Oriundo de las montañas de Santander, muy extendido por la Península. Es muy posible que los antecedentes más remotos se remonten a la época del rey Pelayo y que el apellido Delgado venga de algún mote o apodo, hecho sumamente generalizado en los tiempos de referencia. Los Delgado de Santander gozaron de privilegios de los reyes Alfonso VII y Sancho II, añadiendo que la fama por sus hechos bélicos de los Caballeros Cosme Delgado y Ruy Delgado, así como Arthur Delgado, los hicieron ser considerados como azote de la morisca. Que los caballeros con este apellido se distinguieron por su dureza contra las huestes sarracenas, es evidente y basta con apelar al cronista Mendoza que afirma que Balasar Delgado, al hacer prisionero al moro Muza que pretendía asaltar Caspe, lo trató con suma crueldad, castigándole fieramente. Otro personaje célebre de este apellido fue el doctor Francisco Delgado, Obispo de Lugo que se hizo famoso no sólo en el campo de la religión y las letras, sino tamhién como hombre de armas en las que era sumamente diestro. De él se citan numerosos hechos en los que se comportó como esforzado guerrero. En la provincia de Santander hubo casas de este apellido en el Valle de Toranzo en el lugar de Villaseril, en la ciudad de Santander y en la Villa de Laredo, con lo que queda plenamente demostrado su origen santanderino. Y fue de estas casas de Santander de donde partieron las líneas que primero pasaron a León y luego se fueron extendiendo por toda la península. El apellido Delgado probó repetidas veces sus nobleza en las Ordenes Militares de Santiago, Calatrava y Carlos III. Aunque este apellido no es vascongado, Alfredo Basanta en su "Nobleza Alavesa", nos habla de unos Delgado originarios de San Vicente de la Sonsierra, de Navarra, y pertenecientes al famoso linaje y solar de la Piscina. De ellos fue I. Juan Sanz Delgado, esposo de doña María Sanz Dorono, vecinos ambos de San Vicente de la Sonsierra, y padres de II. Martín Sanz Delgado, que casó con doña María Ortiz Urtarán, y tuvieron este hijo III. El Bachiller Juan Delgado Navarro, que celebró su enlace con doña Mari López de Agüero, a la que hizo madre de IV. Juan Delgado y López de Agüero, vecino de Vitoria, que hizo información ad perpefuam rei memoriam de su hidalguía el 17 de Junio de 1551. Otros Delgado hubo en Corella, también en Navarra.
Escudos de Armas del apellido:
En campo de azur, siete estrellas de oro, puestas de dos en dos y una de non; bordura de gules, con siete calderas de oro; otra segunda bordura de plata, con la salutación angélica en letras de azur: "Ave María gratia plena". Los de Corella: De azur, con siete estrellas de oro, puestas una, dos, una, dos y una. Bordura de plata con ocho calderas de gules. Otros traen: en campo de gules, una letra de oro, con unas flores de plata, bordura de plata, y, en letras de azur, la salutación angélica "Ave María gratia plena". Otros traen: en campo de azur, una cruz llana de oro. Otros: En campo de azur siete estrellas de oro, bordura de plata con el lema, " AVE MARIA GRATIA PLENA" y sobre bordadura en gules, siete calderos de oro.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. Los ángeles anuncian la voluntad divina a los elegidos. Simboliza la protección y el mundo espiritual. Las aves representan en general la libertad. Simbolizan un espíritu generoso que, llevado de su alegría interna, profiere siempre elogios y alabanzas de las acciones heroicas realizadas por otros caballeros. La salutación "Ave María Gratia Plena" es el símbolo de la Virgen María. Otras veces se la representa con un jarro con azucenas. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia. La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas. Los calderos servían para el manejo de vituallas. Eran antiguamente la marca de ricohombre en España. Viene su origen del pendón y calderas que entregaban los reyes a aquellos magnates que consideraban Grandes del Reino, teniendo entre sus facultades privativas, la de levantar y sostener tropas a sus expensas. Se asocia siempre a la idea de poder y riqueza.