GONZALO DOUTEIRO DASPERAS, que vivía por 1543, casó con Elvira Alonso, y tuvo por hijos a 1. Alberto Dasperas, que casó con Margarita Martínez, y tuvo por hijos a a. El Maestro Alberto Dasperas, colegial mayor de San Bartolomé de Salamanca (6-X de 1607) y cura de Villanueva de Arosa, el cual, en 8-II-1608, aparece haciendo una venta a la fábrica de Santa Mariña Dozo, de Cambados, de que dio fe Clemente de Torres, escribano de la villa de Cambados. Había nacido en Santa Baya de Ribadumia. En 1614 salió de San Bartolomé para canónigo magistral de León, donde falleció a 24 de octubre de 1623. Los libros de San Bartolomé le llama Alberto Asperas de Paz. 2. Gonzalo Dasperas, que sigue la línea. GONZALO DASPERAS figura en las partijas que en 25-IX-1610 llevaron a cabo sus hijos María y Pedro, ante Clemente de Torres; casó con Teresa de Leiro y tuvo por hijos a 1. María Dasperas, que sigue la línea. 2. D. Pedro de Outeiro. Dª MARIA DASPERAS casó con D. Santa Baya de Laredo, familiar del Santo Oficio. (el cual de segundas casó con Dª Andrea de Torres), según consta del título expedido en 1615; de su segunda mujer tuvo por hijos a D. Santa Baya, a D. Antonio de Torres, como consta por partija de bienes de 1627. De su enlace con Dª María Dasperas, tuvo por hijo al CAPITÁN D. GONZALO DASPERAS (título expedido por el Marqués de Espinardo, capitán general del reino de Galicia, en 22-III-1630), que sirvió a las Ordenes de D. Gonzalo de Valladares Sarmiento desde el 26 de dicho mes año; casó con Dª Inés de Paadín y Caamaño, y tuvo por hijos a 1. D. Antonio Dasperas y Caamaño, que falleció en 1665. 2. D. Benito Dasperas y Caamaño, que casó con Dª Antonia de Avalle y Camba. 3. Dª María Dasperas y Caamaño, que sigue la línea. Dª MARIA DASPERAS Y CAAMAÑO casó con D. Juan Domínguez de Caamaño; fundaron un vínculo el 18-VIII-1683; y tuvo por hijos a 1. D. Juan Domínguez de Caamaño, cura de Santa Eulalia de Nantes. . a. D. Antonio Domínguez de Caamaño. 3. Dª Inés Domínguez de Caamaño, que sigue esta línea. 4. Dª Antonia Domínguez de Caamaño, que casó con D. Jacinto de Moraña Valladares, con noble descendencia. Dª INÉS DOMÍNGUEZ DE CAAMAÑO casó con el doctor D. Mauro Pérez de Salnés (VER PÉREZ), y tuvo por hijos a 1. El Ldo. D. Mateo Pérez de Caamaño, que casó con Dª María Rosa Losada de Navia Mariño (de la casa de los LOSADA de Lantaño). 2. Dª María Teresa Pérez de Caamaño, que casó con D. Antonio García Salnés, que tuvo por hijos a a. Dª Rosa Salnés y Caamaño. 3. Dª Josefa Estefanía Pérez de Caamaño, que casó con D. José Tiboga Castañón.
Escudos de Armas del apellido:
El escudo, en heráldica, es el soporte físico del blasón, al centro de las armerías. En la panoplia que representa el blasón, el escudo propiamente dicho representa el escudo de los hombres de armas. Las armas son generalmente presentadas sobre un escudo pero otros soportes son posibles: una vestimenta como el tabardo del heraldo, un elemento de arquitectura como un anuncio mural, un objeto doméstico... En este caso, la forma del contorno es aquella del soporte. El escudo se materializa por la forma geométrica y sus divisiones potenciales, o mesa de espera, en la que están representadas las armas. El escudo puede tomar diferentes formas, de acuerdo al origen de su representación.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753.