de gules llana, surmontada de una corona de espinas de sinople. Los Ibarra de la casa de Berriatúa, también en Vizcaya, traen: De gules, con una banda de plata, engolada en cabezas de dragones del mismo metal, acompañada en lo alto, de tres estrellas de oro puestas en triángulo, y en lo bajo, de cinco panelas de plata puestas en sotuer. Los de Gordejuela, igualmente en Vizcaya: De oro, con un árbol de sinople y dos lobos de sable empinados al tronco. Bordura de plata, con ocho sotueres de gules. Otros de Gordejuela: Escudo cuartelado: 1º y 4º, de oro, con cuatro crucetas de gules, gringoladas de sinople, y 2º y 3º, de sinople, sembrados de hojas y abrojos de plata. Sobre el todo, escusón de gules, con una banda de plata, engolada en cabezas de dragones de sinople, lampasadas de lo mismo. Divisa: "Misterium tuun imple." Algunos pintan esas cabezas de dragones, de oro, lampasadas de gules. Diego Hernández de Mendoza suprime dicho escusón y coloca brochante sobre el todo, la banda de plata engolada en las cabezas de dragones. Los tratadistas Vadillo y Villanueva organizaron esas mismas armas en escudo partido, poniendo en el primer cuartel las cuatro crucetas gringoladas; en el segundo, los abrojos de plata en campo de sinople, y sobre el todo, el escusón de gules con la banda de plata. Y añaden que así las usaron los Ibarra de Elorrio. Los Ibarra vizcaínos de Arratia, ostentaron este escudo cortado: 1º, de oro, con tres panelas de sinople, puestas en triángulo, y 2º, de oro también, con un árbol de sinople, y a la derecha de su tronco, un lobo de sable metido en una jaula y atado al tronco. Los también vizcaínos de Górliz: Escudo cuartelado: 1º y 4º, de gules, con una torre de oro aclarada de azur, y 2º y 3º, de sinople, sembrados de abrojos de plata. Los Ibarra de Eíbar, en Guipúzcoa: Escudo cortado: 1º de azur, con una banda de oro, acompañada en lo alto, de tres estrellas del mismo metal, puestas en triángulo, y 2º, de oro, con tres panelas de sinople, puestas también en triángulo. Después usaron los mismos Ibarra de la casa de Eíbar; este escudo terciado en faja: 1º, de oro, con un águila de sable bicéfala; 2º, de oro también, con tres panelas de sinople, puestas en triángulo; medio partido de azur, con una banda de oro, acompañada en lo alto de tres estrellas del mismo metal, puestas en triángulo, y 3º, de azur, con una corona de oro antigua, que el primer Marqués de Arriluce de Ibarra, don Fernando María de Ibarra y de la Revilla, las sustituyó con el escudo que primeramente hemos descrito y pintado, por ser el propio de su casa y familia, según resultó de los nuevos estudios que se realizaron. También ostentaron los Ibarra de Eíbar y de Elgueta este escudo cuartelado: 1º y 4º, de azur, con la banda de oro acompañada en lo alto de tres estrellas del mismo metal, puestas en triángulo, y 2º y 3º, de oro, con tres panelas de sinople, puestas también en triángulo. Sobre el todo, escusón de gules con dos águilas de sable. Otros de la villa guipuzcoana de Elgueta: De plata, con tres panelas de sinople puestas en triángulo. Los también guipuzcoanos de la villa de Anzuola y su barrio de Lizárraga: De plata, con un pino de sinople, y dos lobos de sable empinados al tronco. Armas muy semejantes a las primeras de la casa de Gordejuela. Vadillo atribuye a otros Ibarra de Guipúzcoa este escudo cuartelado: 1º y 4º, de oro, con cuatro estrellas y cuatro flores de lis de plata, aunque creemos que se equivoca, porque pone el metal sobre el metal, en contra de las leyes heráldicas, y 2º y 3º, de sinople, con cuatro castillos de oro. Sobre el todo, escusón de gules, con un árbol de sinople, y brochante sobre el árbol, una banda de plata. Otros: De gules, con tres piñas de oro, acompañadas de ocho flores de lis de plata. Otros: Cuartelado: 1º, de oro, con tres barras de gules; 2º, de plata, con una banda de sable, engolada en cabezas de dragones de lo mismo; 3º, de azur, con tres flores de lis de oro, y 4º, de gules, con cinco panelas de plata, puestas en sotuer. Otros: Escudo palado de ocho piezas de plata y sable, cuatro de cada esmalte. Otros: De oro, con el jefe de azur, y bordura de gules con ocho sotueres de oro. Los de Motrico traen escudo cuartelado: 1.° y 4.°, en campo de sinople, una cruz de plata, floreteada, y 2.° y 3.°, en campo de oro, dos cabezas de sierpes de sinople, ensangrentadas y linguadas de gules. Otros traen: en campo de oro, tres panelas de sinople. Los de Valencia traen: en campo de gules, un árbol al natural, con dos lobos de sable empinados al tronco; bordura de plata.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demas hombres. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. La barra, al igual que la banda, simboliza el tahalí del caballero, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servia a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento. Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia. La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.