Tenemos por cierto, y corroboran nuestra creencia autorizados tratadistas, que el apellido Ferrera o Farrera es catalán y probablemente originario del municipio de Ferrera (cuyo nombre tomara), del partido judicial de Sort y provincia de Lérida. Patentiza también ese origen el hecho de que individuos de una misma familia catalana, que fueron caballeros de la Orden de San Juan, en el Gran Priorato de Catalufia, y cuyo grado de consanguinidad era, nada menos, que el de padre, hijos y hermanos, aparezcan apellidados indistintamente Farrera, Farreras, Ferrera, Ferreras y Ferreres en sus expedientes de pruebas para su ingreso en la referida Orden de San Juan. Otro dato : Antonio Farrera, caballero sanjuanista, era, en 1334, comisario de Lérida, provincia a la que pertenece el lugar de Farrera o Ferrera. El linaje que nos ocupa tuvo, por añadidura, casa solar muy antigua en la ciudad de Barcelona, con sepultura propia en la iglesia de Santa María del Mar, y sus individuos fueron conselleres en 1399. También tuvo casa en Vic.
Escudo de Armas:
La casa de Ferrera de Barcelona : De azur, con una bordura de oro resaltada de dos cotizas de gules, cargadas de un bezante de oro, cargado a su vez de una ferrera o bolsa de gules, de la que salen tres clavos de herrador del mismo color. La rama de los caballeros de la Orden de San Juan, en el Gran Priorato de Cataluña, citados al comienzo de esta información, que se apellidaron indistintamente Farrera, Farreras, Ferrera, Ferreras y Ferreres, y que también tuvieron casa en Barcelona: De oro, con tres bolsas de gules puestas en triángulo. En algún documento se llaman cestos a esas tres bolsas, equivocadamente. Esas mismas armas dice Miguel de Salazar que ostentaban los Ferreras que tuvieron casa en Vic. Otras, también en Cataluña : De oro, con una ferrera o bolsa de gules con tres clavos de azur.
Simbología del Escudo de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. "Los bezantes son figuras redondas, llanas y macizas, siempre de metal porque son una especie de moneda griega, llamada en latin Bizantius, que hoy es la ciudad de Constantinopla, de donde la tomaron por armas los que fueron a la conquista de la Tierra Santa." La bolsa simboliza el comercio, la riqueza, la abundancia y la fortuna. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servía a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.