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En el Apéndice del Tomo I de esta obra hemos dado el blasón de los de este linaje galaico-portugués, porque fue en la raya de Portugal donde levantaron casas, acercándose a la ciudad de Tuy. De los de la inmediata Valenqa do Miño, al otro lado del Miño y ya en tierra portuguesa, hemos podido hallar noticias en el archivo de Simancas, citándolos también en el referido Apéndice, donde puntualizábamos que habían tenido un mayorazgo, habiendo sido precisamente los de Valenqa do Miño los que pasaron a Tuy. Los de Valenqa do Miño D. FERNANDO RODRÍGUEZ BACELAR, de la orden de San Benito de Avís, casó con Dª María Gomes; fueron ambos esposos naturales de Valenqa do Miño y tuvieron por hijos a D. BERNARDO RODRÍGUEZ BACELAR, del mismo lugar; do concello dos generaes; comendador en la Orden de Cristo; casó con Dª Luisa de Andrade (hija de D. Manuel de Andrade, del hábito de Cristo, y de Dª María Simoens, naturales de la ciudad de Ceuta); tuvieron por hijos a D. RODRIGO DE ANDRADE BACELAR, fidalgo de casa do Rey, que sirvió en la ciudad de Ceuta con armas y caballo a su costa, habiendo pasado en el servicio de las armas nueve años y quince días (desde el I-I-1654 hasta el 15-I-1637). En 1663 contaría alrededor de unos 26 años. Hizo informaciones en la ciudad de Ceuta para ingresar en la orden de Cristo, datando su ingreso del 14-VII-1663.

Escudos de Armas del apellido:
En campo de plata, un bacelo, o esqueje de vid, cargado de cuatro racimos . Como se ver por la genealogía que damos a continuación, pertenecieron a varias Ordenes Militares portuguesas.  

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño.