Aunque al tratar de este noble linaje aragonés haya dicho algún genealogista que procede de Amílcar Barca, lo cierto es que tiene por base Sancho Abarca, primer Rey de Aragón. Cuenta la tradición que un caballero del linaje de Guevara, según unos, y del de Vidal, según otros, encontró muertos a los Reyes de Navarra D. García Íñiguez y su esposa Dª Urraca Jiménez, que se hallaba encinta, pudiendo, con grandes cuidados, salvar al Infante que estaba a punto de nacer, al que puso por nombre Sancho, teniéndole escondido hasta que fue proclamado Rey. Este Infante D. Sancho fue conocido por Abarca a causa del tosco calzado de abarcas que llevaba. Empezó a reinar en el año 905 y casó con Dª Toda, con la que tuvo cinco hijos: primero García Sánchez, a quien dejó el gobierno su padre mientras él luchaba contra los moros y que reinó treinta años; segundo, Dª Ximena, o Urraca, según algunos autores, casada con D. Alonso I de León; tercero, Dª María, casada con el Rey Ordoño; cuarto, Dª Teresa, casada con D. Ramiro II de León, y quinto, Dª Blanca, o Velasquita, según otros, casada con D. Nuño, Conde de Vizcaya. Sin embargo bien pudiera ser un topónimo, ya que existe un pueblecito en tierra de Campos que se llama Abarca. Hay otra posibilidad, y es que antiguamente se llamaban "Infanzones de abarca" en Aragón a los hombres libres y nobles pero de condición humilde para distinguirlos de la clase general o pecheros ya que eran hidalgos infanzones, aunque calzaran abarcas como los demás labradores. La casa de Abarca de Santander tiene su origen en la capital y su barrio de Cueto, donde aparecen empadronados por lo menos desde el siglo XVII. Descienden de esta línea ilustres caballeros, y pasaron a Indias ramás importantes: A Lima Don Isidro Abarca y Gutiérrez Calderón, Alférez del Regimiento de la Nobleza de Lima y Caballero de la Orden de Santiago, V Conde de San Isidro; Don Joaquín Abarca Gutiérrez, también Caballero de la misma orden, y otras destacadas personalidades. Otra rama de Abarca llegó a Santander procedente de Llanes en 1826 con Don Juan de Abarca, cuyo hijo Estanislao nació en Santander en 1839. De esta casa desciende la ilustre Académica de La Real Academia de la Lengua, Doña Elena Quiroga y Abarca nacida en la casa del "Alta" en Santander.
Escudos de Armas del apellido:
En campo de gules, dos abarcas de oro, pareadas. Los de Santander traen: en campo de plata, dos abarcas de sable, surmontadas de dos coronas de oro y gules; cortado de gules, con un caballero armado sobre un caballo blanco, arrollando a los moros. Bordura con las cadenas de Navarra. Otros: Escudo de oro y dos abarcas de oro pareadas.
Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. La abarca simboliza la noble cuna de Sancho Abarca, primer Rey de Aragón, tronco primitivo de los que blasonan sus armas con abarcas. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servía a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". El caballo es símbolo de la guerra, representando la osadía y la rapidez en la acción. Las familias españolas, que traen cadenas en su blasón, es por la batalla de las Navas, en la que se rompió el palenque de Miramomelín, guarnecido de gruesas estacas y cadenas muy fuertes.