D. BERNARDO PARDO HERBÓN RIBADENEIRA casó con Dª. Juana de Valcárcel y fueron vecinos de la casa de Rivas; aparecen empadronados como nobles en 1737, en San Pedro de Cadoalla; tuvieron por hijo a D. JUAN PARDO HERBÓN RIBADENEIRA, empadronado como noble en 1737; casó con Dª. Isabel Valcárcel y Neira, y tuvo por hijo a D. JOSÉ ALEJO PARDO HERBÓN RIBADENEIRA, vecino de la casa de Rivas, dueño do las jnes. de Barcia Pérez y Sta. Oxea (Uxea, Ujea, cerca de Lugo); empadronado como noble en 1768 en San Pedro de Cadoalla; casó con Dª. María Figueroa, y tuvo por hijo a D. JOSÉ PARDO HEBÓN RIBADENEIRA, que mandó una compañía de nobles en las guerras con Portugal; casó con Dª. María Josefa Saco Ribadeneira (o Saco Quiroga y Ulloa) (hija de D. Jerónimo Saco y Quiroga, vecino de Seoane, empadronado como noble en 1737, y de Dª. Juana Pardo Quiroga: V. SACO), Casa de Seoane, en San Martín de Folgosa); tuvo por hijo a D. RAMÓN PARDO HERBÓN RIBADENEIRA Y SACO QUIROGA, nació en San Pedro de Cadoalla, 1776; guardia marina en 1793; procedente por línea patena de las casas de Ribas, Casasola y Lagos, con el señorío jurisdiccional de Santa Oxea de Pallares y Barcia Pérez; empadronado como noble y heredero de los señoríos paternos, en 1779.
Escudos de Armas del apellido:
El escudo, en heráldica, es el soporte físico del blasón, al centro de las armerías. En la panoplia que representa el blasón, el escudo propiamente dicho representa el escudo de los hombres de armas. Las armas son generalmente presentadas sobre un escudo pero otros soportes son posibles: una vestimenta como el tabardo del heraldo, un elemento de arquitectura como un anuncio mural, un objeto doméstico... En este caso, la forma del contorno es aquella del soporte. El escudo se materializa por la forma geométrica y sus divisiones potenciales, o mesa de espera, en la que están representadas las armas. El escudo puede tomar diferentes formas, de acuerdo al origen de su representación.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753.