Creen algunos autores que este antiquísimo linaje procede del Duque de Cantabria don Heudo, que fundó solar en el Valle de Carranza (Vizcaya), y que ese solar se llamó palacio de Heudo, vocablo que, con el tiempo, se convirtió en Aedo, Ahedo y Haedo. La comprobación de este origen sería tarea inútil. Lo cierto es que desde tiempos muy remotos existió en el citado Valle el solar del linaje que nos ocupa, sito en el lugar de Aedo, del Ayuntamiento de Carranza y partido judicial de Valmaseda. Esa es la casa matriz del linaje. Miembros de ella fundaron después otra en el lugar de Cahicedo, debajo de la Torre de Avellaneda, en la provincia de Álava, y de ambos antiguos solares salieron las ramas que tanto brillo tuvieron siempre en el señorío de Vizcaya. Del solar del lugar de Aedo, en el Valle de Carranza, procedieron las ramas que crearon nuevas casas en las villas de Valmaseda y Carranza, en el barrio de Ocharán, en la anteiglesia de Arcentales y en el barrio de Bollaín, todas del partido judicial de Valmaseda. En esta villa conserva la descendencia de Aedo bastantes señales de su noble origen. Tiene, además, enterramiento honorífico en la iglesia mayor de dicha villa. Asimismo eran legítimos descendientes de la casa sita en el lugar de Aedo, don Baltasar de Lombera Haedo, de las familias más ricas del señorío, y don Antonio de Haedo, que pasaron a radicar a la villa de Ampuero, del partido judicial de Laredo, en la provincia de Santander, gozando de todos los honores y privilegios de hidalguía. De la rama establecida en el barrio de Ocharán, Ayuntamiento de Zalla, en el partido judicial de Valmaseda, procedió don Bernabé de Haedo, hijodalgo vizcaíno y tronco de los Ahedos o Haedos de la anteiglesia de Arcentales. Otras ramas que hicieron su asiento en la provincia de Santander, en tierras de Ramales y de Castro-Urdiales, y en la provincia de Burgos, en los partidos de Salas de los Infantes, Briviesca y Villarcayo, así como las líneas de Castellón de la Plana y de Valencia, dimanaron igualmente del solar del lugar de Aedo, en el Valle de Carranza, cuna del linaje como ya se ha dicho. Descendencias de las mencionadas casas, ramas y noticias interesantes de muchos de sus ilustres varones, están recogidas en la «Enciclopedia Heráldica y Genealógica», información del apellido Aedo. Dicen algunos autores que el primitivo tronco de este antiguo y noble linaje fue García de Aedo, uno de los esforzados guerreros que se agruparon en torno de don Pelayo para resistir a los sarracenos ; pero se tiene por más cierto que tal linaje desciende del duque de Cantabria, don Heduo, que fundó solar en el valle de Carranza, y que ese solar se llamó palacio de Heduo, vocablo que con el tiempo se convirtió en Aedo, Ahedo y Haedo. Otras ramas que hicieron su asiento en la provincia de Santander, en tierras de Ramales y de Castro-Urdiales, y en la provincia de Burgos, en los partidos de Salas de los Infantes, Briviesca y Villarcayo, así como las líneas de Castellón de la Plana y de Valencia, traían su tronco, como también las de Vizcaya y Alava, de la casa del lugar de Ahedo, en el valle de Carranza, solar primitivo del linaje. Se le puede encontrar también con las grafías Aedo y Haedo. Algunos genealogistas sostienen que este linaje procede del caballero García de Aedo, que acompañó en sus luchas a D. Pelayo; mientras otros mantienen que desciende de D. Heduo, duque de Cantabria, que fundó su solar en el valle de Carranza (Vizcaya). Lo que está fuera de toda duda es que el solar más antiguo de este linaje radicó en dicho valle, de donde pasaron a las villas de Valmaseda y Carranza (Vizcaya). D. Pero Pérez de Ahedo, natural del valle de Carranza, fue caballero de la Orden de la Espuela Dorada en 1168, a la que también perteneció su descendiente D. Rodrigo López de Haedo, durante el reinado de Alfonso X "el Sabio".
Escudos de Armas del apellido:
Las primitivas del linaje, fueron: De oro, con una encina de sinople puesta sobre ondas de agua de azur y plata y dos jabalíes de sable empinados al tronco. Luego, los Aedo del lugar de Aedo sustituyeron los jabalíes por dos lobos de sable pasantes al pie del tronco de la encina. Y algunos descendientes de la casa de Ahedo, de Cahicedo, tomaron después estas otras: En campo de plata, una encina de sinople y un lebrel blanco, parado al pie de la encina y atado con cadena de azur a lo alto del tronco. En la copa del árbol, una sierpe o dragón de azur con la cola retorcida y las alas abiertas. Ambos blasones fueron más tarde unidos y así aparecen en el escudo de la casa-torre del lugar de Aedo, en la fachada que mira al saliente. Su organización es la siguiente: Partido: 1.º, de oro, con la encina de sinople y los dos lobos de sable andantes al pie del tronco, y 2.º, de plata, con la encina de sinople y un lebrel parado al pie del tronco y atado a lo alto de éste con una cadena de azur. En la copa del árbol un dragón o sierpe. Estas armas, que también aparecen descritas en una ejecutoria de nobleza de los Aedo, fechada el 27 de Abril de 1775, fueron comunicadas a la rama de la villa de Valmaseda (algunos de cuyos miembros las acrecentaron con una bordura. de gules cargada de tres calderas de oro), y a la casa de Carranza. La familia apellidada lbáñez de Aedo, de esta última villa de Carranza, modificó los anteriores blasones, poniendo: En campo de plata, un roble de sinople frutado de oro, acompañado, a la diestra, de un dragón volante en actitud de acometer, y a la siniestra de un perro bermejo en salto, mirando al dragón, más cinco panelas de gules debajo de éste. El Capitán Cuadra Aedo, que tuvo casa en el lugar de Aedo, usó las mismas armas, con la diferencia de que el dragón no está volante a la diestra del árbol, sino encima de su copa. Así aparecen esculpidas en el edificio que fue su morada, año 1597. Los descendientes del Caballero de Santiago, don Francisco Salamanca y Haedo, que procedía de la casa del lugar de Aedo, traen el escudo que este señor ostentaba por concesión especial, a saber: En campo de oro, un grifo rampante de azur. Estas mismas armas tienen los Aedos de tierra de Ramales, en la provincia de Santander. Así lo afirma don Juan Baños de Velasco. Otras ramas de Aedo, entre ellas la que radicó en Laredo, traen las armas primitivas. Otra, también santanderina, con casa en el lugar de Gibaja, tiene: De plata, con el árbol de sinople. En la copa de éste, una sierpe de su color, y en el flanco siniestro, un perro bermejo mirando a la sierpe. Son iguales a las del Capitán Cuadra Aedo, pero sin las panelas. El mismo blasón ostenta la familia montañesa apellidada Ruiz de Aedo. Un caballero del solar del lugar de Aedo, que por enlace con una hembra de la casa de Velasco fue a parar al Valle de Mena, adoptó por armas, según el testimonio de don Miguel de Salazar y don Juan de Mendoza, las siguientes: En campo de sinople, una torre de oro con puertas y ventanas de gules. Finalmente, consignaremos que en las Encartaciones hubo Aedos que usaron este escudo partido: 1.º, de azur, con un árbol de su color y un lebrel de plata atado a su tronco, y 2.º, de oro, con una cadena de sable de ocho eslabones y una flor de lis del mismo color en el cantón siniestro de la punta.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. El agua es símbolo de sabiduría ilustrada, de ánimo virtuoso, pudiendo también simbolizar extensión de dominio, así como el principio de todas las cosas y la regeneración del tiempo. El ala representa a las alas del águila, simbolizando la libertad, dada sus ansias de volar y surcar los cielos. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servia a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". Las familias españolas, que traen cadenas en su blasón, es por la batalla de las Navas, en la que se rompió el palenque de Miramomelín, guarnecido de gruesas estacas y cadenas muy fuertes Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.