El linaje, según tradición, tuvo su origen en Italia, y de este país pasó a Francia y a España con los nombres de Abella, Abellas, Abelllo y Abelló, que, a pesar de sus variantes, tienen una misma procedencia. En España aparece, como hemos dicho, con muchísima antigüedad en las montañas de Asturias, en el concejo de Valdés, cuya capitalidad es la villa de Luarca. Esto lo confirma la Crónica de Asturias de Plinio, que dice que la familia Abella, que vino con los troyanos a España, fundó dos solares o torres fuertes en el Concejo de Valdés: uno en la villa de Luarca, que conservó la denominación de Abella, y otro en la villa de Orano, llamado después Torre de Brieves, que se denominó Abello. En estos dos puntos estuvieron los primitivos solares del linaje y de ellos salieron varias ramas, siendo muchos los hombres eminentes que ilustraron el apellido con su esfuerzo y su valor, sus estudios y su sabiduría. EN ARAGON Y CATALUÑA Proceden seguramente de las localidades de igual nombre. Ya en la conquista de Valencia, los Abella auxiliaron eficazmente al rey don Jaime I. Uno de los de este linaje, Pedro Abella, encontrándose solo cerca de Valencia, fue atacado por tres moros, pero se defendió con tal denuedo y valentía, que mató a uno y puso a los otros dos en fuga. También se distinguió por su prudencia y serenidad en la conducción de víveres a la fortaleza de Morella por los ásperos montes del Forcal. Un hijo suyo, llamado Jaime Abella, se hizo igualmente notable por el valor y arrojo que demostró en el sitio de Játiva. También fue famosísimo soldado Ramón Abella, que se distinguió mucho en la toma de la ciudad de Palma de Mallorca. Un hijo suyo, llamado Bernardo Abella, natural de Gerona, se distinguió igualmente en las batallas contra los moros, con particularidad en las tomas de Valencia, Denia, Jávea, Calpe y otras. Juan Abella, del mismo linaje también, fue soldado famoso en aquellos tiempos. Por los años de 1300 y siguientes florecieron en Aragón y Cataluña los hermanos don Bernardo Abella, Fray Ferrer Abella y don Berenguel Abella. Este fue creado cardenal en 1309, con el nombre de cardenal de Rodas, y habiendo venido a España por legado apostólico, se halló en Barcelona el referido año a tiempo de asistir con su hermano Fray Ferrer Abella, obispo electo de Barcelona, a la traslación del cuerpo de Santa Eulalia, que se verificó el 10 de abril, con asistencia de Pedro IV de Aragón y de la principal nobleza de su reino. Don Bernardo Abella, hermano de estos dos prelados, fue general de las armas del citado rey don Pedro IV de Aragón. En el reinado de Enrique II decayó mucho la antigua grandeza de los bienes de los poseedores de este solar, por haber seguido al partido de su legítimo rey don Pedro, y cuando la infeliz tragedia de éste, padeció dicha familia los rigores del sucesor, don Enrique, que les confiscó la fortuna que tenían. Todos los de este apellido radicados en Galicia proceden de tierras de Asturias, principalmente del valle de Ancares, de donde se extendieron por La Coruña, Puentedeume, Mondoñedo, Santa María de Mera, Cariño, etc. El Catálogo de Basanta recoge los pleitos que sostuvieron por defender su hidalguía: Don Domingo Abella, de Puentedeume, en 1803; Don Servando Abella, de Relleira de Abroz (Mondoñedo) en 1804; Don Domingo Abella y Cadenas, de La Coruña, en 1805; Don Luis Abella y Cadenas, del mismo lugar y en el mismo año, y Don Andrés y Don Francisco Abella, vecinos de Santa María de Mera, en 1816. Los radicados en La Coruña DON SANTIAGO DE ABELLA casó con Doña Inés Alfonso; fueron vecinos del valle de Ancares, en el lugar de Villasumil, y tuvieron por hijos a DON JUAN ABELLA, que casó con Doña Inés Fernández, del valle de Ancares, y tuvieron por hijos a DON MANUEL ABELLA, quien casó con Doña Gregoria Cadenas y tuvieron por hijos a Don Luis y a Don Domingo. DON LUIS ABELLA Y CADENAS, vecino de La Coruña, verifica informaciones de nobleza en la Real Chancillería de Valladolid, 1805, de cuyo pleito extractamos estas noticias. Los de Santa María de Mera, de Cariño y de Couzadoiro N. ABELLA, empadronado como noble en 1722, en el lugar de Perera, en el valle de Ancares, casó con Doña María Rodríguez, también empadronada como noble en 1737; tuvieron por hijos a DON MANUEL DE ABELLA, empadronado como noble en 1737, 1757 y 1767; casó con Doña María Cachón, y fueron vecinos del lugar de Candín (feligresía de San Jorge de Perera, en el valle de Ancares) y tuvieron por hijo a DON ANTONIO SANTOS ABELLA, empadronado como noble en 1792; casó con Doña María Abella, vecina del lugar de Candín, y tuvieron por hijos a 1. Don Andrés Abella, que sigue la línea. 2. Don Francisco, vecino de Cariño. 3. Don Domingo, vecino de San Cristóbal de Couzadoiro, que casó con Doña María Pardo y tuvieron por hijo a Don Andrés, bautizado el 24-VII-1814. DON ANDRES ABELLA, casó con Doña María Antonia Josefa Basanta Valcárcel; fueron vecinos de Santa María de Mera y de Cariño y tuvieron por hijos a 1. DON JOSE ABELLA, bautizado en 10-XI-1806, en Santa María de Piedra y Puerto de Cariño; y a 2. Don Andrés.Los Abella de Relleira de Abroz: Mondoñedo DON MANUEL ABELLA, casó con Doña Margarita Valado; fueron vecinos del lugar de Suartes, anejo de Espinaredo, en el valle de Ancares; DON JOSE ABELLA, que casó con Doña Jerónima Cadenas y tuvieron por hijo a Don Servando Abella, vecino de la Relleira de Abroz, que pleiteó por su hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid, en 1804 . Los de Puentedeume Los de la villa de Puentedeume se hallan recogidos en el Legajo 1.331 del archivo de la Real Chancillería de Valladolid: Don Mateo Abella, casó con Doña Isabel Alfonso, vecinos de Espinareda, en el valle de Ancares; tuvieron por hijo a Don Agustín Abella, que casó con Doña Inés Alfonso; son vecinos de Candín, y tuvieron por hijo a Don Domigo Abella, vecino de Puentedeume, que hace informaciones de nobleza y pleitea por su hidalguía en 1803. Asturiano, que parece descender de una familia que vino con los troyanos a España, formando dos casas solariegas en el concejo de Valdés (Asturias); una en Luarca, que conservó la denominación de Abella, y otra en Orano, llamado después Torre de Brieves, que se llamó Abelló. Posteriormente se extendieron por Aragón, Cataluña y América.
Escudos de Armas del apellido Abella:
La casa solar de Cataluña, que estuvo en Barcelona, adoptó por armas las siguientes : En campo de oro, cuatro palos centelleantes de sable, con las llamas de gules. Pedro Abella traía, en campo de azur, tres bandas de oro ondeadas, cargadas de cotizas de sable, también ondeadas. Su hijo Jaime Abella modificó las de su padre, poniendo, en campo de gules, tres fajas de plata, ondeadas. Los Abella del solar de Palma de Mallorca, que fundó el famoso soldado Ramón Abella, traen las armas de éste, que consisten: En campo de oro, tres palos de sable, ondeados. Los Abella de Gerona usan el siguiente escudo, que traía Bernardo de Abella, hijo del anterior; En campo de azur, tres palos de oro, ondeados. Juan Abella traía por armas, según dice mosen Jaime Febrer : Escudo de gules, con tres abejas de oro. Con estas armas quería significar el trabajo con que reunía los soldados que iban dispersos. En campo de sinople, y junto al flanco siniestro, un árbol, y al lado del flanco diestro una colmena de oro con abejas, del mismo metal, volando alrededor del árbol, y una podadera también de oro, puesta sobre la colmena. En campo de sinople, y junto al flanco siniestro un árbol y junto al flanco diestro, una colmena de oro con abejas del mismo metal, volando alrededor del árbol, y una podadera, también de oro, puesta sobre la colmena. Los de Cataluña traen: en campo de azur tres palos ondeados de oro. Otros, de Barcelona, traen: en campo de oro, cuatro palos centelleantes de sable, con las llamas de gules. Los de Aragón traen: en campo de oro , tres abejas de sable. Los que se apellidan Abello traen: en campo de sinople, una colmena situada a la derecha del escudo, con varias abejas volando en torno de ella y un oso asaltando la colmena, y a la izquierda del escudo un hombre armado en acción de herir al oso, y detrás de él un castaño al natural.
Simbología de los escudos:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. Luisa Benedictina de Borbon, esposa del duque de Maine fundó en 1705 la Orden de la Abeja, en Escó. Tenía por divisa un medallón de oro, que se llevaba al cuello pendiente de una cadena del mismo metal, con una colmena de relieve y una abeja volando con este mote: "Píccola si, ma fa pure gravi le ferite". De esta Orden de Caballería quedó a sus caballeros la facultad de blasonar sus armas con la colmena o las abejas. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. Luisa Benedictina de Borbon, esposa del duque de Maine fundo en 1705 fundó la Orden de la Abeja, en Escó. Tenía por divisa un medallón de oro, que se llevaba al cuello pendiente de una cadena del mismo metal, con una colmena de relieve y una abeja volando con este mote: "Píccola si, ma fa pure gravi le ferite". De esta Orden de Caballería quedó a sus caballeros la facultad de blasonar sus armas con la colmena o las abejas. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza. El castaño simboliza la providencia y munificencia del linaje. Luisa Benedictina de Borbon, esposa del duque de Maine fundo en 1705 fundó la Orden de la Abeja, en Escó. Tenía por divisa un medallón de oro, que se llevaba al cuello pendiente de una cadena del mismo metal, con una colmena de relieve y una abeja volando con este mote: "Píccola si, ma fa pure gravi le ferite". De esta Orden de Caballería quedó a sus caballeros la facultad de blasonar sus armas con la colmena o las abejas.