Con las denominaciones de Hera, Heras o de las Heras, este apellido se halla muy extendido por España. De Navarra fue Martín Fernández de las Heras, que en el año 1791 compareció ante el Tribunal de Navarra, y en nombre propio y en el de sus hijos Francisco, Pablo y Juana, vecinos todos de Piedramillera, villa del partido judicial de Estella, solicitó que, como sextos nietos de Juan Fernández de las Heras, se les concediesen las mismas regalías y honores que tuvo aquél, lo que se mandó así. En la ciudad de Frías, del partido judicial de Briviesca (Burgos), y en su barrio llamado de Quintanaseca, hubo otra casa de las Heras. Una línea pasó a la villa de Labastida, del partido judicial de Laguardia (Álava), y a ella pertenecieron Antonio Isidoro de las Heras Iriarte y Eduardo de las Heras Iriarte, Abogado de los Reales Consejos y Alcalde Mayor de Belchite (Zaragoza), hermanos, que el 3 de Diciembre de 1777 obtuvieron Real provisión de hidalguía en la Chancillería de Valladolid. El 31 de Julio de 1890 se concedió el título de Marqués de Blegua a favor de doña María Joaquina de Heras Mergelina Valdespino y Barreda, hermana de doña María Luisa, a quien le fue otorgado el título de Condesa de Ballobar, el 10 de Enero de 1890. El 27 de Septiembre de 1746 ganó Real ejecutoria de hidalguía, en la Chancillería de Valladolid, Tomás de Heras, cuya hija casó con Francisco Camba y Soria, de los Marqueses de Fuentedepiedra.
Escudos de Armas del apellido:
De oro, con dos lobos de azur, andantes, uno sobre otro, y bordura lisa de gules. Divisa: "A luchar con valentía y altivez", puestas en letras de azur sobre un volante de oro. La Nobleza Executoriada de Navarra describe así las armas de los de las Heras de dicha región: "Son cuatro cuarteles: en el primero, un árbol y en su extremo superior un ave; en el segundo, doce calderas; en el tercero, otras doce; en el cuarto, cinco bandas encarnadas, y alrededor de él, por orla, ocho aspas".
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio. Las aves representan en general la libertad. Simbolizan un espíritu generoso que, llevado de su alegría interna, profiere siempre elogios y alabanzas de las acciones heroicas realizadas por otros caballeros. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia.