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D. BARTOLOMÉ GONZÁLEZ, casó con Dª Juana Rodríguez Punxín; tuvo pòr hijo a D. JUAN GONZÁLEZ, bautizado en Valenzana (partido judicial de Orense) 3-VIII-1701, casó con Dª Bernarda González (hija de D. Urbano González y de Dª Clara (Marey?, Méndez?), 4-XI-1726, en la feligresía de su nacimiento; tuvo pòr hijo a D. FEDERICO ANTONIO GONZÁLEZ, administrador y tesorero de Rentas Provinciales da ciudad de Valladolid bautizado en Valenzana, 28-XII-1734; casó con Dª Josefa Pérez Lamás y Romero (hija de D. José Pérez y de Dª María de Lamás), en Orense, 3-II-1754; tuvo por hijo a D. JUAN MELCHOR GONZÁLEZ Y PÉREZ LAMÁS Y ROMERO, oficial segundo honorario de la Secretaría de Estado y del Depósito Universal de Gracia y Justicia de Indias, residente en Madrid; bautizado en Orense, 8-I-1758; Instruyó Juramento, alegando que a un antepasado suyo se le había dado Real Provincia de hidalguía, en la Real Chancillería de Valladolid, 1791.

Escudos de Armas del apellido:
El escudo, en heráldica, es el soporte físico del blasón, al centro de las armerías. En la panoplia que representa el blasón, el escudo propiamente dicho representa el escudo de los hombres de armas. Las armas son generalmente presentadas sobre un escudo pero otros soportes son posibles: una vestimenta como el tabardo del heraldo, un elemento de arquitectura como un anuncio mural, un objeto doméstico... En este caso, la forma del contorno es aquella del soporte. El escudo se materializa por la forma geométrica y sus divisiones potenciales, o mesa de espera, en la que están representadas las armas. El escudo puede tomar diferentes formas, de acuerdo al origen de su representación.

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753.