Se trata de un ilustre y noble apellido de abolengo muy antiguo, de origen, sin duda de clase alguna, castellano, y radicado originaria y concretamente en las montañas de Santander. Gonzalo Ibáñez, descendiente del ilustre Conde don Gómez y maestre de la Orden de Caballería de Calatrava, fundó su casa solariega en la Merindad de Trasmiera, Santander. Por tanto, inequívocamente, el punto de partida, originario, del apellido Ibáñez puede fijarse en la provincia de Santander, aunque, con posterioridad se fue extendiendo por toda la Península Ibérica, así como, en muchos ilustres componentes, en toda la América Hispana, donde hubo ilustres personajes de este apellido de rancia nobleza e hidalguía. El apellido Ibáñez probó sobradamente su nobleza para que varios de sus miembros ingresaran en las Ordenes Militares de Calatrava y Santiago. El primer Conde de Ibáñez fue el ilustrísimo señor don Francisco Feliciano Ibáñez en el año 1.881. El apellido Ibáñez, con desusada frecuencia, se complementa con otros ilustres apellidos, formando uno sólo, que se entiende por apellido compuesto y que normalmente, si la figura del apellidado es notoria, se sigue usando compuesto por sus descendientes, costumbre muy extendida en la nobleza e hidaguía de España y de Europa. Ejemplos: Ibáñez de Ibero, Carlos, marqués de Mulhacén, prestigioso militar del arma de Ingenieros, al que se considera con toda justicia fundador de la moderna geodesia española. Ibáñez de la Rentería, José Augusto, destacado político y escritor. Nacido en el País Vasco. Ibáñez de la Riva, Antonio, de relevante prestigio en su apostolado, alcanzó el arzobispado de Zaragoza. Ibañez del Campo, Carlos, prestigioso militar y hábil político, destacadísimo en su país, Chile, de origen español. Ibáñez de Peralta, Francisco, militar español gobernador de Chile. Ibáñez de Segovia, Gaspar, marqués de Mondejar, Vallehermoso y Agrópoli, erudito español. Otros autores dicen que de la casa-torre de Bañez, sita en el valle de Léniz, del partido judicial de Vergara, en Guipúzcoa, procedió el linaje de Bañez, así como la rama apellidada Bañez de Artazubiaga, formada por entronque de esos Bañez con los Artazubiaga, que tenían su casa solar en la anteiglesia de Bedoña, del Ayuntamiento de Arechavaleta, en el mismo partido de Vergara. Líneas dimanadas de dichos linajes, debieron convertir el Bañez en Ibáñez, pues familias que usaron este último apellido no sólo radicaron en Bedoña, Mondragón y otros puntos del partido judicial de Vergara, donde tuvieron su asiento los Bañez y los Bañez de Artazubiaga, sino que ostentaron también sus mismas armas con pequeñas variantes, como se verá después. Confirman lo que queda dicho, los siguientes datos: Era Señor y Pariente Mayor de la casa de Bañez de Bedoña, en mediados del siglo XIII, el Caballero Peri-Bañez, que tuvo tres hijos. El mayor se llamó Martín Ibáñez, el cual, después de asistir a la conquista de Sevilla, pobló en la villa guipuzcoana de Mondragón, en el sitio que primeramente ocupó el castillo de Arrasate. Contrajo matrimonio con una hermana de Alfonso Correa, Maestre de Santiago, y algunos de sus descendientes se apellidaron Ibáñez. Otro solar muy antiguo de Ibáñez hubo en Valmaseda (Vizcaya), del que proceden los Ibáñez de Murcia; otro en el lugar de Aedo, del valle de Carranza y partido judicial de Valmaseda; otro en Durango, otro en Bilbao, éste originario de los Bañez, y otro en Uribe. En el lugar de San Miguel de Bernagoitia, del Ayuntamiento de Amorebieta y partido judicial de Durango, también en Vizcaya, hubo otra casa de este apellido, de la que procedieron: Agustín Pedro, José Bernardino y Luis Ibáñez y Pérez, vecinos de la villa de Elciego, en Álava, que el 17 de Mayo de 1804 obtuvieron Real provisión de hidalguía en la Chancillería de Valladolid. También procedieron de la misma casa, Julián y Justo Ibáñez, que el 20 de Febrero de 1819 obtuvieron declaración de vizcainía. En Álava radicó una familia de Ibáñez en el valle de Cuartango, del partido judicial de Añana. Debió proceder del solar de Uribe, en Vizcaya, puesto que ostentó el mismo escudo de armas. De la villa de Sansoain, en el partido judicial de Tafalla (Navarra), fue natural el Licenciado Santiago Ibáñez, vecino del lugar de Andosilla, que casó con doña Francisca Recart de Landíbar y Andueza, y procrearon a Francisca, Fausta y Francisco Ibáñez Recart, todos los cuales fueron reconocidos en su nobleza en la Real Audiencia de Pamplona, como descendientes de la casa de Ibáñez, de Sansoain, en 1776. Otras casas de Ibáñez hubo en el antiguo reino de Navarra, pero como sus familias usaron ese apellido unido a otro formando uno solo. También en la provincia de Santander hubo Ibáñez Originarios del solar de Bañez, en Guipúzcoa. Un Ibáñez de la ciudad de Tuy, descendiente de los de este apellido, de Solares, presentó una probanza de su hidalguía ad perpetuam rei memoriam, en 1591; otro de Ribadeo, procedente de Asturias, en 1779, por un mismo acuerdo; otros de Ginzo y de Pontareas, venidos del Pedroso, ganaron ejecutoria de nobleza en 1761. De entre los de Ribadeo fue famosísimo D. Antonio Fiaimundo Ibáñez, que era uno de los componentes de la Junta municipal contra la invasión de los franceses, constituida el 9 de junio de 1808. Fue el fundador de las Reales Fábricas de Sargadelos, por lo que D. Carlos IV le había concedido los Títulos de Marqués de Sargadelos y Conde de Orbaiceta, de los que no llegó a posesionarse. Las Tropas del teniente general D. José Worster, que cometieron en Ribacleo peores tropelías que los franceses, mataron a Ibáñez e inutilizaron el fuerte de San Damián de aquella villa. Aunque asturiano de origen (de la feligresía de Sta. Eulalia de Oscos), en Sargadelos (ayuntamiento de Cerbo, partido judicial de Vivero) levantó su fábrica y su pazo, de donde salieron las hermosas porcelanas y losas que hoy buscan los museos y los coleccionistas con afán, y son orgullo de muchas casas gallegas que las ostentan como reliquias de valor inapreciable. Para los que tenemos siempre a mano los volúmenes del Diccionario Geográfico de Madoz, nos son familiares las palabras con que este autor anatematiza el asesinato de tan ilustre prócer, que recogió después en uno de sus cuadernos, al hablar de Sargadelos, la diligencia de los autores de Los Pazos Gallegos. A cualquiera de ambas publicaciones remitimos a nuestros lectores. La genealogía de D. Antonio Raimundo Ibáñez esta tomada del legajo 1.154-1, de la Real Chancillería de Valladolid. Ascendientes de los de Tuy HERNANDO GONZÁLEZ DE IBÁÑEZ casó con Elvira Sanz de Rubalcaba; tuvo por hijo a JUAN GONZÁLEZ DE IBÁÑEZ, que casó con María González de las Cagigas; tuvo por hijo a JUAN IBÁÑEZ, que casó con Elvira de Cosa; tuvo por hijo a JUAN IBÁÑEZ, vecino de Tuy, descendiente de la casa solar de Ibáñez, de Solares (ayuntamiento de Villaviciosa, en Asturias); Instruyó Juicio en la Real Chancillería de Valladolid, con probanza ad perpetuam rei memoriam (12-III-1591). Genealogía del fundador de la Fábrica y del Pazo de Sargadelos D. BERNARDO IBÁÑEZ (hijo de D. Juan Ibáñez y de D.ª Serafina de Llano Queipo) casó con D.ª Ángela Valdés Villar (hija de D. Jerónimo de Villar Valdés y de Dª Isabel de Canel Miranda), en Oviedo, 8-I-1698; empadronado como noble en padrones de Oviedo, desde 1681 a 1705; tuvo por hijo a D. SEBASTIÁN IBÁÑEZ, bautizado en Oviedo, 28-IX-1705; casó con D.ª María Cayetana Álvarez Castrillón y Navia (hija de D. Jacinto Fernández Lombardero y de Dª Catalina Álvarez Castrillón), en Sta. Eulalia de Oscos (ayuntamiento que confina con tierras de la provincia de Lugo), 13-VIII-1745; empadronado como noble en padrones de Oviedo, desde 1722 a 1773; tuvo por hijo al célebre y meritísimo varón EXCMO. SR. D. ANTONIO RAIMUNDO IBÁÑEZ, del que nos acabamos de ocupar, vecino de la villa de Ribadeo, bautizado en Sta. Eulalia de Oscos, 18-X- 1749; fundador de la fábrica y del pazo de Sargadellos; casó con la Excma. Sra. Dª Josefa de Prada (hija de D. Diego López Acevedo y de Dª Antonia de Prada), en la villa de Ribadeo, 15-VIII-1774; empadronado como noble de Ribadeo, en padrones de esta villa, desde 1751 a 1776, y siempre como hidalgo; tuvo por hijos a D. José Antonio y a D. Antonio José; Instruyó Juicio en la Real Chancillería de Valladolid, 26-VI11-1778, con Real Provincia, por un mismo acuerdo, del 13-1-1779. Los de Pedroso pasan a Galicia D. SEBASTIÁN IBÁÑEZ MURGA casó con D.ª Ana del Cerro; tuvo por hijo a otro D. SEBASTIÁN IBÁÑEZ, que casó con D.ª María Martínez; nacidos ambos en Pedroso tuvo por hijo a D. JUAN FRANCISCO IBÁÑEZ, nació en Pedroso, 1711; casó con D.ª María Barcia, nació en Ginzo, 1706; tuvo por hijo a 1. D. Antonio Ibáñez, que ganó la ejecutoria de 1761, de la que tomamos estos datos. 2. Dª María Josefa Ibáñez, nació en Pontareas, 1746, y que casó con D. Manuel Linares.
Escudos de Armas del apellido:
Algunos Ibáñez de la provincia de Santander, originarios del solar de Bañez, de Guipúzcoa, trajeron: De sinople, con un castillo de plata, incendiado, y movientes de los flancos del escudo, dos brazos armados de plata, con una tea en la mano, prendiendo fuego al castillo por la puerta. Estas mismas armas ostentaron los Ibáñez de Bilbao, también originarios del solar de Bañez, pero con las siguientes variantes: En campo de oro, un castillo al natural ardiendo; movientes de los flancos, dos brazos armados de sable, con una tea en la mano, prendiendo fuego al castillo, y dos B, también de sable y afrontadas, una a cada lado de la fortaleza. Estos dos escudos son, con pequeñas diferencias, iguales a los de Bañez y Bañez de Artazobiaga. Los Ibáñez de la casa de Valmaseda, en Vizcaya, trajeron: De oro, con un castillo de piedra, mazonado de sable, sumada la torre del homenaje de un brazo armado con una bandera de gules en la mano. Al pie del castillo dos osos de su color, atados con una cadena de hierro, uno a cada lado. Morote y Cascales dicen que estas mismas armas usaron los Ibáñez de Murcia, pero añaden que delante del castillo hay un puente sobre un río de aguas de azur y plata. Así lo afirma también Labayru. A ese puente alude el lema de: "Por pasar la puente me pondré a la muerte", que lleva el mismo escudo en sus adornos exteriores. Jorge de Montemayor señala las mismas armas que acabamos de describir como propias de los Ibáñez vizcaínos y murcianos, y agrega que otros usaron sólo el castillo y debajo de éste una flor de lis de azur, pero que las primeras son las originarias y propias. Los de la casa solar del lugar de Aedo, del valle de Carranza y partido judicial de Valmaseda (Vizcaya): En campo de plata un roble de sinople frutado de oro, acompañado a la diestra de cinco panelas de gules puestas en sotuer, y a la siniestra de un perro bermejo queriendo saltar hacia una sierpe puesta en la copa del árbol, en el jefe, volante y en actitud de acometer. Los del valle de Cuartango, en Álava, tenían: De azur, con una cadena de oro de siete eslabones, puesta en situación de banda, engolada en cabezas de dragones de oro y acompañada de dos veneras del mismo metal, una en lo alto y otra en lo bajo. Estas mismas ostentó el solar de Ibáñez en Uribe (Vizcaya). "Castillo arrimado a una columna de azur, en campo de plata, y orla de ocho lises doradas en campo rojo", dice el Sr. Cotarelo. Las que traía el fundador del pazo de Sargadelos figuran en el escudo que allí campea; Escudo partido; 1ª partición, en campo de gules, dos estacas de oro, con un armiño de sable sobre cada una; 2ª partición, de plata, con una torre con su homenaje, sobre ondas de azur y plata; bordura general, de plata, con diez aspas de gules.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. El agua es símbolo de sabiduría ilustrada, de ánimo virtuoso, pudiendo también simbolizar extensión de dominio, así como el principio de todas las cosas y la regeneración del tiempo. El ala representa a las alas del águila, simbolizando la libertad, dada sus ansias de volar y surcar los cielos. Los armiños, en heráldica, simbolizan la inclinación que tienen los hombres a viajar por tierra y mar; propensión que se atribuye a los Bretones. También representa la Pureza. El uso de traer los armiños por forros en sus vestidos, los Gobernadores y personas de representación, dió motivo a algunos heraldos para tener los armiños por símbolo de Dignidad. Fernando V, rey de Aragon, cuando echó de Calabria al duque de Lorena, descubierta la conspiración del príncipe de Resana, instituyó una órden de caballería llamada del Armiño, dando a sus caballeros un collar de oro con un armiño pendiente, y por divisa el epígrafe "Malo mori quam faedari", para mostrar a los caballeros de dicha órden que primero se debe morir que faltar a la fidelidad de su príncipe. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. La bandera es la señal o insignia con que se distingue a un cuerpo de tropa. Símbolo de poder y de señorío sobre huestes y vasallos. La bandera se usaba mas en timbres que como divisa del escudo, sin embargo, dentro del blasón suele proceder de caballeros que pertenecieron a la Orden Militar "Caballería de la Razón", que fundó Don Juan I, rey de Castilla, en el año 1385, usando como divisa un estandarte. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El brazo simboliza la fortaleza. La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento. Las familias españolas, que traen cadenas en su blasón, es por la batalla de las Navas, en la que se rompió el palenque de Miramomelín, guarnecido de gruesas estacas y cadenas muy fuertes Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.