El apellido Palau en catalán, equivaie al de Palacio en castellano, y tuvo en Cataluña antiguas y distintas casas solares. Algunas tomaron el apellido del nombre del lugar de que procedían, pues son varios los pueblos denominados Palau que existen en las provincias de Lérida y Gerona. Una de esas casas de Palau catalana ya existía en la ciudad de Lérida en el primer tercio del siglo XIII, y de ella fue Bernardo de Palau, natural de dicha población, a quien menciona mosén Jaime Febrer en sus Trovas, diciendo que con gentes de su tierra bajó, para ganar honor, contra los rebeldes de Murcia, rindiendo a los pueblos valencianos de Bugarra y Caudete, y que con sus ardides logró otras grandes acciones. En el asalto de Murcia, salió herido. Y para que se curara y restableciese, le hicieron merced, extensiva a un hijo suyo, del lugar de Gilet, que hoy pertenece al partido judicial de Sagunto y provincia de Valencia. Otra casa de Palau, muy principal, radicó en la villa de Conques, del partido judicial de Tremp (Lérida). Tenía sepultura propia con sus armas en la capilla de San Lorenzo de la iglesia de aquella villa. De dicha casa dimanó la rama establecida en Barcelona y enlazada con la familia Llorach, barones de Solivella. A dicha rama perteneció I. Alejandro de Palau y Besturs, que casó con doña Orocia de Toralla (hija de Luis Alemany de Toralla, varvesor de Toralla) y fueron padres de II. Francisco de Palau y de Toralla, que en su mujer doña María de Aguilar, tuvo a estos hijos 1.º Josefa de Palau y Aguilar, que sigue, y 2.º Alejandro de Palau y Aguilar, natural, como los anteriores, de Barcelona, que contrajo matrimonio con doña Josefa de Magarola Sentmenat, hija de José de Magarola y de doña Antonia de Sentmenat ; nieta paterna de Jerónimo de Magarola y de doña María Gualbes, y nieta materna de Francisco de Sentmenat y de doña Emerenciana de Toralla. Los esposos don Alejandro y doña Josefa, procrearon estas hijas : a) María Francisca de Palau y de Magarola, bautizada en la catedral de Barcelona el 11 de octubre de 1716 y fallecida el 7 de octubre de 1743, y b) Teresa de Palau y de Magarola, bautizada en ]a catedral el 20 de mayo de 1718 y fallecida el 21 de octubre de 1752. Estas dos hecmanas vistieron el hábito de la Orden de San Juan, en el Gran Priorato de Cataluña en 1737. III. Josefa de Palau y Aguilar, contrajo matrimonio con Juan de Llorach y de Moixó (hijo de Juan de Llorach y de Perellós, señor de Solivella y barón de este título, y de doña Raimunda de Moixó), naciendo de ese enlace IV. María de Llorach y de Palau, baronesa de Solivella, esposa de Ramón Villalba Olim de Meca, y ambos padres de V. Juan Antonio Villalba Olim de Meca Llorach Fivaller y Palau, bautizado en la parroquia de Solivella, lugar del partido judicial de Montblanch y provincia de Tarragona, el 12 de junio de 1749. Fue caballero de la Orden de San Juan en el Gran Priorato de Cataluña en 1766. Su primer apellido debió ser Meca, pero su tercera abuela, doña Mazgarita de Villalba, heredera de esta casa, al casar con don Francisco de Meca, impuso a sus sucesores el nombre y armas de Villalba. Otras familias catalanas de este apellido son originarias de los lugar de Palau-Sarroca y Palau-Saverdera, ambos pertenecientes al partido judicial de Figueres, en la provincia de Gerona, y tomaron los nombres de dichos lugares por apellido. Ramas de esas familias crearon nuevas casas en el lugar de Terrades, del partido de Figueres, y en la ciudad de Gerona. Bernat de Palau-Sarroca, fallecido en 1286, tiene sepultura en la iglesia del lugar de Terrades. El canónigo Palau-Sarroca, que vivió en e1 siglo XIV, está enterrado en el cementerio de la catedral de Gerona y Berenguer de Palau fue sepultado en el claustro de la misma catedral en 1337. Los Palau-Sabardera ya tenían sepultura propia, en el año de 1367, en la iglesia del lugar de Palau-Sabardera. Los Palau de Baleares proceden de Cataluña. Pedro Palau, catalán, pasó a la conquista de Mallorca, y en el reparto general de aquellas tierras le tocaron siete yugadas de la alquería «Corbeyra», en la villa de Siney, del partido judicial de Inca, y los rahales de «Abensaux», «Al paisiri» y «Alhamar», en el término de dicha villa. En el año de 1269, pertenecía Ramón Palau al Consejo del rey don Jaime II de Mallorca. Arnaldo Palau fue señor de la baronía de la Bastida, hacia fines del siglo XIII, en sucesión de Arnaldo de Gayano. Bernardo Palau, canónigo de la catedral de Palma, intervino en el año de 1279 en la elección de síndicos hecha por el grande y general Consejo de Mallorca para reconocer y rendir homenaje al rey don Pedro II I de Aragón. En 1312 era jurado de la ciudad y reino de Mallorca, por el estamento de ciudadanos, otro Bernardo Palau. Con cuantiosas limosnas ayudó al rey don Martín de Aragón en la fundación de la cartuja de la isla de Mallorca, en el año de 1399, un caballero del apellido Palau. Finalmente, consignaremos que Juan Palau, perteneciente a esta familia mallorquina, fue doctor en ambos Derechos, catedrático de leyes en la universidad de Barcelona, capellán mayor de la capilla de los reyes en Granada, vicario general del arzobispado de Sevilla y visitador del Perú. Murió estando postulado para obispo el 11 de mayo de 1659. En la Puebla y otras villas de Mallorca quedaron descendientes de estos Palau.
Escudos de Armas del apellido:
Los Palau, del Ampurdán : En campo de oro, un palacio a la antigua, de sinople y almenado. Bordura componada de ambos esmaltes. Los de Lérida y Valencia usaron esas mismas armas sin la bordura. Los de la casa de la villa de Conques (Lérida) y su rama de Barcelona : De oro, con un palacio antiguo de azur, con tres almenas. La puerta y dos ventanas, aclaradas de oro. Así se ven en laaapilla de San Lorenzo de la villa de Conques y en el portal de su casa solar. En otra descripción de esas armas se dice que el palacio es de sinople. Los Palau-Sarroca : De oro, con un palacio de azur almenado y aclarado de oro. Bordura de gules. Así aparecen en la sepul- tura de Bernat de Palau-Sarroca en la iglesia del lugar de Terrades. En cambio, la sepultura del canónigo Palau-Sarroca, en el cementerio de la catedral de Gerona, ostenta este blasón: En campo de sinople, tres rectángulos de oro puestos en triángulo y cargado cada uno de un palacio de azul almenado y aclarado de oro. Los Palau-Saverdera: De oro, con un palacio antiguo y almenado, de gules, y aclarado de oro. Según se ven en su sepultura de la iglesia del lugar de Palau-Sabardera. Otros Palau, en el lugar de Terrades: De azur, con tres palacios antiguos y almenados, de plata, puestos en triángulo. Otros en Gerona : En campo de gules, un palacio antiguo de oro, almenado. Vistas estas armas en la sepultura de Berenguer de Palau, en el claustro de la catedral de Gerona. Las mismas usaron los Palau de Mallorca. También trajeron algunos Palau catalanes el mismo escudo de los Palau-Sabardera, acrecentado con una bordura componada de oro y gules. Otros ostentaron : De gules, con un palacio de plata aclarado de azur. Algunos heraldistas y reyes de armas apellidan «Palao» y «Palou» a los Palau y les asignan las armas de aquéllos, incurriendo en contradicciones y confusiones, de las que consideramos conveniente advertir al lector. También llaman, impropiamente, orla con almenas a la bordura componada que llevan algunos escudos de Palau, y sustituyen a veces el palacio con una torre o castillo, cayendo en la misma impropiedad.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demás edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.