Linaje de origen francés que pasó a Navarra y se estableció en el antiguo Burgo de Pamplona, lo que hoy es ciudad del mismo nombre, por haberle donado allí unas casas el Rey don Alfonso el Batallador. También les hizo francos e inmunes de toda pecha, pudiendo gozar de las prerrogativas, privilegios y exenciones de la infanzonía. Dióles, además, por divisa, una cruz formada por cuatro flores de lis, y un brazo armado con alfanje, y es tradición que ya trajeron esa cruz formada por las lises en una bandera blanca, por ser sus ascendientes de los primeros cristianos que hubo en Francia, El documento de donación de esas armas o divisa, estaba en el Archivo Real de Comptos, cajón de Pamplona, envoltorio 3, letra C., número 14, y halláronse presentes a esta donación: Esteban, Obispo de Huesca; Pedro, Obispo de Zaragoza, y Gastón, Vizconde de Bearne, con otros Ricohombres. Más tarde, sustituyeron la divisa citada por las armas que en su lugar describiremos. Una rama de los Franco establecidos en Pamplona pasó a Cascante, del partido judicial de Tudela, y a ella perteneció Francisco de Paula Franco y Eguía, del Consejo de S. M. y Caballero de la Orden de Carlos III, en la que ingresó el 3 de Junio de 1829. En Vizcaya aparecen los Franco desde tiempos antiguos. Debieron dimanar de los de Navarra y Aragón, según acusa su escudo de armas. Se extendieron por las Encartaciones, fundando nuevas casas y acrecentando sus armas. Desde Vizcaya pasaron a Murcia y allí entroncaron con los Pérez Chueco, conquistadores y pobladores de Lorca. También hubo de este apellido en Galicia, Portugal, con línea en la Habana, ambas Castillas ,Andalucía y las islas Canarias. Existió en la provincia de Lugo una antigua familia de este apellido. Los hubo vecinos de Ribadeo (San Vicente de Cubelas, San Juan de Piñeira, Obe) que pleitearon por el reconocimiento de su hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid en 1544 y 1562. Los de La Coruña pasan al Ecuador D. ALONSO FRANCO LOBO GUERRERO casó con Sebastiana de Vargas y tuvo por hijo a VICENTE FRANCO LOBO GUERRERO Y VARGAS, ayudante mayor de las Milicias de Su Majestad, que casó en Guayaquil con Andrea Rodríguez de Zea y Vargas (hija de Francisco Rodríguez de Zea y de Leonor de Vargas) y la cual otorgó su testamento en Guayaquil, el 9-IX-1738; tuvo por hijos a Severino, Vicente, Francisca, Tomasa, Jerónimo, Bartolomé y Andrés Franco Rodríguez de Zea, con larga sucesión en la ciudad de Guayaquil.
Escudos de Armas del apellido:
Queda dicho en anteriores páginas que el Rey aragonés don Alfonso el Batallador, dio por divisa a los primeros caballeros Franco, de Aragón, una cruz formada por cuatro flores de lis y un brazo armado con alfanje. Esta divisa fue transformada en escudo de armas cuando dichos caballeros se establecieron en Navarra, en el Borgo de Pamplona, y organizaron así dicho escudo: En campo de gules, una cruz floreteada de plata, acompañada de cuatro flores de lis, de oro, apuntadas al centro. Los Franco de Vizcaya y Navarra trajeron las mismas armas de los Franco de Aragón, o sea, De oro, con la cruz llana de gules, que llena todo el campo, cantonada de cuatro flores de lis de azur. Los de las Encartaciones de Vizcaya acrecentaron ese mismo escudo con una bordura de gules con cuatro sotueres de oro e intercaladas entre ellos las cuatro palabras de este lema, en letras de oro: Frantia, Vegtigalia, Son, Consentium. Los de Galicia traen: en campo de azur, una cruz floreteada de oro. Los de Murcia traen: en campo de oro, una cruz hueca y floreteada de gules. El General D. Francisco Franco Bahamonde, siendo Jefe del Estado Español, adoptó para él y su familia el siguiente escudo de armas: en campo de púrpura, una banda de oro, engolada en dragantes del mismo metal, y acompañada de dos columnas, también de oro, una a cada lado, la de abajo surmontada de una corona imperial y la leyenda «Plus», y la de arriba, surmontada de la corona real y la leyenda «Ultra». Colocado el escudo sobre la Cruz Laureada de San Fernando.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. La púrpura se traduce por dignidad, soberanía, grandeza y poder. Los que traen estas armas quedan obligados a socorrer a los eclesiásticos y los religisos. La púrpura representa la amatista; su signo, el de Júpiter; su elemento, el aire; su día de la semana, el jueves; los meses, febrero y noviembre; el metal, el estaño; la planta, la sabina y su flor, el lirio; y en lo que se refiere al Zodiaco, se añade al planeta Júpiter, los signos de Sagitario y Piscis. Su animal es el león y de los peces, la ballena. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguían las naciones. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El brazo simboliza la fortaleza. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servia a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas. La cruz floreteada se puso en memoria de la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212.